Ya acertaron con Isabel, y han vuelto a repetir fórmula. Los hermanos Olivares traen a la pantalla española El ministerio del tiempo, una serie de ciencia ficción que sólo ha ganado buenas críticas desde su estreno el 24 de febrero. Con tanta alabanza (algo que no acostumbramos a repartir en España), lo normal hubiera sido que yo terminara decepcionada, pero lo cierto es que sólo ha conseguido que me una a esa marea de fans que se está creando en nuestro país.
El ministerio del tiempo deja poco a la imaginación al tener ese título. Protagonizada por tres individuos de siglos completamente diferentes (Aura Garrido, Rodolfo Sancho y Nacho Fresneda), nos hará viajar por las distintas épocas de la historia de nuestro país gracias a unas inexplicables puertas del tiempo que controla un Ministerio español secreto, cuya misión es proteger nuestra era actual e impedir que la historia se altere, que todo se mantenga tal y como hemos leído en los libros. Un soldado de Flandes al más puro estilo de Alatriste, un enfermero cosmopolita viudo y una de las primeras mujeres españolas en estudiar en la Universidad; los tres formarán un equipo que visitará la España de la independencia, la de Franco, la de Lope de Vega...
Hacen falta más series como estas. En los últimos años, la televisión española ha arriesgado bastante con nuevas fórmulas. La mayoría son un desastre, pero de vez en cuando se escapan grandes trabajos como éste. No es una carrera de competición con países como Reino Unido o EEUU, con un bagaje televisivo importantísimo. Pero el hecho de que la cultura nacional esté resurgiendo, pese a lo difícil que es en España llevar la cultura a buen puerto, es un signo de que en este país se puede aspirar a más (y con "más" me refiero a que podemos superar la telebasura que suponen La que se avecina y similares...).
El ministerio del tiempo me ha sorprendido para bien. Porque el reparto es más que decente (aunque Cayetana Guillén Cuervo sigue pareciéndome un alien) y el recurso de los viajes en el tiempo, lejos de ser mal empleado, ha sido aprovechado de forma muy interesante, creando una serie de ciencia ficción procedimental (es decir, con capítulos autorresolutivos) con un humor que no cae en lo absurdo o lo vergonzoso. Probablemente su presupuesto la limite en muchas ocasiones, pero por el momento no he visto ninguna carencia en vestuario o escenarios. No será la mejor serie de ficción histórica que exista, pero sí ha sido capaz de superar todas las expectativas y, por supuesto, a todas sus compañeras de parrilla.
Quizás porque me gusta mucho la historia de España, o tal vez porque los capítulos son independientes y entretenidos. Puede que simplemente porque han acertado al crear los perfiles de los protagonistas, o más bien porque el humor tontorrón me ha convencido junto a todos esos cómicos guiños históricos. El caso es que El ministerio del tiempo es una serie que todo el mundo debería ver, o al menos darle la oportunidad de caerle bien al espectador, y no me cansaré de recomendarla (¡por el momento!).
Aunque, sinceramente, lo que me conquistó fue ver a Julián Martínez (Rodolfo Sancho) en la España de principio del s.XIX haciéndose llamar Curro Jiménez (que fue interpretado por el padre de Rodolfo, el eterno Sancho Gracia). Estaré pendiente de la evolución de la serie, pero por ahora puedo decir con seguridad que en TVE han acertado de pleno.
El ministerio del tiempo deja poco a la imaginación al tener ese título. Protagonizada por tres individuos de siglos completamente diferentes (Aura Garrido, Rodolfo Sancho y Nacho Fresneda), nos hará viajar por las distintas épocas de la historia de nuestro país gracias a unas inexplicables puertas del tiempo que controla un Ministerio español secreto, cuya misión es proteger nuestra era actual e impedir que la historia se altere, que todo se mantenga tal y como hemos leído en los libros. Un soldado de Flandes al más puro estilo de Alatriste, un enfermero cosmopolita viudo y una de las primeras mujeres españolas en estudiar en la Universidad; los tres formarán un equipo que visitará la España de la independencia, la de Franco, la de Lope de Vega...
Hacen falta más series como estas. En los últimos años, la televisión española ha arriesgado bastante con nuevas fórmulas. La mayoría son un desastre, pero de vez en cuando se escapan grandes trabajos como éste. No es una carrera de competición con países como Reino Unido o EEUU, con un bagaje televisivo importantísimo. Pero el hecho de que la cultura nacional esté resurgiendo, pese a lo difícil que es en España llevar la cultura a buen puerto, es un signo de que en este país se puede aspirar a más (y con "más" me refiero a que podemos superar la telebasura que suponen La que se avecina y similares...).
El ministerio del tiempo me ha sorprendido para bien. Porque el reparto es más que decente (aunque Cayetana Guillén Cuervo sigue pareciéndome un alien) y el recurso de los viajes en el tiempo, lejos de ser mal empleado, ha sido aprovechado de forma muy interesante, creando una serie de ciencia ficción procedimental (es decir, con capítulos autorresolutivos) con un humor que no cae en lo absurdo o lo vergonzoso. Probablemente su presupuesto la limite en muchas ocasiones, pero por el momento no he visto ninguna carencia en vestuario o escenarios. No será la mejor serie de ficción histórica que exista, pero sí ha sido capaz de superar todas las expectativas y, por supuesto, a todas sus compañeras de parrilla.
Los protagonistas en su primera misión |
Quizás porque me gusta mucho la historia de España, o tal vez porque los capítulos son independientes y entretenidos. Puede que simplemente porque han acertado al crear los perfiles de los protagonistas, o más bien porque el humor tontorrón me ha convencido junto a todos esos cómicos guiños históricos. El caso es que El ministerio del tiempo es una serie que todo el mundo debería ver, o al menos darle la oportunidad de caerle bien al espectador, y no me cansaré de recomendarla (¡por el momento!).
Aunque, sinceramente, lo que me conquistó fue ver a Julián Martínez (Rodolfo Sancho) en la España de principio del s.XIX haciéndose llamar Curro Jiménez (que fue interpretado por el padre de Rodolfo, el eterno Sancho Gracia). Estaré pendiente de la evolución de la serie, pero por ahora puedo decir con seguridad que en TVE han acertado de pleno.
Yo estoy enamorada de la serie *-* La sigo desde que empezó y me encanta. Me lo paso como una enana :D Aunque en el último capítulo me escamé un poco porque no me parece normal que Picasso, siendo malagueño, no tuviese NADA de acento.
ResponderEliminarJajajajaj no he visto ese capítulo (y seguro que cuando lo vea me va a escocer xD), pero bueno... Siempre digo que eso mejor que el 'acento fingido' que intentan en ocasiones. Eso sí que me hierve la sangre.
EliminarSerie ídola del momento pese al empeño que pone TVE en darle un horario un poco especial. Los toques de humor son genialos. Oremos todos juntos para que dure mucho tiempo porque tiene un potencial increíble, pero de verdad, no como cuando te lo dicen tras no ser eliminado en la primera tanda del reality musical de turno.
ResponderEliminarjajajaja pues que termine antes de las 12 a mí me da la vida, pero empieza demasiado temprano...
EliminarHe leído, aunque ahora no puedo buscar el enlace, que han renovado para una segunda temporada. Por lo visto está teniendo una acogida tremenda. Ojalá sea como dices, porque estoy harta de que TVE tire por la borda lo bueno que tiene y lo único que se mantenga sean Mariló & cía.
Hay trailer de la segunda temporada. Arriba ese hype!
ResponderEliminarLo he visto... ¡Qué ganas! Una serie con un formato estupendo, me alegro de ver que en España se apuestan por ideas innovadoras (quitando los paralelismos muy vagos con Dr. Who). Ojalá vaya cogiendo fuerza, porque esta serie me gusta mucho.
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