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jueves, 31 de marzo de 2016

Calle Cloverfield 10


Michelle se pelea con su novio, recoge sus cosas del piso que comparten y se marcha montada en su coche, sin rumbo aparente. Cuando otro vehículo se avalanza sobre el suyo en un accidente que la deja inconsciente, no espera despertar atrapada en un sótano y en compañía de un hombre que dice haberla salvado de un ataque nuclear. 


Nos encontramos ante un inquietante thriller que resulta ser el debut de su director, Dan Trachtenberg. La sinopsis ya de por sí resulta atractiva, para quien sea aficionado a la intriga, pero también lo son los nombres que leemos en el reparto. John Goodman es un rostro conocido por todos, aunque sólo sea por su papel de Pedro Picapiedra (yo hoy he descubierto que es la voz de Sulli en Monstruos S.A....), y Mary Elizabeth Winstead se está haciendo hueco poco a poco en el mundo de la gran pantalla. Junto con John Gallagher Jr., protagonizan Calle Cloverfield 10, una especie de secuela de Cloverfiel (Monstruoso en España).

Empezaré diciendo que no es necesario ver Monstruoso. Esta película, pese a la relación con la anterior, sólo comparte título y productor (J.J. Abrams) con su predecesora. De hecho, supera a la precuela con creces según la crítica. No puedo opinar de forma personal porque no la he visto, aunque tengo la intención de verla para hacer comparaciones. Lo que me atrajo de Calle Cloverfield 10 fue la crítica y - más bien - la insistencia de un amigo por que fuésemos a verla.

Me alegro de haber seguido su recomendación, y animo a cualquiera que me lea a que le dé una oportunidad a este largometraje. Posee un guión espléndido; si ya nos sorprende la sinopsis, el argumento a lo largo de la película lo hará aún más con sus giros de guión y sus sorpresas, y ese final de película no dejará a nadie indiferente. De hecho, son esos últimos veinte minutos los que dividirán al público en satisfechos y frustrados. Puedo decir que me encuentro entre los primeros sin lugar a dudas [SPOILER: a priori puede ser un desenlace muy gratuito y extraño, pero a mí me resultó coherente con el resto de la película, pues al final no todo es lo que parecía - Howard tenía razón con los aliens].


Calle Cloverfield 10 no es apta para los cardiópatas. La tensión del thriller es continua, razón por la que sumar puntos a esta película. Es increíble la manera tan simple pero tan efectiva que tiene el director de disparar nuestros niveles de adrenalina, cómo juega en un espacio tan reducido - casi todo el filme se desarrolla en un búnker, cuatro paredes y un techo sin ventanas - y con tres personajes. Echando mano, como dije antes, de un argumento brillante que no deja de retorcerse sin llegar en ningún momento a convertirse en algo extremadamente complejo. Yo incluso me atrevería a decir que lo que más me ha gustado de esta película es lo bien que ha explotado su simpleza, además de la capacidad para mantener el interés del espectador a base de intriga continua. Son cien minutos a toda potencia.

Ya he dicho que el reparto es de envidiar, y es que John Goodman está sobresaliente. Su compañera también da la talla, algo que podremos comprobar en la infinidad de planos cerrados cargados de angustia que nos ofrecerán. Y como siempre, hago mención a la BSO, que cumple con su cometido maravillosamente.

Lo más importante que hay que tener en cuenta antes de ver esta película es que es imperante evitar los spoilers. El menor atisbo de alguna revelación sobre el argumento puede arruinarte la película. Le robará toda la magia al juego que tiene la película con el espectador, que estará constantemente elaborando posibles finales para equivocarse de manera absoluta. A quien disfrute con una buena dosis de intriga (¡no, intriga no es terror!), le diré que está tardando en ir al cine a disfrutar de esta pequeña joya del thriller. Tampoco quiero ensalzarla mucho para no crear demasiadas expectativas, pero puedo decir que yo salí muy satisfecha y encantada con este guión tan peculiar y sorprendente.



  • Ficha en FA.
  • Ficha en IMDb.
  • NOTA: 8

sábado, 26 de marzo de 2016

Batman v. Superman: El amanecer de la justicia




Con un 2016 a reventar de superhéroes (Deadpool, Suicide Squad, Batman v. Superman, Civil War, Doctor Strange, X-Men Apocalipsis...), ésta era la primera bala del cargador de DC Comics, quien ha dejado claro que no se va a quedar atrás en comparación con Marvel. Aun así, para ser el gancho que atraiga al público para una futura Liga de la Justicia (la versión DC de Los Vengadores), Batman v. Superman es tristemente decepcionante. Y con este párrafo tan poco alentador, regreso al blog después de semanas de inactividad absoluta.


No puedo decir que no me haya gustado, pero sí esperaba mucho más después de ver cómo Man of steel (la previa de Superman) no alcanzaba mis expectativas. Supuse que era por ser la primera de una nueva etapa en DC Comics, un borrón y cuenta nueva tras la trilogía de Batman de Nolan para crear este Universo DC, y que con las prisas no habían conseguido cuajar una buena película. Pero Batman v. Superman ha sido otro poco de lo mismo, y ya no sé si la culpa es de Snyder, de los guionistas o de Superman.

Digo Superman porque creo que es en ese personaje donde radica el problema. Eisenberg hace un gran papel como Lex Luthor, bastante creíble aunque con un personaje muy mal utilizado por el guión, pues su protagonismo es tan intermitente que se pierde su magia. Ben Affleck, contra todo pronóstico (siento decir que no del mío, yo confiaba bastante en él), se calza el traje de Bruce Wayne como si fuera un guante usado por él desde hace mucho tiempo. Su Batman no es tan prodigioso - y eso que me encantó la lucha que protagonizó a solas al final de la película -, pero de nuevo creo que es por culpa del guión y no de los intérpretes.

En resumen, un co-protagonista y un villano estupendos... ¿Qué falla? Superman. Me gusta Cavill para el papel del alienígena todopoderoso, pero tanto en ésta como en la anterior película convierten su historia en algo cursi y ñoño, un tono que no queda nada bien con un largometraje basado en cómics de este estilo y que no logrará atraer tanto público. Los de Marvel optaron por el humor y la acción, mientras que los de DC prefieren un tono más serio y oscuro para distinguirse de su principal competencia. Hasta ahí me parece una idea maravillosa, pero llevar a la práctica lo que está sobre papel no resulta tan sencillo. Este Superman no es un personaje profundo, sino un adolescente enamorado de una Lois Lane que No. Me. Gusta. Ni. Un. Pelo.


Otro de los grandes inconvenientes de esta película es su incapacidad para la continuidad, sus saltos de guión incomprensibles e innecesarios (¿de verdad necesitábamos todos esos sueños?). Al comenzar la película y ver que del "pasado" de ambos personajes sólo íbamos a presenciar la muerte de los padres de Batman y el ataque de los kryptonianos a la Tierra, casi lloré de alegría. No es necesario situar en contexto a los espectadores con una hora de película (ejem, Man of steel) porque puedes terminar robándole protagonismo y tiempo al argumento principal. Sin embargo, mi alivio por ver que todo se resumía en dos escenas de pocos minutos se evaporó igual de rápido. Porque durante hora y media de película me iba a limitar a ver exactamente lo mismo: escenas de diez minutos que saltaban a otras escenas de diez minutos y así hasta el infinito. Caótico, inútil, exasperante.

¿Resultado? Que en una película titulada Batman v. Superman vi de todo menos una lucha entre Batman y Superman. Creo que le dedicaron dos minutos (SPOILER: y se resolvió con un jodido "mi madre se llama igual que la tuya y por eso no te voy a matar"). Seguro que Snyder y compañía creyeron que cuanto más ofrecieran al espectador, mejor. Se equivocan. Dos horas y media de filme para no conseguir absolutamente nada. Muchas escenas sucediéndose interminablemente sin relación aparente y con saltos demasiado bruscos como para poder adentrarte en la película. Vuelvo a señalar al guión como culpable.

Hay otras cosas que no me han gustado, como el traje de Batman, la escasez de acción, Lois Lane en general, la cantidad de cosas que han revelado en una película,  la poca profundidad que le han dado al enfrentamiento entre los dos superhéroes - y la poca profundidad a los superhéroes en sí -, lo desaprovechado que está el villano y la excesiva oscuridad de algunas secuencias. Y los diálogos, que son un truño. Pero tampoco me voy a explayar (más), porque va a dar la impresión de que los de Marvel me pagan un sueldo.


Algo que sí rescataría de la película es la fotografía. Soy fan de Snyder (pese a lo decepcionante que ha sido verlo al mando de esta nueva generación de DC), y sus películas siempre tienen escenas a guardar para la posteridad. A los más adeptos de la versión en papel les encantarán esas tomas en las que el director parece haber calcado viñetas de los cómics (a destacar el inicio, con la muerte de los Wayne). Y, por supuesto, no puedo olvidar lo mejor - sí, MEJOR - de esas dos horas y media: la banda sonora original de Hans Zimmer. DC debería encadenarlo en algún sótano y no dejar escapar a este compositor que tan bien ha sabido congeniar con Batman, Superman, y todas las películas serias de superhéroes que puedan estar por venir (no por algo es el predilecto de Nolan, redescubridor de la oscuridad en la pantalla).

En definitiva, creo que esto es como el pez resbaladizo que no puedes mantener entre tus dedos. Zack Snyder ha querido aunar todo en una película a la que le sobraban escenas, minutos e historias (el pasado de ambos protagonistas, la presentación del villano, los sueños, los encuentros, el inicio del conflicto, la lucha entre ambos, la presentación de otros personajes futuros, la conciliación y la unión frente al villano...). Es una lástima desaprovechar una lucha tan interesante como la de Batman y Superman, dos personajes que podrían dar mucho de sí en un futuro y que han sido descartados con una facilidad pasmosa. Esto huele a la desesperación de DC Comics por ponerse a la altura de Marvel y traer ya mismo La Liga de la Justicia (Batman, Superman, Flash, Wonderwoman, Cyborg y Aquaman). Pinta muy bien, pero ojalá lo hubieran hecho con más mimo y respeto por los personajes. Las ansias de desvelar lo que se aproxima para el 2017 le han quitado toda la fuerza a los que podría haber sido una superproducción.

Más le vale a DC Comics que Suicide Squad sea un pelotazo, porque con el camino marcado por Man of Steel y Batman v. Superman no creo que lleguen muy lejos en esta competencia. Películas más redondas, con personajes más profundos, ahondando en las historias y sin querer abarcar mucho, calidad por encima de cantidad; ésas son las claves más sencillas para lograr crear un universo que compita con Marvel, diferenciándose por su tónica más seria y solemne. Para ello deben demostrar que, efectivamente, sus superhéroes son serios y que sus películas pueden ser algo más que largometrajes de acción. Porque hasta ahora sólo se salva Hans Zimmer.



  • Ficha en FA.
  • Ficha en IMDb.
  • NOTA: 7


lunes, 21 de diciembre de 2015

El despertar de la fuerza

18 de Diciembre de 2015, Kinépolis de Granada, entradas (compradas en octubre) en mano, esquivo a un stormtrooper y me detengo a acosarlo a él y a su amigo Vader para que se hagan una foto conmigo. Entramos en un abarrotado cine y esperamos un cuarto de hora a que abran la sala correspondiente. Hemos conseguido una de las últimas filas y asientos centrados, desde los que puedo observar al espontáneo que se levanta y empieza a criticar los quince minutos de anuncios (fueron dieciocho; yo también estaba desesperada). Aplaudimos, nos reímos, y seguimos esperando. La pantalla se cubre de estrellas en un fondo oscuro y aparece el famosísimo rótulo de Star Wars, el entusiasmo se extiende como la pólvora y aplaudimos con ganas, gritamos y dos espadas láser se iluminan en la oscuridad (a mí se me empañan los ojos). El texto del inicio comienza a deslizarse y regresa la magia que comenzó hace más de treinta años.



No haré ningún spoiler en esta entrada sin avisar (renunciaré a mi método habitual y simplemente los pondré en letras blancas), pero sí recomiendo que no se lea nada antes de ver la película, en ningún sitio, porque el objetivo es llegar 'virgen'. El episodio VII ha llegado rodeado de misticismo, y no sería bonito destrozarlo después del esfuerzo que han hecho los de Disney para mantenerlo así, con estreno mundial, trailers muy poco reveladores (doy fe), cláusulas de confidencialidad para los participantes en el rodaje... El regreso de la saga de aventuras más importante de la historia, con el perdón de Indiana Jones, tenía que ser a lo grande, así que comencemos con mi humilde análisis.

Consejo: ¿no has visto ninguna película de Star Wars? No sigas leyendo, porque probablemente sólo entiendas la mitad. Si quieres disfrutar al máximo de esta película, anímate a ver las seis anteriores. Que los prejuicios que existen hacia esta saga no te impidan disfrutar de ellas. La fama de "para frikis" es merecida, pero ilógica. Es una simple saga de aventuras en el espacio. ¿Mi recomendación? Busca un par de amigos que ya las hayan disfrutado (todo el mundo tiene un amigo que ha visto Star Wars), unas cervezas y palomitas. Así tendrás más probabilidades de contagiarte con su entusiasmo y disfrutarlas mucho más. Y siguiendo este orden alternativo: episodios IV>V>I>II>III>VI (si no, puedes adherirte al clásico trilogía antigua>trilogía nueva).

Aviso antes de tiempo de que puedo presumir de haber visto todas las películas de SW más de dos veces, excepto el episodio III (puaj). Sin embargo, no puedo presumir de ser una friki apasionada del tema, por lo que no soy ni de lejos una experta en los matices más sutiles de la creación de George Lucas. Pido disculpas a los que crean que estoy mancillando a la República, sobre todo a los que hayan salido decepcionados de la sala del cine, porque para mí Star Wars VII ha sido PERFECTA.

Yo tenía dos posibles vías ante esta película. La primera era la de contemplarla como una película más, atendiendo a detalles más técnicos y artísticos. De ser así, ahora mismo la estaría describiendo como un film de aventuras entretenido, con un guión flojo y unos diálogos aún más flojos, que logra divertir pero no asombrar, y que se salva por la fotografía y los efectos especiales.

Sin embargo, yo fui al cine con otra actitud diferente. Era consciente de que ésta es la primera de una nueva trilogía, y que provenía de una idea ya creada por Lucas. Sabía, también, que según declaraciones del director se iban a ignorar a los episodios I, II y III, por aquello de haberse desviado completamente de la tónica que seguía la trilogía original, para hacer justicia y mantener el espíritu de ésta (episodios IV, V y VI). Puede que el hype y la excitación por este regreso tan esperado me hayan enturbiado el juicio y esté sobrevalorando al largometraje, pero después de tres días sigo pensando que fue espectacular, así que quizás no sólo se deba al efecto 'postraumático'.

Así, sí. En esas dos palabras se puede resumir mi opinión sobre Star Wars VII. Quien haya visto las seis películas previas se habrá dado cuenta, sin necesidad de ayuda, de que las películas originales son mucho mejores que las nuevas. Que Yoda sea un muñeco de plástico en lugar de una creación digital puede no jugar a favor de las primeras, probablemente, pero en ellas hay mucha más honestidad y autenticidad. No tienen tanta profundidad en el ámbito político (que es en torno al cual gira casi la totalidad del episodio II) y las actuaciones y diálogos tampoco son para tirar cohetes, por no hablar de lo difícil que es ver una película del siglo pasado sin reírse de las marionetas y droides de cartón-piedra. Lo que vengo a decir con ésto es que el objetivo del episodio VII es recuperar ese espíritu de aventura, traición, drama cutre y acción que desprendían las tres primeras películas de George Lucas. Star Wars en estado puro.

Y aquí un análisis pormenorizado (o al menos lo intentaré) sobre los distintos aspectos de la película:

I. La historia: muchos han criticado que el guión sea una fotocopia de la trilogía original. Pero yo creo que precisamente es eso lo que me ha hecho recobrar la fe en Disney y su capacidad para devolvernos Star Wars a los fans. ¿No era precisamente ese desapego el que convirtió a los episodios I, II y III en carne de cañón? Si nos dan lo que reclamábamos desde hace tanto, deberíamos recibirlo con los brazos abiertos.

Soy consciente, sin embargo, de la poca originalidad del guión y de lo poco que han arriesgado. El despertar de la fuerza empieza y termina exactamente igual que Una nueva esperanza. Un droide con unos planos de vital importancia abandonado en un terreno desértico para cruzarse con nuestro protagonista (Rey en este caso) y juntos se embarcan en un viaje con la guía de un maestro (Han Solo). Hasta tenemos una versión femenina de Yoda (Kanata). Y al hijo perdido de Jabba. Pero aquí es donde intervengo yo, para desarrollar mi teoría.

J. J. Abrams ha arriesgado poco en lo que viene a ser el guión, pero es que el objetivo de Star Wars VII no era la innovación. Al contrario, su meta principal era la de demostrar a los fans que el prolongar una saga que parecía ya acabada ha sido la mejor idea que han tenido los de Disney en muchos años. Han recuperado el espíritu de aventuras, la estética de las antiguas películas y a sus personajes para mostrar al mundo que se trata de una secuela fiel a la original. El ritmo apresurado con el que se resuelve esta historia también está dirigido a convertir El despertar de la fuerza en una especie de presentación o prólogo, en un "mirad lo que os traemos". El tentempié perfecto para los fans, para que vayan viendo que este nuevo proyecto de Star Wars es serio y promete muchísimo. Y, aunque en esta historia no innovan o arriesgan, sí dejan claras sus intenciones, que es lo único que tenía que conseguir Abrams: que el regreso de la mejor trilogía de aventuras de la historia no fuera un estrepitoso fracaso y una horrorosa decepción.

II. Los protagonistas: ya se usaron actores desconocidos (en su momento) para Una nueva esperanza, y han vuelto a repetir la fórmula. Finn y Rey hacen una pareja de amigos (gracias por no meter historias de amor en cada esquina, ¡gracias!) bastante creíble, por un trabajo que -pese a no ser espectacular- gusta bastante a manos de Daisy Ridley y John Boyega, a los cuales espero ver muchísimo más en las siguientes películas (bien por los de casting). Adam Driver no me ha convencido tanto, aunque lo suficiente como para que le pueda dar una oportunidad - pero la verdad es que me gusta más con la máscara puesta. De los eternos Ford, Fisher y Hamill diré que nunca me parecieron brillantes actores, pero quitarles el polvo y permitirles traernos de vuelta a nuestros héroes favoritos (#TeamLeiaForeva) sólo puede sumar puntos.

En definitiva, tenemos de nuevo personajes femeninos fuertes y con carácter (todo mi dinero a Rey), un villano atormentado y con grandes habilidades, stormtroopers incapaces de acertar un blanco y parentescos que llegan a ser demasiado evidentes. Sí, te lo dejan claro y te lo repiten por si no te has enterado de quién es primo segundo del vecino del otro; supongo que porque no vieron necesario perder el tiempo explicando los nexos de unión entre personajes ya que, como repito, ése no era el objetivo de la película (aunque podrían haberlo hecho más sutilmente, para mantener la magia). Y, por favor, que nadie se queje de la presencia de un negro. Nadie se quejó de Greedo, que es turquesa.

III. Droides, naves y espadas: volvemos a lo mismo. Se acabaron los saltos y acrobacias con espadas láser. El utilizar la fuerza para destrozar escenarios. Empujones y patadas en el aire. Sólo lucha cuerpo a cuerpo con ayuda de un sable láser. (Me encantó el detalle de que Finn intentara hacerse el héroe y descubriera que no es tan fácil usar una espada. Y que Rey no fuera una jedi cinturón negro la primera vez que se enfrenta a Kylo Ren - contra el cual pierde pero sobrevive, obviamente, porque éste se encuentra herido).

Además, tampoco han creado un vórtice espacio-temporal como hicieron con la nueva trilogía, en el que el avance tecnológico da un salto incomprensible (sí, es fascinante ver cómo las armas y naves de la trilogía nueva son mejores que la original, saltándose a la torera el orden cronológico interno de la saga). En El despertar de la fuerza volvemos a ver el mismo diseño de naves y droides, además de regresar al uso de disfraces para las diferentes razas. Volvemos a tener la idea de "tecnología del futuro" que se tenía el siglo pasado. El único destello de innovación es quizás BB-8, (aunque el hecho de que cuando rebota suena como un bolondrón de metal macizo nos lleva de vuelta a la idea de una ciencia ficción más estancada en los años setenta).

Y adiós a los putos midiclorianos.

IV. La música: no tengo mucho que añadir. Probablemente la mejor banda sonora de toda la saga. Emocionante.

V. Los guiños: múltiples y muy bien elegidos. No sólo en los diálogos, en la estética o en el reciclado de actores. También en algunas escenas, como aquella en la que Kylo Ren contempla el espacio, del mismo modo que lo hizo su predecesor Vader (para mí, la mejor escena de la saga al completo, con ese negro sobre negro).

VI. Los escenarios: no han abusado de los efectos especiales como en su día lo hizo George Lucas en su segunda trilogía (y en la remasterización de la primera, puaj). La estética, como digo, es impecable y muy fiel a la original, así como el vestuario, la caracterización de los monstruos y la fotografía en general. (Que la Estrella de la Muerte sea un planeta es AWESOME). Sí, la fotografía es para mojar las bragas.

VII. La fuerza vuelve a ser La Fuerza. Regresan los Jedi de verdad.

Yo en el cine


En resumen, un perfecto inicio para una secuela compuesta por otras tres películas que están por venir. J. J. Abrams merece un pequeño aplauso por conseguir que me divirtiera en el cine, que saliera encantada y que esté deseando el estreno del episodio VIII. Una película recomendada para todos los fans de Star Wars, así como para los que tengan ganas de introducirse en este mundo. Y, como humana, me permito sobrevalorar la película hasta el infinito, porque lo primero que salió de mi boca cuando aparecieron los créditos fue un "Asín sí, coño".



  • Ficha en FA.
  • Ficha en IMDB.
  • NOTA: 9



Edito: este post iba a ser publicado el día 21, pero por lo visto se quedó como borrador y nunca llegó a publicarse hasta hoy (28). Desventajas de dedicar toda la navidad a comer y no a pensar. 

miércoles, 24 de junio de 2015

Galletas de dinosaurios

Los exámenes por fin me permiten tener un hueco para escribir una nueva entrada, aunque en su momento no me impidieron ir al estreno (estreno mundial, qué importante suena y qué emocionante es) de la cuarta entrega de la saga Jurassic Park.


Las galletas 'Dinosaurus' me hacen temblar de nostalgia. Son esas galletas con forma de dinosaurios que vienen en bolsitas de plástico con tres o cuatro bichos diferentes. Mi favorito es el triceratops. Quizás os parezca una tontería, o tal vez comprendáis a qué sentimiento me refiero. Es ver esas galletas y recordar mi infancia, cuando los dinosaurios eran lo que más me fascinaba del mundo. Puede que, como yo, también estuvieseis decididos a ser paleontólogos, con la absoluta certeza de que estudiar a unos reptiles del Mesozoico sería probablemente el trabajo más 'chulo' de la historia. También es posible que, al igual que mis padres, los vuestros decidieran compraros libros sobre dinosaurios y alquilaros en el videoclub (cuando ir al videoclub era algo que se llevaba) las películas de El valle encantado o la trilogía de Jurassic Park o Parque Jurásico - según qué idioma. 

Pues bien, a mí Jurassic Park me encantó. Era divertida, tenía efectos especiales alucinantes y había dinosaurios (quizás el único factor decisivo en la ecuación para que me gustara la película), aunque tuvieran el papel de villanos. De la segunda y tercera películas no tengo mucho que decir. Me gustaron tan poco que fue necesario que un amigo me recordara qué había sucedido en ambas secuelas, porque mi cerebro afortunadamente decidió borrar esa información de mi memoria. En realidad estoy mintiendo. Probablemente me gustaron cuando era pequeña, pero ahora las encontraría insoportables, así que prefiero no arriesgarme a remover las aguas. 


Este preludio es únicamente una forma de poner en antecedentes a quien me lea. No diré que soy una anciana decrépita, pero a mi edad lo normal es que unos simples dinosaurios no me exciten como cuando tenía seis años. Pero lo cierto es que las galletas de dinosaurios me siguen apasionando y Jurassic Park me parece increíble. Pertenezco a un club de fans de dinosaurios imaginario. Y no debería ser algo tan raro en un mundo en el que jóvenes de veinte años se casan con octagenarios y lo vintage es una moda. Los fósiles molan.

Conclusión, fui a ver Jurassic World con un temor reverencial. Podría ser la cagada más grande de la historia, un intento desesperado de hacer caja. Era difícil estar a la altura de la primera y sorprender a los espectadores. Pero es como cuando todos llenamos las salas de cine para ver Toy Story 3; era absurdo tener la esperanza de que pudiera hacer frente a sus predecesoras, pero aun así nos gastamos el dinero de una entrada de cine y salimos de allí encantados por la inversión. 

Jurassic World es genial, increíble, una flipada, un pasote, la hostia, llámaloX. Sin caer en desgraciadas comparaciones con Jurassic Park I, esta secuela ha conseguido reunir todo lo que se necesitaba para satisfacer al público: mucho dinero, un guión con una buena idea, unos actores bastante competentes, chistes en su justa medida, un T-rex y el toque perfecto de nostalgia. 

Bueno, y a éste machote también

Siguiendo una pauta muy similar a la primera, esta película comienza con dos adolescentes que son invitados por su tía a Jurassic World, un parque creado sobre las ruinas de Jurassic Park unos veinte años más tarde, pero con el éxito que le faltó a su predecesora. Sin embargo, pese a ser de las principales atracciones del mundo, los números indican que cada vez hay menos interés por parte del público, ya que los dinosaurios han dejado de ser una novedad. Para ello, los investigadores del centro crean una nueva especie que jamás ha existido, un híbrido que promete ser la nueva sensación.

El guión no es nada sorprendente. Además de ser muy similar al de Jurassic Park, todo sabemos qué va a suceder con el Indominus Rex, la nueva creación del parque. Ni siquiera hace falta ver la trilogía anterior para oler la desgracia. De hecho, el final tampoco puede hacernos gritar un "oh, no me lo esperaba para nada". Pero aun con todo eso, la película es lo suficientemente entretenida como para mantener tu atención durante todo el metraje. 

Como he dicho antes, la película es divertida. Chris Pratt es una gran elección como protagonista, aunque no extraña nada que se decidieran por él después de la sorpresa de Guardianes de la galaxia, y además de actuar de forma bastante competente (el tiempo dirá si podrá mejorar) encaja bastante bien con la idea de su personaje. Sin duda tiene la capacidad de arrancar sonrisas sin hacer perder seriedad al filme. Y es que Jurassic World ha logrado un equilibrio entre la acción y la comedia, sin permitir que la película decaiga en ningún instante. Los últimos veinte minutos tienen momentos que yo calificaría de épicos, como la entrada magistral en escena de un velociraptor, el viaje en moto o que una dinosaurio cabalgue sobre otro cual Katy Perry en la Superbowl. Aunque puede que a los más estoicos simplemente les provoque una expresión de incredulidad. 

Pero lo que más agradezco a esta película son los guiños. Tendría que volver a ver la de Spielberg para poder enunciarlos todos, pero probablemente cualquiera sería capaz de ver los más evidentes. Desde el mítico "¡corred!", pasando por la reaparición del doctor Wu hasta la misma cabra de sacrificio, el holograma en honor al dilophosaurus, el casco con binoculares de visión nocturna, el jeep, el primer contacto físico con un dinosaurio y el viaje en helicóptero. Y mil más, todas en honor a la original que tanto impacto causó en el mundo. Es algo que los fans agradecemos, incluso los que estamos menos dedicados a la trilogía. Hasta los científicos tienen que estar de enhorabuena porque, como bien reconoce un personaje en la película, si no se hubiese alterado el ADN de los dinosaurios, no se parecerían en nada a los que nos imaginamos (haciendo referencia al plumaje de los verdaderos, que más que reptiles parecerían pollos) y no serían ni la mitad de interesantes

Ni con plumas podría ser más mono

Termino diciendo que, quien no se atreva todavía, vaya a verla si disfrutó con Jurassic Park. Los que no tengan ni la más remota idea de qué va la saga, que estén tranquilos, pues no hace falta ver las anteriores para poder pillar el hilo; lo único que se pueden perder son las referencias al anterior parque y aun así no son esenciales para seguir la historia. No hay que olvidar que Jurassic World es una película de dinosaurios, principalmente, así que quien crea que no puede disfrutar con unos bichos persiguiendo a gente hace bien quedándose en casa, del mismo modo que para las familias sería obligatorio llevar a los hijos al cine. 

Yo, desde luego, no sé todavía cómo calificarla. Si fuera objetiva, vería los fallos que tiene la película. Pero la emoción todavía me dura, y quisiera ser generosa con quien me ha regalado una vuelta a mi infancia. Es todo un logro que Jurassic World se mantenga a la altura y prometa más (SPOILER porque los más avispados se habrán dado cuenta de que cierto doctor desapareció sin dejar rastro con un maletín altamente sospechoso).


Disfruté como una niña en el cine y ha sido esa misma niña (que nada tiene que ver con la de Rajoy) quien ha escrito esta entrada. Porque a mí me siguen encantando las galletas de dinosaurios. 


lunes, 8 de diciembre de 2014

Oda a la fotografía

Llevo un fin de semana de lo más agobiante, así que todas las noches me pongo alguna película para desconectar. Esta vez han tocado tres títulos bastante conocidos (uno de ellos afortunadamente lo vi en el cine), que debería haber visto a estas alturas pero que nunca he encontrado el momento - ni el humor. En lugar de crear una entrada para todas ellas, como tampoco tengo demasiado tiempo he decidido unirlas en una sola publicación. Porque todas tienen en común dos cosas: la fotografía (o el montaje, según quién) es impresionante y sus directores también.


EL LOBO DE WALL STREET



Divertida, irreverente, es una gran comedia en un estilo muy agresivo. Me echaba hacia atrás su duración, así que nunca encontraba el momento oportuno para 'malgastar' tres horas de mi vida viendo a Leonardo DiCaprio. El hombre se sale, y cada uno de los monólogos de su personaje es dinamita. No recomendada para mentes puras y sensibles, pues la droga y el sexo están en cada segundo de metraje (la escena de las pastillas Yellow me dejó medio muerta de la risa). Eso sí, es increíble que una película así consiga hacernos caer en la trampa del propio personaje de Jordan Belfort, que nos engatusa y nos hace creer que ser ricos a costa de los demás está bien; aplaudo a su intérprete y su director, porque logran mentir al propio espectador.

Lo mejor: DiCaprio, DiCaprio, DiCaprio, los monólogos de DiCaprio y el montaje con esa estupenda banda sonora.

Lo peor: la duración y (para los más castos) los excesos de los personajes.




EL GRAN HOTEL BUDAPEST



En su estilo habitual, Wes Anderson nos presenta una historia realmente divertida sin olvidar el drama, que pasa muy desapercibido gracias al toque entrañable que el director consigue en todas sus películas. De las tres que hoy estoy mostrando, ésta es la que tiene una fotografía más impresionante. Y la historia más extravagante, o quizás no sea el argumento de la película sino la curiosa manera en la que nos es presentado, con importantes cambios de ritmo y la delicadeza o dulzura de los personajes.

Desde el primer fotograma se puede reconocer la mano del autor a millas de distancia, es su estilo puro y visual impregnando cada toma, frase o vestido para conseguir relatar un cuento de hadas dirigido a adultos. Pero, en un extraño modo, la comedia termina y deja un sentimiento plomizo en tu subconsciente; Anderson es un mago del disfraz y sabe camuflar la melancolía con su florida estética. Genio.

Lo mejor: la fotografía, indudablemente. El reparto y la historia, de diez; la banda sonora, de nueve.

Lo peor: no les gustará a los más tradicionales porque el humor es demasiado 'elegante', y puede que a muchos no les convenza. Es muy al estilo del director; si no te gusta Wes Anderson difícilmente te gustará el Gran Hotel y sus personajes.




INTERSTELLAR



Christopher Nolan se ha atrevido a dar un salto de gran importancia. Su afamado afán por descubrirnos la cara más oscura del ser humano ha sido sustituido por el amor, el sacrificio y la fe en la humanidad. El resultado ha sido una mezcla extraña, en la que hay momentos en los que me creo a los personajes, pero otras veces resultan demasiado artificiales. Creo que Nolan debería limitarse a lo suyo, que se le da genial, y no intentar conquistar otros terrenos que no calzan con su estilo.

La historia es simple, con fragmentos extraídos de Armaggeadon, Elysium y Contact (y probablemente alguna más), que no sorprende por el argumento pero sí por la estética. Me gustó muchísimo la manera de mostrarnos cómo es un agujero de gusano, o cómo serían si existieran. La verdad es que no soy física, pero intuyo que Jonathan Nolan no eligió a uno muy competente para asesorarlo. Licencias de autor que en este caso concreto creo que superaron el límite permitido. Aun así, es una película entretenida y técnicamente muy correcta, aunque no asombra tanto como otras de estos hermanos.

Lo mejor: para mi gran sorpresa, Matthew McConaughey es lo mejor de la película. Los efectos especiales y la fotografía son espectaculares, [SPOILER] así como la idea del agujero negro y la superposición de planos y tiempos.

Lo peor: Matt Damon completamente innecesario, así como los últimos diez minutos de la película. Las transgresiones de la física, demasiado gratuitas (o, al menos, poco creíbles).


sábado, 30 de agosto de 2014

Cómic desconocido, superhéroes imprescindibles

Sinopsis
Peter Quill es un 'terrano' perteneciente a un grupo de piratas que se dedica a saquear por todo el Universo bajo el nada conocido pseudónimo de Star-Lord . En el planeta Morag le arrebata un orbe a uno de los secuaces de Ronan, un jefe kree, e intenta venderlo a espaldas de su líder Yondu. A consecuencia de sus acciones, tendrá que huir de la asesina que Ronan manda tras él y los cazarrecompensas que desean cobrar el precio que han puesto a su cabeza.



Marvel - y su rival DC - es ahora mismo una mina de oro. Desde su salto a la gran pantalla, no para de cosechar éxitos (luego tenemos Green Lantern, en fin... olvidémoslo). Ahora lo ha intentado con Guardians of the Galaxy y tuve la oportunidad de verla en el cine hace una semana. He de decir que, desde mi humilde punto de vista, Marvel y DC están abusando del tirón que están teniendo en taquilla. Tal y como lo fueran las mafias años atrás, ahora son los superhéroes la moda de la gran pantalla. ¿Hasta cuándo tendremos que 'soportar' toda esta sucesión incesante de secuelas? ¿Tendrán las narices de hacer otro remake de Batman cuando ya no les queden personajes interesantes, a riesgo de no llegarle ni a los talones a la versión de Nolan? Estamos cansados de superhéroes; menos mal que al menos se lo curran.

Ant-Man. En serio. 
Volviendo a la película que nos ocupa, Guardianes de la Galaxia - como se ha traducido en este país - está basado en un cómic de Marvel. Debutaron, si no me equivoco, en "Marvel Super Heroes" nº18, y el equipo original fue asumiendo bajas e incorporaciones. En  la película, los protagonistas son StarLord, Drax, Rocket Raccoon, Groot y Gamora. Unos personajes completamente alejados de las grandes estrellas como los X-Men, Hulk, Los Vengadores, La Liga de la Justicia, Batman... y el que logren conectar tanto con el espectador, siendo completos desconocidos, es motivo suficiente para darle la enhorabuena a James Gunn.

Primeros Guardianes

El mundo del cómic es algo que me es desconocido, pese a que con pocas cosas he disfrutado tanto; de pequeña soñaba con tener toda la colección de los X-Men adornando mi estantería. Me tuve que 'conformar' con las viñetas del ilustre Ibáñez, con Tintín, Persépolis, Corto Maltés, Hellboy y el Capitán Trueno. Nunca tuve la oportunidad de comenzar mi tan ansiada colección de cómics, y ver al gordo de los Simpsons siempre me lo ha recordado como una puñalada trapera. Por eso me encanta ver este tipo de cine, cuya única pretensión es entretener.

Cierto, no son obras maestras del cine; cierto, gran parte del mérito lo tienen los dibujantes; cierto, todos sabemos cómo va a terminar la película antes de que empiece. Sin embargo, algo que siempre aprecio es que las productoras te vendan el producto tal y como es. Mirad, si no, 'La gran estafa americana', que se daba aires de grandiosa, cuando en realidad es más bien normalita. Marvel y cía. te venden sus películas como lo que son: entretenimiento, golpes, tíos duros, tías buenas, efectos especiales, chistes malos y a Stan Lee haciendo un cameo (el de Guardianes no me ha gustado tanto como otros, siendo sincera).

Star-Lord, el prota

Por eso, cuando yo fui al cine a ver Guardines de la Galaxia no esperaba más de lo que he exigido al resto de superhéroes: no dormirme. Y es por eso mismo que al llegar a mi casa le puse un 8 en IMDB y FA. ¿Por qué? ¡Pues porque me sorprendió gratamente! Me dieron más de lo que me habían vendido. Y yo sé apreciar eso, sin importar que esté siendo parcial.¿Por dónde empezar a explicar? La película en sí es bastante larga (era inevitable, no puedo quejarme por ello), con un final apresurado, pero he aquí los motivos por los que es de las mejores - si no la mejor - de Marvel (no hay spoilers):


1. Es divertida Y los personajes son divertidos. Vale, soy de risa bastante fácil, y eso explica las veces que estuve a carcajada limpia con la parejita de al lado mirándome raro. Quizás no todo le mundo coincida conmigo en esto, pero es increíble la 'química' entre los personajes, y cómo se va encauzando a lo largo de la película. Punto justo de chiste y dramón.

2. El maquillaje. Mira que es difícil poner bichos verdes, rosas y azules sin que parezca teletubbielandia, pero consiguieron un resultado más que aceptable.

Gamora, el punto sexy de la peli
3. La BS, sin dudarlo un segundo. Disfrutadla en Youtube o en Spotify. Titulada Awesome Mix Vol.1, cuenta con temazos muy bien integrados en la película. Quizás es lo que más me ha gustado del filme, básicamente por mi alma ochentera. No sé si podrán estar a la altura en la segunda película.

4. Los efectos especiales. La fotografía. omgomgomg. Holaaaa, qué pasa con todos esos colores epilépticos... Es absolutamente fantástico poder ver escenas de acción con tanta precisión e iluminación, estoy hasta las narices de batallas finales en el puñetero planeta más oscuro del jodido universo. Vale que tiene que ir acorde con el tono de la película, pero es que quiero ver algo si he embargado mi casa para poder pagar la entrada. GDLG ha quedado preciosa, casi que me recuerda al cine francés con tantos colores. Y, por supuesto, ayuda el hecho de que no hayan dado tanta importancia a las batallas espaciales o con pistolitas estelares. Sin tanta acción como The Avengers, llega a ser incluso más entretenida.

La parte tierna-a-la-vez-que-malota de la película
5. El momento maceta.

6. El momento pierna ortopédica.

7. Los actores, que no son nada espectacular a excepción de Cooper pero consiguen ser muy (repito, muy) creíbles, incluidos el palitroque y el mapache. Destacar a Drax, interpretado por Bautista (soy fan absoluta de la WWE y de 'La Bomba'). Esperaba algo ridículo por su parte, pero me ha sorprendido. Gunn ha sabido utilizar sus defectos como actor e incorporarlos a la película. El personaje ya te avisa de que no puedes esperar de él más que una masa de músculos con más mala leche que inteligencia. Por contra, el villano es más bien decepcionante y Benicio del Toro te deja con ganas de más.

El maquillaje de Drax era el peor: 4h para ponérselo

En definitiva, sé que no es un peliculón. Pero igualmente animo a cualquiera a ir a verla con la intención de pasar el rato. Guardianes de la Galaxia es, en resumen, divertida y entretenidísima. Y hace mención a Footloose, mal rayo les parta.