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miércoles, 14 de septiembre de 2016

Kubo


"No todo lo que es oro reluce,
ni toda la gente errante anda perdida."
Bilbo Bolsón

Comienzo así esta entrada con el reto de las tres citas (cortesía de Mery - Los leotardos verdes). He elegido ésta, como no podía ser de otra manera, porque la llevo tatuada en élfico (así, como seña de identidad friki). Es un fragmento de una canción de La comunidad del anillo que en su día tuvo bastante importancia para mí, y sigo creyendo que es una reflexión importantísima en la vida: siempre hay que estar abierto a la posibilidad de que nuestros prejuicios o primeras impresiones estén equivocadas. Y terminado este inciso, voy con la película de este fin de semana. 




Kubo es un niño ciego de un ojo que vive en una pequeña aldea japonesa. Puede hacer cosas maravillosas con sólo rasgar las cuerdas de su shamisen, como convertir trozos de papel en figuras de origami y darles vida para contar fantásticas historias que ha aprendido de su madre. Pero la tranquilidad durará poco, pues tendré que aventurarse hacia lo desconocido para hacerse con la armadura mágica y salvarse así de la oscuridad que lo persigue. 


Apenas tengo tiempo y seré breve con esta entrada. Además, puedo resumir bastante bien mis sensaciones con esta película: increíble. 

Laika es un pequeño estudio de animación centrado en el stop-motion que, según tengo entendido, roza la miseria económica (no es que haya indagado mucho y puedo estar equivocada). Su nombre no es para nada familiar, lo cual no es de extrañar por lo desconocidos que son sus trabajos: Los mundos de Coraline, Paranorman (fielmente traducido como El alucinante mundo de Norman) y The boxtrolls. TODAS (insisto, todas las que han hecho) han sido nominadas a Los Oscar y sinfín de premios cinematográficos. Tengo el honor de haber visto las tres, y sumando a Kubo puedo decir que ya he completado su reducido catálogo de largometrajes (y espero que con Kubo no se rompa la tradición del reconocimiento técnico). No me ha decepcionado ninguna; es más, me parece que no se ha reconocido entre el público general la valía de estos estudios. Fue lamentable estar sentada este domingo en una sala de 18 filas y con sólo veinte personas viendo una película tan maravillosa, un fin de semana, dos semanas tras su estreno. Lamentable. 

Pero no he venido a hablar de Laika, sino de su pequeño hijo. Kubo es una película que probablemente no deje indiferente a nadie. Puede complacer en cualquiera de sus aspectos, pues es un trabajo redondo. Con unas ideas atípicas, como la del control del origami a través de un instrumento de cuerda o que el protagonista sea un niño ciego de un ojo. La estética es gloriosa, un regalo a la vista fotograma tras fotograma. No espero menos del stop-motion, en el que los movimientos y la expresividad de los personajes pueden potenciar la belleza de la película de una manera muy visual y tierna. En Kubo, además, se puede disfrutar del convincente resultado de la unión del stop-motion con la CGI.

Disfrutad del making of aquí o aquí.

No se queda ahí. Además de estar - a nivel técnico y de diseño - muy lograda, Dario Marianelli se supera con esa banda sonora. Puede que sea por lo atraída que me siento hacia el mundo oriental en general y el japonés en particular, o porque sabe compenetrarse a la perfección con ese sentimiento entrañable que desprende la película. Kubo y las dos cuerdas mágicas es un pozo de sensaciones y necesitaba una composición a su altura. 

Lo cierto es que me arriesgaría a decir que quizás esta película no sea apta para cierta franja de edad, por esas sensaciones de las que hablo. Al menos, para los más protectores con los pequeños. Porque en Kubo se explora la muerte y las maneras de enfrentarse a ella. Al igual que me sucedió con Los mundos de Coraline, esta película me dejó con una sensación de desamparo terrible. Como si las circunstancias de Kubo me expusieran a una situación sobre la que prefiero no indagar habitualmente. La fortaleza que logramos a través de la pérdida de los seres queridos y la superación personal, temas muy delicados y difíciles de manejar en el mundo del cine. Travis Knight lo consigue de una manera... magistral. Con mucho tiento, pero sin sutilezas. Franco, crudo y directo. 



No tengo ni una sola palabra negativa para esta película. Los más puristas dirán que el guión podría mejorarse y no ser tan simple, pero creo que precisamente ahí radica la belleza de esta película: que con una historia sin artificios logran transmitir más que cualquier otra. Y ese final. Maravilloso e insuperable. Me atrevería a decir que merecería la pena verla sólo por esos cinco últimos minutos - si no es por disfrutar de lo increíble que puede llegar a ser un trozo de papel en la gran pantalla.

Poco más puedo añadir. Creo que estoy tan saturada de emociones que me resulta difícil reflejarlas por escrito. Una película hermosísima, con unos personajes entrañables que nos conducen a través de una historia para el recuerdo. La familia, la tercera edad, la pérdida, la soledad, la confianza, la superación. ¡Todo! Comprimido en apenas cien minutos, como un precioso regalo esperando para ser descubierto. Ojalá pudiera recomendar esta película a todo ser viviente, pues pocas veces me ha dado tanta pena ver una sala de cine tan vacía. 


  • NOTA: 9/10
  • Ficha en FA.
  • Ficha en IMDb.

miércoles, 17 de agosto de 2016

Escuadrón suicida

El ¿blockbuster? del verano. Ojalá Mascotas consiga superarlo en ingresos.




Amanda Waller plantea una posibilidad al Gobierno, ante la frágil situación del país ante un hipotético ataque de los metahumanos. ¿Y si para combatir a esos enemigos se recurriera a los que son capaces de causar un mayor daño, los peores villanos del país? Con esta idea, se gesta el Escuadrón Suicida, un grupo de ocho criminales cuya única posibilidad para seguir con vida es atenerse a las órdenes de Waller en un misión que parece... suicida.

DC Comics se estrelló con Batman v. Superman, y así lo dije en la entrada que le dediqué a la película. Un destrozo absoluto, que luego parece ser que se redimió parcialmente gracias a la versión extendida sin cortes (lo cual apoya mi teoría de la "edición de mierda" que hicieron con ella). Entonces, la esperanza se centró en Escuadrón Suicida, la película gamberra y divertida que DC ofrecía para el verano de 2016, en un tono completamente distinto al de sus fallidos proyectos de Batman o Superman. Cuando la estrenaron las críticas, sin embargo, no fueron nada positivas. Rotten tomatoes le da - a día de hoy - una aprobación del 27% (hay una petición en Change.org para que cierren la página...) y es difícil encontrar una crítica profesional favorable a la película de David Ayer. Aun así, fui valiente y me atreví a pagar una entrada de cine por lealtad a DC. He aquí mis consejos:

1º: NO ver Suicide Squad.
2º: En el hipotético caso de que tus instintos masoquistas prevalezcan sobre tu raciocinio, ve a verla en VOSE (me han comentado que el doblaje es lamentable, y tampoco hay diálogos memorables que te puedas perder si eres incapaz de seguir los subtítulos).
3º: Si además de verla, lo haces con doblaje, te recomiendo que de vuelta a casa compres un cilicio para completar tu rutina de penitencia.


Ahora, en serio, ¿por qué he salido espantada del cine? Son múltiples las razones e intentaré acordarme de todas ellas (han pasado ocho días en los que mi mente ha podido borrar partes del evento traumático para protegerme).

La primera, y más obvia, es que uno no puede estar en misa y repicando. O, traducido al idioma de la película, no puedes ser una película oscura y profunda al mismo tiempo que desvergonzada y humorística. En el supuesto caso de que la intención fuera mezclar ambos tonos, es bastante difícil lograr un equilibrio óptimo. Más aún con los guionistas y directores que DC está consiguiendo en la tómbola de una feria de pueblo.

Sin hacer spoilers, diré que la obsesión de DC por distanciarse del estilo de Marvel (más relajado, más centrado en la acción y la diversión) les ha llevado a desaprovechar una bala en su cargador. Escuadrón Suicida era una película para desconectar, entretener, sorprender. No era el momento de darle profundidad a unos personajes que no la merecen o necesitan, ni tampoco el momento de volver a usar un filtro negro como la pez en una película que se había anunciado casi con neones. La estética que se espera al ver el póster o el tráiler de E.S. es muy diferente de la que uno se encuentra una vez sentado frente a la pantalla.

Y esos tatuajes...???

Porque no hay nada más ridículo que querer hacer profundos y sensibles a un grupo de villanos en una película en la que no hay héroe. Vuelvo a repetirlo: villanos. Villanos. Villanos. Malos, malotes, cafres, caca. Son criminales, como bien se explica al principio de la película. Y aunque todos estamos deseando ver a Will Smith hacer de... Will Smith, el producto que se había vendido era, a grandes rasgos, una "locura padre" con ocho delincuentes trabajando para el Gobierno muy a su pesar. Llamadme loca, pero de un villano yo espero que me demuestre lo malo que es, no su lado más humano y generoso. ¿No me los habían presentado como los MÁS peligrosos del planeta?

Esa es otra. La peligrosísima chica del bate (Harley Quinn). Con una historia expresada a base de flashbacks completamente innecesarios, con unos planos repugnantemente machistas y con una actriz que, pese a hacerlo bien, tenía un diálogo de pena. Leí en algún sitio que parecía una Phoebe de Friends desubicada, y no puedo estar más de acuerdo. Supuestamente debía hacer gracia, pero las situaciones y las frases eran tan forzadas que me sentía mal cada vez que hablaba. Pero la guinda del pastel es el Joker de Jared Leto. Me duele bastante porque me gusta mucho ese actor, pero su Joker es una caricatura penosa que sólo se dedica a respirar fuerte como un gato obeso. Ha sido un gancho de marketing, pues su presencia en la historia era prescindible al cien por cien. Dejaré caer también mi cabreo al ver que la relación entre Harley Quinn y el Joker que muestra la película se la han sacado de la manga.

Luego tenemos la música. Eminem y Queen podrían ponerse a llorar, como casi hice yo al salir del cine. Qué horror, qué desastre. Cómo puedes hacer una selección de canciones tan buena y luego usarla de manera tan lamentable. No me lo explico. Quizás lo hacen queriendo, sabiendo que estoy en mi casa con una arteria a punto de explotarme en la cabeza. Y los filtros. Con ese montaje. Señores, el objetivo es que yo pueda ver la película, no que tenga que averiguarla. Para ver sombras chinas ya está el circo. Nefasto trabajo de edición, con esos flashbacks, esa eterna oscuridad (en una película que destilaba color en su promo), esos cortes de planos, esos combates tan caóticos... No se salva nada.
Hacer de loca o sobreactuar... ¿dónde queda el límite?

Las inconsistencias del guión (no las pondré para no hacer spoiler, pero son apabullantes) podrían haberse resuelto con un buen grupo de personajes. Harley Quinn está al borde del aprobado, Joker completamente suspenso, Deadshot es quizás lo mejor (decir que Will Smith es lo mejor de una película es bastante elocuente de por sí), y el resto... como si no existiera (ni siquiera Encantadora, el enemigo a batir). Hay un gran desequilibrio en el peso que tiene cada uno de los villanos, además de una historia incongruente que no puede soportar el peso de todos esos errores. Son ocho criminales que pretenden ejercer el papel de mártires o héroes, cuando no debería ser así. Ya no como debate filosófico sobre la capacidad de reformarse a uno mismo, sino porque al final de la película siguen siendo villanos y toda la parafernalia sensiblera/oscura "pseudo-Nolan"no termina de cuajar.

Ya tuvimos suficiente con Superman. Luego llegó el nuevo Batman. Y, cuando tenían la oportunidad de demostrar que podían hacer las cosas bien, van y nos ofrecen más de lo mismo (pero peor). Hasta aquí hemos llegado. DC debe replantearse seriamente qué tónica quiere seguir, e ir a por todas de una vez. Quieren complacer a todos pero sin satisfacer a nadie. Escuadrón Suicida prometía ser, como dije, un proyecto gamberro y descarado; se ha quedado en un desastre sin pies ni cabeza en el que han querido engancharnos con un Joker que ha resultado bastante escatológico (una mierda, dicho claramente) y un proyecto con villanos que probablemente tirarán a la basura porque no les ha quedado nada que aprovechar. Ni una sola risa durante toda una película que pretendía hacernos reír. Estaba espantada. Batman vs. Superman fue decepcionante, aunque admisible, pero Escuadrón Suicida ha superado el límite de lo bajo que puede caer una superproducción.

En resumen, La Liga de la Justicia es su última (¡¡¡ultimísima!!!) oportunidad.


  • NOTA: 5/10
  • Ficha en FA.
  • Ficha en IMDb.


jueves, 31 de marzo de 2016

Calle Cloverfield 10


Michelle se pelea con su novio, recoge sus cosas del piso que comparten y se marcha montada en su coche, sin rumbo aparente. Cuando otro vehículo se avalanza sobre el suyo en un accidente que la deja inconsciente, no espera despertar atrapada en un sótano y en compañía de un hombre que dice haberla salvado de un ataque nuclear. 


Nos encontramos ante un inquietante thriller que resulta ser el debut de su director, Dan Trachtenberg. La sinopsis ya de por sí resulta atractiva, para quien sea aficionado a la intriga, pero también lo son los nombres que leemos en el reparto. John Goodman es un rostro conocido por todos, aunque sólo sea por su papel de Pedro Picapiedra (yo hoy he descubierto que es la voz de Sulli en Monstruos S.A....), y Mary Elizabeth Winstead se está haciendo hueco poco a poco en el mundo de la gran pantalla. Junto con John Gallagher Jr., protagonizan Calle Cloverfield 10, una especie de secuela de Cloverfiel (Monstruoso en España).

Empezaré diciendo que no es necesario ver Monstruoso. Esta película, pese a la relación con la anterior, sólo comparte título y productor (J.J. Abrams) con su predecesora. De hecho, supera a la precuela con creces según la crítica. No puedo opinar de forma personal porque no la he visto, aunque tengo la intención de verla para hacer comparaciones. Lo que me atrajo de Calle Cloverfield 10 fue la crítica y - más bien - la insistencia de un amigo por que fuésemos a verla.

Me alegro de haber seguido su recomendación, y animo a cualquiera que me lea a que le dé una oportunidad a este largometraje. Posee un guión espléndido; si ya nos sorprende la sinopsis, el argumento a lo largo de la película lo hará aún más con sus giros de guión y sus sorpresas, y ese final de película no dejará a nadie indiferente. De hecho, son esos últimos veinte minutos los que dividirán al público en satisfechos y frustrados. Puedo decir que me encuentro entre los primeros sin lugar a dudas [SPOILER: a priori puede ser un desenlace muy gratuito y extraño, pero a mí me resultó coherente con el resto de la película, pues al final no todo es lo que parecía - Howard tenía razón con los aliens].


Calle Cloverfield 10 no es apta para los cardiópatas. La tensión del thriller es continua, razón por la que sumar puntos a esta película. Es increíble la manera tan simple pero tan efectiva que tiene el director de disparar nuestros niveles de adrenalina, cómo juega en un espacio tan reducido - casi todo el filme se desarrolla en un búnker, cuatro paredes y un techo sin ventanas - y con tres personajes. Echando mano, como dije antes, de un argumento brillante que no deja de retorcerse sin llegar en ningún momento a convertirse en algo extremadamente complejo. Yo incluso me atrevería a decir que lo que más me ha gustado de esta película es lo bien que ha explotado su simpleza, además de la capacidad para mantener el interés del espectador a base de intriga continua. Son cien minutos a toda potencia.

Ya he dicho que el reparto es de envidiar, y es que John Goodman está sobresaliente. Su compañera también da la talla, algo que podremos comprobar en la infinidad de planos cerrados cargados de angustia que nos ofrecerán. Y como siempre, hago mención a la BSO, que cumple con su cometido maravillosamente.

Lo más importante que hay que tener en cuenta antes de ver esta película es que es imperante evitar los spoilers. El menor atisbo de alguna revelación sobre el argumento puede arruinarte la película. Le robará toda la magia al juego que tiene la película con el espectador, que estará constantemente elaborando posibles finales para equivocarse de manera absoluta. A quien disfrute con una buena dosis de intriga (¡no, intriga no es terror!), le diré que está tardando en ir al cine a disfrutar de esta pequeña joya del thriller. Tampoco quiero ensalzarla mucho para no crear demasiadas expectativas, pero puedo decir que yo salí muy satisfecha y encantada con este guión tan peculiar y sorprendente.



  • Ficha en FA.
  • Ficha en IMDb.
  • NOTA: 8

lunes, 22 de febrero de 2016

Deadpool, el p*** amo





Deadpool comienza con una cámara superlenta que nos hace viajar por el interior de un coche que está a punto de completar un trompo en el aire, con sus pasajeros a mitad de camino de su aplastamiento y con todo su contenido flotando en el aire, incluida una tarjeta de Green Lantern. Y esos son los créditos (quizás sólo superados por los de Watchmen, en lo que a cine de cómics se refiere) y el comienzo de un peliculón. O lo serían si en lugar del nombre de directores, productores y actores no salieran frases del tipo "producida por los putos amos" o "dirigida por un gilipollas".

En efecto, sólo necesitamos los cuarenta segundos de créditos de inicio para saber que estamos ante una película diferente, que multiplica por mil el tono irreverente y macarra de Antman o Guardianes de la galaxia y que se salta cualquier norma no escrita sobre la seriedad en los momentos más dramáticos de una película. ¿Seriedad? Deadpool no ha incluido esa palabra en su vocabulario.

Tim Miller ha logrado una maravilla de película, en la que los superhéroes no asoman ni el bigote. Porque lo último que querría nuestro antihéroe protagonista es que lo tilden de "héroe". Lo de llamarle "súper" sí que nos lo concede, y nos lo hace saber en una de sus múltiples patadas a la cuarta pared (clase de teoría express: romper la cuarta pared es interactuar con el espectador). Desde el chicle pegado a la pantalla hasta sus monólogos plagados de insultos en los que mira directamente a cámara. Ingenioso al tiempo que vulgar (y el término que se corresponda con un chulo de cojones), así es Deadpool.



Lo bueno de esta película es que puede satisfacer el gusto de cualquiera que no sea una monja o un padre que (en qué estúpido momento) ha llevado a su hijo pequeño a ver esta película. Los paladares más exquisitos disfrutarán con un portento cinematográfico, con unas escenas de lucha perfectamente editadas, con un guión ingeniosamente elaborado a base de flashbacks enquistados de manera muy adecuada dentro de la película. Los amantes de Masacre en su versión cómic verán cómo su personaje favorito no ha sido desvirtuado por la gran pantalla, sino que ha conservado su lenguaraz discurso, sus salidas de escena y sus referencias a Lobezno.

Y el resto del universo podrá ir a ver al cine una película de acción realmente entretenida y divertida, que al mismo tiempo resulta ser la obra redentora de Ryan Reynolds. Sí, amigos, Reynolds ha hecho un buen trabajo (aplausos). Su Deadpool nos hará reír a lo largo de todo el largometraje, cosa sorprendente si pensamos en lo difícil que es seguir manteniendo las carcajadas del público durante casi dos horas, sin bajar nunca el nivel de los chistes. ¿O debería decir 'comentarios salidos de tono'? Comedia no sólo verbal sino también física (una mano separada de su cuerpo haciendo una peineta, prodigioso).

Detalles como poner a Ray Charles de fondo cuando aparece una vieja negra y ciega, mencionar a Lobezno como alguien que rima con "follezno" o usar una máscara de Hugh Jackman, elegir a Wham para la banda sonora, comparar a Cabeza nuclear negasónica adolescente con Sinéad O'Connor y un larguísimo etcétera son los detalles que hacen de Deadpool una película merecedora de mi tiempo y mi dinero.

Animo a verla a cualquiera con ganas de pasar un rato divertidísimo, a quien quiera deshacerse de sus prejuicios hacia Ryan Reynolds o los superhéroes de Marvel, o simplemente quien sea fan de los cómics. Una película completamente descarada, maleducada, sarcástica y carcajeante, en la que no se respeta ni a la novia, ni al amigo, ni a la roomie ni al archienemigo del protagonista. No me extraña que Deadpool 2 ya esté en camino.



  • Ficha en FA.
  • Ficha en IMdB.
  • NOTA: 8'75



martes, 9 de febrero de 2016

The revenant





Bosques de Dakota, principios del siglo XIX. Es invierno, y un grupo tramperos de la frontera se ven atacados por indios Arikara. Forzados a huir dejando atrás casi todas las pieles, los escasos supervivientes se dejan guiar por Glass, quien mejor conoce el camino de regreso al Fuerte Kiowa. Comienza así una odisea en pleno invierno, inspirada en la vida del explorador y trampero Hugh Glass.



The revenant es una película para disfrutarla en el cine, porque es esencialmente visual. Ha sido grabada en escenarios privilegiados, como la Tierra del fuego argentina o la reserva Kananaskis de Alberta. Las imágenes que nos regala son impresionantes y abrumadoras, por su inmensidad y salvajismo. Es cierto que en un entorno tan hermoso es difícil que la fotografía defraude, pero eso no evita que a lo largo de todo el filme nos extasiemos con las planicies nevadas, las cumbres escarpadas y los frondosos pinares como si fuera la primera vez que nos ofrecen semejante espectáculo en la gran pantalla. Naturaleza en estado puro.

Y es una naturaleza muy bien servida. La manera en que Iñárritu nos regala estos paisajes es muy efectiva y acertada. Con los personajes en escena, emplea planos cerrados, numerosos contrapicados y largas secuencias (hay más de un plano secuencia bastante logrado), con lo que consigue que o bien sintamos temor por la integridad del cámara, o nos veamos sumergidos en el entorno. Ya nos deleitó con Birdman y su falso plano secuencia, en la que su metodología sirvió para adherirnos más a la paranoia del protagonista; en The revenant sirve para introducir al espectador en la aventura de Hugh Glass. Y qué decir de las salpicaduras o el vaho en la cámara, que inevitablemente te asoman a unos centímetros del rostro del protagonista.



Este largometraje es uno de los favoritos para los Oscar, y no puedo estar más de acuerdo con las nominaciones técnicas. Ahora bien, decir que éste es el mejor papel de DiCaprio sería exagerar bastante. No quiero decir que sea una mala actuación; al contrario, la escasez de diálogos de la película enfatiza el gran trabajo de DiCaprio y Hardy. Si hasta el momento Leonardo no ha conseguido su merecido Oscar ha sido porque cada año ha competido con otros que, lamentablemente, estuvieron aún más excelentes que él. No he visto las películas de sus competidores en esta edición, pero sería una pena que premiasen al actor en el que no es el mejor papel de su vida (puede que El lobo de Wall street sea insuperable) con tal de darle el Oscar que lleva buscando desde que dejó Titanic.

Si bien he salido encantada de la sala del cine, también he de admitir que The revenant está lejos de ser la mejor película del año. Es muy buena, que nadie me malinterprete, y su fotografía y edición son impecables, como vengo repitiendo. A nivel técnico esta película es una maldita maravilla. Pero tengo la sensación de que no ha estado redonda del todo, y no sé si es quizás por las innecesarias escenas del delirio de Glass, los treinta últimos minutos (SPOILER: una vez llegan al fuerte, se rompe por completo esa tensión, esa lucha por la supervivencia, y retomarla con la caza de Fitzgerald no parece funcionar), los animales destinados al fallecimiento (incluso la ardilla de la historia) o que tiene un comienzo tan impresionante que luego cuesta mantener el nivel durante las dos horas y media.



En resumen, un trabajo excelso con un reparto inmejorable y un toque de magia india, pero sobre todo con una calidad técnica que abruma. No sólo fotografía, sino el sonido o el montaje. Una manera de transmitir el sufrimiento y la tensión, culminadas con la escena del oso, que sólo puede ser lograda de la mano de Iñárritu. Esto también es un inconveniente mayúsculo para aquellos que no soportan el estilo del director (absténganse detractores de Birdman). Recomiendo llevar ropa de abrigo al cine, porque el frío del protagonista logra alcanzar al público. Una belleza, salvaje y virgen, como sus escenarios.


  • Ficha en FA.
  • Ficha en IMDb.
  • NOTA: 8'5


martes, 26 de enero de 2016

Los odiosos ocho






Un cazarrecompensas atraviesa las nevadas montañas de Wyoming en una diligencia, con una fugitiva encadenada a él. Su objetivo es entregarla viva en Red Rock, donde cobrará los dies mil dólares por su captura. Sin embargo, en su camino se ve obligado a compartir vehículo con dos desconocidos por culpa de una ventisca. Buscará refugio en la mercería de Minnie, aunque allí también se encontrará con otros cuatro individuos de los que no sabe nada. La sospecha crece entre los ocho viajeros, que tendrán que compartir techo durante los dos o tres días que dure la nevada. 



Tarantino tiene estilo. Un estilo que desagrada a algunos, pero que conquista a otros. En mi humilde crítica a este grande, debemos partir del punto de que soy una fan incondicional de Quentin y me cuesta calzarme los zapatos de sus detractores, así que será difícil no sólo ser objetiva (aunque la objetividad en este blog no existe) sino también saber recomendarla a un público adecuado. Porque no entiendo que a una persona no le guste el cine de Tarantino.

En Los odiosos ocho volvemos a las fórmulas originales, si es que alguna vez Quentin dejó de ser Quentin en alguna de sus películas. Un largometraje que hace honor a su prefijo: largo como un día sin pan - pero que disfrutándolo se convierte en un suspiro. Dividido en capítulos y con los Red Apple de protagonistas en la sombra. Morricone a cargo de la banda sonora. Racismo, violencia, diálogos. Planos cenitales o contrapicados y Samuel L. Jackson. Sangre en cantidades irrisoriamente innecesarias.


Las críticas no han tardado, y entre los aplausos destacan algunos dardos que atacan al director por, precisamente, estar encasillado y no saber alcanzar el esplendor de Pulp Fiction. Puede ser cierto, ya que el sello de Tarantino, a diferencia de otros muchos directores (o al igual que otros, como bien podría ser Burton), es demasiado reconocible, poco sutil. Sus obras gritan su nombre en cada segundo de metraje y pueden llegar a saturar a quien no se lleve bien con el cine del estadounidense. Que esta película dure casi tres horas y que sea un relato tan enloquecedoramente "inútil" son otras manchas en el mantel.

Pero es precisamente esa vaguedad del guión la que me conquista cada vez que veo su filmografía. ¿Alguien puede decirme en qué consiste Reservoir Dogs o Pulp Fiction? Como Los odiosos ocho, son un par de escenas alargadas hasta el extremo, con diálogos fascinantes pero completamente vacíos y personajes que se van entregando al público precisamente a través de ese diálogo continuo. La magia de Tarantino se centra en sus guiones, en los cuales reside la complejidad de todas sus películas. Porque no es sencillo elaborar una sucesión de monólogos y que con ello el espectador vaya satisfecho a su casa. Pero ahí tenemos el famoso recital bíblico de Samuel L. Jackson (quien repite otro soliloquio, esta vez sobre penes negros), que en realidad no aporta nada a la historia pero que parece imprescindible en Pulp Fiction como una manera de elevar la tensión; o la discusión al comienzo de Reservoir Dogs sobre Madonna y las propinas. En esta ocasión, yo diría que la medalla de oro iría para Tim Forth y su disertación sobre la verdadera justicia y la justicia de masas.

El verdugo y la justicia
Los odiosos ocho, como iba diciendo, recupera la división en capítulos y los títulos amarillos que tanto asociamos con Tarantino. El escenario, una posada en mitad de una montaña nevada, tiene personalidad propia y da para mucho en esas tres horas de película (como digo, gracias a esos brillantes diálogos), en la que tendrán que compartir escena nueve personajes (el cochero O.B. hace de extra) que no llegan a eclipsarse unos a otros, pese a que la pareja de John Ruth y Daisy Domergue - cazarrecompensas y su fugitiva encadenada - es especialmente entretenida.

Un personaje, una historia. Y de esa manera tan simple, con cada uno explicando de dónde viene y hacia dónde va, comienza un relato en una posada, donde la simpleza da paso a la complejidad más retorcida, donde el humor se convierte en tensión acumulada que va escalando hasta que explota la violencia. Una línea made in Tarantino, que vuelve a funcionar de mano de unos actores que en su mayoría ya conocemos de otras de sus películas. Jennifer Jason Leigh está nominada a mejor actriz de reparto en los Oscar, merecidamente, pero yo no me veo capaz de elegir a mi preferido del elenco, pues como siempre Quentin ha sabido dirigirlos a todos hacia el resultado que él buscaba, que no es otro que la impecabilidad.

J. J. Leigh en su papel de criminal desquiciada y masoquista
Si he de ponerle alguna pega, es que quizás he echado de menos a Morricone. La escena de inicio me ha encantado, pero luego su toque ha desaparecido - o quizás no he sabido encontrarlo. La verdad es que el dúo que hacen director y compositor es una delicia, pero me atrevería a decir que cuando más he sentido la presencia del italiano ha sido en los créditos. Si uno se pone a escuchar la BSO se echa a llorar del placer, pero juraría que Tarantino ha usado sus composiciones con cuentagotas. Aquí le ha sobrado la sutileza que le falta en sus escenas violentas (para las cuales necesitaría otra entrada aparte, porque dan de qué hablar).

Para los que por desgracia vean la versión doblada, como yo, avisarles de que Quentin hace un cameo como narrador y que Tim Forth no es Christoph Waltz (pese a tener el mismo doblaje y los mismos movimientos). También podréis disfrutar de Samuel L. Jackson mirando directamente y enamorando a la camára. Los más sensibles, por contra, quizás no puedan soportar la sangre, las referencias al racismo o la violencia sexual. Pero quien va a ver alguna película de este director sabe a qué se está enfrentando.

En definitiva, que Los odiosos ocho está del carajo, hablando en plata. Muy Tarantino, a un nivel superior - según mi opinión - que Django desencadenado y Malditos bastardos, volviendo al puro Grindhouse. Película entretenida, pese a su duración, con una violencia que se hace de rogar y una fotografía sublime. Pero, si por algo me ha enamorado, es por los eternamente insuperables diálogos, el vehículo que Tarantino explota para hacer evolucionar la historia y el clima de ésta, así como para dar a conocer a los personajes. Todo en un único escenario estático que da para jugar al Cluedo desde nuestro asiento.  Completamente recomendable al público en general e imprescindible para los fans.



  • Ficha FA.
  • Ficha IMDB.
  • NOTA: 9

lunes, 21 de diciembre de 2015

El despertar de la fuerza

18 de Diciembre de 2015, Kinépolis de Granada, entradas (compradas en octubre) en mano, esquivo a un stormtrooper y me detengo a acosarlo a él y a su amigo Vader para que se hagan una foto conmigo. Entramos en un abarrotado cine y esperamos un cuarto de hora a que abran la sala correspondiente. Hemos conseguido una de las últimas filas y asientos centrados, desde los que puedo observar al espontáneo que se levanta y empieza a criticar los quince minutos de anuncios (fueron dieciocho; yo también estaba desesperada). Aplaudimos, nos reímos, y seguimos esperando. La pantalla se cubre de estrellas en un fondo oscuro y aparece el famosísimo rótulo de Star Wars, el entusiasmo se extiende como la pólvora y aplaudimos con ganas, gritamos y dos espadas láser se iluminan en la oscuridad (a mí se me empañan los ojos). El texto del inicio comienza a deslizarse y regresa la magia que comenzó hace más de treinta años.



No haré ningún spoiler en esta entrada sin avisar (renunciaré a mi método habitual y simplemente los pondré en letras blancas), pero sí recomiendo que no se lea nada antes de ver la película, en ningún sitio, porque el objetivo es llegar 'virgen'. El episodio VII ha llegado rodeado de misticismo, y no sería bonito destrozarlo después del esfuerzo que han hecho los de Disney para mantenerlo así, con estreno mundial, trailers muy poco reveladores (doy fe), cláusulas de confidencialidad para los participantes en el rodaje... El regreso de la saga de aventuras más importante de la historia, con el perdón de Indiana Jones, tenía que ser a lo grande, así que comencemos con mi humilde análisis.

Consejo: ¿no has visto ninguna película de Star Wars? No sigas leyendo, porque probablemente sólo entiendas la mitad. Si quieres disfrutar al máximo de esta película, anímate a ver las seis anteriores. Que los prejuicios que existen hacia esta saga no te impidan disfrutar de ellas. La fama de "para frikis" es merecida, pero ilógica. Es una simple saga de aventuras en el espacio. ¿Mi recomendación? Busca un par de amigos que ya las hayan disfrutado (todo el mundo tiene un amigo que ha visto Star Wars), unas cervezas y palomitas. Así tendrás más probabilidades de contagiarte con su entusiasmo y disfrutarlas mucho más. Y siguiendo este orden alternativo: episodios IV>V>I>II>III>VI (si no, puedes adherirte al clásico trilogía antigua>trilogía nueva).

Aviso antes de tiempo de que puedo presumir de haber visto todas las películas de SW más de dos veces, excepto el episodio III (puaj). Sin embargo, no puedo presumir de ser una friki apasionada del tema, por lo que no soy ni de lejos una experta en los matices más sutiles de la creación de George Lucas. Pido disculpas a los que crean que estoy mancillando a la República, sobre todo a los que hayan salido decepcionados de la sala del cine, porque para mí Star Wars VII ha sido PERFECTA.

Yo tenía dos posibles vías ante esta película. La primera era la de contemplarla como una película más, atendiendo a detalles más técnicos y artísticos. De ser así, ahora mismo la estaría describiendo como un film de aventuras entretenido, con un guión flojo y unos diálogos aún más flojos, que logra divertir pero no asombrar, y que se salva por la fotografía y los efectos especiales.

Sin embargo, yo fui al cine con otra actitud diferente. Era consciente de que ésta es la primera de una nueva trilogía, y que provenía de una idea ya creada por Lucas. Sabía, también, que según declaraciones del director se iban a ignorar a los episodios I, II y III, por aquello de haberse desviado completamente de la tónica que seguía la trilogía original, para hacer justicia y mantener el espíritu de ésta (episodios IV, V y VI). Puede que el hype y la excitación por este regreso tan esperado me hayan enturbiado el juicio y esté sobrevalorando al largometraje, pero después de tres días sigo pensando que fue espectacular, así que quizás no sólo se deba al efecto 'postraumático'.

Así, sí. En esas dos palabras se puede resumir mi opinión sobre Star Wars VII. Quien haya visto las seis películas previas se habrá dado cuenta, sin necesidad de ayuda, de que las películas originales son mucho mejores que las nuevas. Que Yoda sea un muñeco de plástico en lugar de una creación digital puede no jugar a favor de las primeras, probablemente, pero en ellas hay mucha más honestidad y autenticidad. No tienen tanta profundidad en el ámbito político (que es en torno al cual gira casi la totalidad del episodio II) y las actuaciones y diálogos tampoco son para tirar cohetes, por no hablar de lo difícil que es ver una película del siglo pasado sin reírse de las marionetas y droides de cartón-piedra. Lo que vengo a decir con ésto es que el objetivo del episodio VII es recuperar ese espíritu de aventura, traición, drama cutre y acción que desprendían las tres primeras películas de George Lucas. Star Wars en estado puro.

Y aquí un análisis pormenorizado (o al menos lo intentaré) sobre los distintos aspectos de la película:

I. La historia: muchos han criticado que el guión sea una fotocopia de la trilogía original. Pero yo creo que precisamente es eso lo que me ha hecho recobrar la fe en Disney y su capacidad para devolvernos Star Wars a los fans. ¿No era precisamente ese desapego el que convirtió a los episodios I, II y III en carne de cañón? Si nos dan lo que reclamábamos desde hace tanto, deberíamos recibirlo con los brazos abiertos.

Soy consciente, sin embargo, de la poca originalidad del guión y de lo poco que han arriesgado. El despertar de la fuerza empieza y termina exactamente igual que Una nueva esperanza. Un droide con unos planos de vital importancia abandonado en un terreno desértico para cruzarse con nuestro protagonista (Rey en este caso) y juntos se embarcan en un viaje con la guía de un maestro (Han Solo). Hasta tenemos una versión femenina de Yoda (Kanata). Y al hijo perdido de Jabba. Pero aquí es donde intervengo yo, para desarrollar mi teoría.

J. J. Abrams ha arriesgado poco en lo que viene a ser el guión, pero es que el objetivo de Star Wars VII no era la innovación. Al contrario, su meta principal era la de demostrar a los fans que el prolongar una saga que parecía ya acabada ha sido la mejor idea que han tenido los de Disney en muchos años. Han recuperado el espíritu de aventuras, la estética de las antiguas películas y a sus personajes para mostrar al mundo que se trata de una secuela fiel a la original. El ritmo apresurado con el que se resuelve esta historia también está dirigido a convertir El despertar de la fuerza en una especie de presentación o prólogo, en un "mirad lo que os traemos". El tentempié perfecto para los fans, para que vayan viendo que este nuevo proyecto de Star Wars es serio y promete muchísimo. Y, aunque en esta historia no innovan o arriesgan, sí dejan claras sus intenciones, que es lo único que tenía que conseguir Abrams: que el regreso de la mejor trilogía de aventuras de la historia no fuera un estrepitoso fracaso y una horrorosa decepción.

II. Los protagonistas: ya se usaron actores desconocidos (en su momento) para Una nueva esperanza, y han vuelto a repetir la fórmula. Finn y Rey hacen una pareja de amigos (gracias por no meter historias de amor en cada esquina, ¡gracias!) bastante creíble, por un trabajo que -pese a no ser espectacular- gusta bastante a manos de Daisy Ridley y John Boyega, a los cuales espero ver muchísimo más en las siguientes películas (bien por los de casting). Adam Driver no me ha convencido tanto, aunque lo suficiente como para que le pueda dar una oportunidad - pero la verdad es que me gusta más con la máscara puesta. De los eternos Ford, Fisher y Hamill diré que nunca me parecieron brillantes actores, pero quitarles el polvo y permitirles traernos de vuelta a nuestros héroes favoritos (#TeamLeiaForeva) sólo puede sumar puntos.

En definitiva, tenemos de nuevo personajes femeninos fuertes y con carácter (todo mi dinero a Rey), un villano atormentado y con grandes habilidades, stormtroopers incapaces de acertar un blanco y parentescos que llegan a ser demasiado evidentes. Sí, te lo dejan claro y te lo repiten por si no te has enterado de quién es primo segundo del vecino del otro; supongo que porque no vieron necesario perder el tiempo explicando los nexos de unión entre personajes ya que, como repito, ése no era el objetivo de la película (aunque podrían haberlo hecho más sutilmente, para mantener la magia). Y, por favor, que nadie se queje de la presencia de un negro. Nadie se quejó de Greedo, que es turquesa.

III. Droides, naves y espadas: volvemos a lo mismo. Se acabaron los saltos y acrobacias con espadas láser. El utilizar la fuerza para destrozar escenarios. Empujones y patadas en el aire. Sólo lucha cuerpo a cuerpo con ayuda de un sable láser. (Me encantó el detalle de que Finn intentara hacerse el héroe y descubriera que no es tan fácil usar una espada. Y que Rey no fuera una jedi cinturón negro la primera vez que se enfrenta a Kylo Ren - contra el cual pierde pero sobrevive, obviamente, porque éste se encuentra herido).

Además, tampoco han creado un vórtice espacio-temporal como hicieron con la nueva trilogía, en el que el avance tecnológico da un salto incomprensible (sí, es fascinante ver cómo las armas y naves de la trilogía nueva son mejores que la original, saltándose a la torera el orden cronológico interno de la saga). En El despertar de la fuerza volvemos a ver el mismo diseño de naves y droides, además de regresar al uso de disfraces para las diferentes razas. Volvemos a tener la idea de "tecnología del futuro" que se tenía el siglo pasado. El único destello de innovación es quizás BB-8, (aunque el hecho de que cuando rebota suena como un bolondrón de metal macizo nos lleva de vuelta a la idea de una ciencia ficción más estancada en los años setenta).

Y adiós a los putos midiclorianos.

IV. La música: no tengo mucho que añadir. Probablemente la mejor banda sonora de toda la saga. Emocionante.

V. Los guiños: múltiples y muy bien elegidos. No sólo en los diálogos, en la estética o en el reciclado de actores. También en algunas escenas, como aquella en la que Kylo Ren contempla el espacio, del mismo modo que lo hizo su predecesor Vader (para mí, la mejor escena de la saga al completo, con ese negro sobre negro).

VI. Los escenarios: no han abusado de los efectos especiales como en su día lo hizo George Lucas en su segunda trilogía (y en la remasterización de la primera, puaj). La estética, como digo, es impecable y muy fiel a la original, así como el vestuario, la caracterización de los monstruos y la fotografía en general. (Que la Estrella de la Muerte sea un planeta es AWESOME). Sí, la fotografía es para mojar las bragas.

VII. La fuerza vuelve a ser La Fuerza. Regresan los Jedi de verdad.

Yo en el cine


En resumen, un perfecto inicio para una secuela compuesta por otras tres películas que están por venir. J. J. Abrams merece un pequeño aplauso por conseguir que me divirtiera en el cine, que saliera encantada y que esté deseando el estreno del episodio VIII. Una película recomendada para todos los fans de Star Wars, así como para los que tengan ganas de introducirse en este mundo. Y, como humana, me permito sobrevalorar la película hasta el infinito, porque lo primero que salió de mi boca cuando aparecieron los créditos fue un "Asín sí, coño".



  • Ficha en FA.
  • Ficha en IMDB.
  • NOTA: 9



Edito: este post iba a ser publicado el día 21, pero por lo visto se quedó como borrador y nunca llegó a publicarse hasta hoy (28). Desventajas de dedicar toda la navidad a comer y no a pensar. 

sábado, 8 de agosto de 2015

Inside out

No recuerdo una mala película de Pixar, aunque sí que podría dividirlas en dos grupos: las buenas pero que sólo están ahí para hacer caja y mantener a Pixar en lo más alto de los estudios cinematográficos (como Brave, pese a que me encanta) y las obras maestras (como Wall-E).

Inside out se ha colado en esta última categoría. Y digo "colado" porque no me lo esperaba, ya que fui al cine sin haber leído críticas ni opiniones, creyendo que sería una más del montón (si lo que hace Pixar se puede denominar "del montón"...), pero salí de él con la boca abierta.



¿No has sentido nunca curiosidad por lo que ocurre en tu cabeza cada vez que piensas, decides o haces algo? Railey es una niña de 11 años que, pese a no ser consciente de ello, siempre ha estado acompañada por Alegría, Tristeza, Miedo, Ira y Asco en todas las experiencias de su vida. Del revés (Inside out) nos mostrará cómo funciona la mente de una niña que se enfrenta a la dura situación de mudarse a una ciudad completamente diferente con sus padres, y cómo Alegría luchará por mantener el espíritu positivo entre los suyos.



La película puede levantar cierto escepticismo entre algunos, principalmente debido a su edad. Si uno no es muy amigo de las películas animadas, sean o no de Pixar, el argumento de ésta no es precisamente el mejor gancho publicitario que podría existir. Pero para este largometraje ha servido mucho el boca a boca, fundamentalmente entre los mayores, y yo quisiera contribuir con mi granito de arena a esa marea de alabanzas y buenas críticas a Inside out.

No puedo olvidarme, sin embargo, de hacer un inciso previo para mencionar la preciosidad de cortometraje que nos ofrecen en el cine antes de la película. Lava, como así se llama, no es una gran historia. Por ser, no es ni historia. Es una canción de amor de un volcán que desea encontrar a su alma gemela en lo que presumo es el Océano Pacífico. Os dejo aquí la canción oficial en inglés, ya que en español no me ha sido posible encontrarla (las voces se parecen muchísimo, aunque supongo que se pierde un poquito el juego de palabras 'Lava you'). A mí me encantó.

Adorable
De vuelta a la película, intentaré, como antes dije, convencer a quien me lea de que vaya a verla ipso facto. Porque se estaría perdiendo un gran trabajo de Pixar y una delicia cinematográfica. Inside out no es sólo una aventura divertida y entretenida; también es una reflexión sobre la complejidad de las emociones humanas y de lo mucho que tememos a la tristeza. De lo infinita que es nuestra mente. Railey, la protagonista humana, sólo tiene once años, y tendrá que enfrentarse a una dura experiencia y se le hará muy cuesta arriba aprender a manejar esa algarabía de sentimientos.

Y tendrá que hacerlo sola, pues sus padres, como todos los de este mundo, están ahí sólo para apoyarla, pero la madurez y la inteligencia emocional las adquiere uno mismo a base de experiencias y sufrimiento. Duele estar equivocado, duele estar triste, duele sentir miedo... Railey todavía no sabe qué hacer con esa nueva sensación de desamparo, estando tan cerca de sus padres. Iside out es también un pequeño homenaje a la familia y cómo intervienen "papá" y "mamá" en nuestro crecimiento emocional.


Confieso que se me hizo un poquito larga, porque constantemente aparecían nuevos obstáculos que impedían ponerle el broche a la película. Pero a la larga me he dado cuenta de que era necesario. Docter ha querido mostrarnos la mente humana lo más lealmente que ha podido, tratándose de una película con un público mayoritariamente infantil. La memoria a largo plazo, la creación de sueños, el pensamiento abstracto, el conocimiento, el olvido... No es sencillo abarcar tanto en hora y media, menos aún intentando no adoptar un tono demasiado serio y "científico". De hecho, como muchos podrán notar, los sentimientos son cinco, cuando podríamos enumerar mil más, pero la película está simplificada de tal manera que puede ser disfrutada por lo más pequeños y puede servir de aprendizaje para los más viejos. No por algo el director se rodeó de un equipo de especialistas en psicología, veracidad que incrementa la calidad de la película.

Pero Inside out no es sólo una fuente de lágrimas, como los diez primeros minutos de Up. Confieso que he llorado (¡sólo unas lágrimas, promesa!) en el cine, pero también que mis carcajadas han sido de las más escuchadas. Esta película es divertidísima (bueno, quizás lo de "El caso se ha esfumado" sólo me hizo gracia a mí), especialmente cuando entran en juego las mentes de otros personajes. Y, por supuesto, lleno de momentos de incredulidad y sonrisas cada vez que vemos en pantalla una explicación bastante sencilla para algo tan complejo como nuestro funcionamiento cerebral. Por poner un ejemplo, los sueños. Tendréis que ver la película para entenderlo.

En resumen, se podría describir como entrañable, melancólica, un pelín trágica, divertida, entretenida y que perdurará en nuestros corazoncitos. Del revés puede presumir sin vergüenza alguna de ser una de las obras maestras de estos estudios, tanto a nivel técnico como argumental. No alcanza el nivel de maravillas como Up, Toy Story o Wall-E, pero sin duda es una apuesta fuerte de Pixar. Para no variar, animo a cualquier familia a verla juntos, pero también animo a los más renuentes (esos que creen que los dibujos animados no son lo suyo) a que le den una oportunidad. Os llegará a la patata. Y, si no, habréis perdido hora y media de vuestra vida, sólo la duración de dos capítulos de cualquier serie. Creo yo que merece la pena, ¿no?


  • Ficha en FA.
  • Ficha en IMDB.
  • NOTA: 9'5

miércoles, 24 de junio de 2015

Galletas de dinosaurios

Los exámenes por fin me permiten tener un hueco para escribir una nueva entrada, aunque en su momento no me impidieron ir al estreno (estreno mundial, qué importante suena y qué emocionante es) de la cuarta entrega de la saga Jurassic Park.


Las galletas 'Dinosaurus' me hacen temblar de nostalgia. Son esas galletas con forma de dinosaurios que vienen en bolsitas de plástico con tres o cuatro bichos diferentes. Mi favorito es el triceratops. Quizás os parezca una tontería, o tal vez comprendáis a qué sentimiento me refiero. Es ver esas galletas y recordar mi infancia, cuando los dinosaurios eran lo que más me fascinaba del mundo. Puede que, como yo, también estuvieseis decididos a ser paleontólogos, con la absoluta certeza de que estudiar a unos reptiles del Mesozoico sería probablemente el trabajo más 'chulo' de la historia. También es posible que, al igual que mis padres, los vuestros decidieran compraros libros sobre dinosaurios y alquilaros en el videoclub (cuando ir al videoclub era algo que se llevaba) las películas de El valle encantado o la trilogía de Jurassic Park o Parque Jurásico - según qué idioma. 

Pues bien, a mí Jurassic Park me encantó. Era divertida, tenía efectos especiales alucinantes y había dinosaurios (quizás el único factor decisivo en la ecuación para que me gustara la película), aunque tuvieran el papel de villanos. De la segunda y tercera películas no tengo mucho que decir. Me gustaron tan poco que fue necesario que un amigo me recordara qué había sucedido en ambas secuelas, porque mi cerebro afortunadamente decidió borrar esa información de mi memoria. En realidad estoy mintiendo. Probablemente me gustaron cuando era pequeña, pero ahora las encontraría insoportables, así que prefiero no arriesgarme a remover las aguas. 


Este preludio es únicamente una forma de poner en antecedentes a quien me lea. No diré que soy una anciana decrépita, pero a mi edad lo normal es que unos simples dinosaurios no me exciten como cuando tenía seis años. Pero lo cierto es que las galletas de dinosaurios me siguen apasionando y Jurassic Park me parece increíble. Pertenezco a un club de fans de dinosaurios imaginario. Y no debería ser algo tan raro en un mundo en el que jóvenes de veinte años se casan con octagenarios y lo vintage es una moda. Los fósiles molan.

Conclusión, fui a ver Jurassic World con un temor reverencial. Podría ser la cagada más grande de la historia, un intento desesperado de hacer caja. Era difícil estar a la altura de la primera y sorprender a los espectadores. Pero es como cuando todos llenamos las salas de cine para ver Toy Story 3; era absurdo tener la esperanza de que pudiera hacer frente a sus predecesoras, pero aun así nos gastamos el dinero de una entrada de cine y salimos de allí encantados por la inversión. 

Jurassic World es genial, increíble, una flipada, un pasote, la hostia, llámaloX. Sin caer en desgraciadas comparaciones con Jurassic Park I, esta secuela ha conseguido reunir todo lo que se necesitaba para satisfacer al público: mucho dinero, un guión con una buena idea, unos actores bastante competentes, chistes en su justa medida, un T-rex y el toque perfecto de nostalgia. 

Bueno, y a éste machote también

Siguiendo una pauta muy similar a la primera, esta película comienza con dos adolescentes que son invitados por su tía a Jurassic World, un parque creado sobre las ruinas de Jurassic Park unos veinte años más tarde, pero con el éxito que le faltó a su predecesora. Sin embargo, pese a ser de las principales atracciones del mundo, los números indican que cada vez hay menos interés por parte del público, ya que los dinosaurios han dejado de ser una novedad. Para ello, los investigadores del centro crean una nueva especie que jamás ha existido, un híbrido que promete ser la nueva sensación.

El guión no es nada sorprendente. Además de ser muy similar al de Jurassic Park, todo sabemos qué va a suceder con el Indominus Rex, la nueva creación del parque. Ni siquiera hace falta ver la trilogía anterior para oler la desgracia. De hecho, el final tampoco puede hacernos gritar un "oh, no me lo esperaba para nada". Pero aun con todo eso, la película es lo suficientemente entretenida como para mantener tu atención durante todo el metraje. 

Como he dicho antes, la película es divertida. Chris Pratt es una gran elección como protagonista, aunque no extraña nada que se decidieran por él después de la sorpresa de Guardianes de la galaxia, y además de actuar de forma bastante competente (el tiempo dirá si podrá mejorar) encaja bastante bien con la idea de su personaje. Sin duda tiene la capacidad de arrancar sonrisas sin hacer perder seriedad al filme. Y es que Jurassic World ha logrado un equilibrio entre la acción y la comedia, sin permitir que la película decaiga en ningún instante. Los últimos veinte minutos tienen momentos que yo calificaría de épicos, como la entrada magistral en escena de un velociraptor, el viaje en moto o que una dinosaurio cabalgue sobre otro cual Katy Perry en la Superbowl. Aunque puede que a los más estoicos simplemente les provoque una expresión de incredulidad. 

Pero lo que más agradezco a esta película son los guiños. Tendría que volver a ver la de Spielberg para poder enunciarlos todos, pero probablemente cualquiera sería capaz de ver los más evidentes. Desde el mítico "¡corred!", pasando por la reaparición del doctor Wu hasta la misma cabra de sacrificio, el holograma en honor al dilophosaurus, el casco con binoculares de visión nocturna, el jeep, el primer contacto físico con un dinosaurio y el viaje en helicóptero. Y mil más, todas en honor a la original que tanto impacto causó en el mundo. Es algo que los fans agradecemos, incluso los que estamos menos dedicados a la trilogía. Hasta los científicos tienen que estar de enhorabuena porque, como bien reconoce un personaje en la película, si no se hubiese alterado el ADN de los dinosaurios, no se parecerían en nada a los que nos imaginamos (haciendo referencia al plumaje de los verdaderos, que más que reptiles parecerían pollos) y no serían ni la mitad de interesantes

Ni con plumas podría ser más mono

Termino diciendo que, quien no se atreva todavía, vaya a verla si disfrutó con Jurassic Park. Los que no tengan ni la más remota idea de qué va la saga, que estén tranquilos, pues no hace falta ver las anteriores para poder pillar el hilo; lo único que se pueden perder son las referencias al anterior parque y aun así no son esenciales para seguir la historia. No hay que olvidar que Jurassic World es una película de dinosaurios, principalmente, así que quien crea que no puede disfrutar con unos bichos persiguiendo a gente hace bien quedándose en casa, del mismo modo que para las familias sería obligatorio llevar a los hijos al cine. 

Yo, desde luego, no sé todavía cómo calificarla. Si fuera objetiva, vería los fallos que tiene la película. Pero la emoción todavía me dura, y quisiera ser generosa con quien me ha regalado una vuelta a mi infancia. Es todo un logro que Jurassic World se mantenga a la altura y prometa más (SPOILER porque los más avispados se habrán dado cuenta de que cierto doctor desapareció sin dejar rastro con un maletín altamente sospechoso).


Disfruté como una niña en el cine y ha sido esa misma niña (que nada tiene que ver con la de Rajoy) quien ha escrito esta entrada. Porque a mí me siguen encantando las galletas de dinosaurios. 


miércoles, 25 de febrero de 2015

El bosque en el que se perdió Disney

Into the woods es una película musical producida por Disney, basada en el libreto de James Lapine y Stephen Sondheim (que a su vez se encargaron del guión y de la música del filme, respectivamente). Reuniendo grandes cuentos de los hermanos Grimm en una sola historia - Cenicienta, Caperucita Roja, Jack y las habichuelas mágicas, Rapunzel -, esta película nos adentrará en un mágico bosque donde todos los personajes nos mostrarán una peculiar perspectiva de los clásicos para niños.


Nos encontramos ante un matrimonio de panaderos que descubren que sobre la familia del marido hay una maldición, la cual les impedirá tener hijos a menos que consigan los cuatro objetos que la bruja del bosque les ha pedido. En este frondoso escenario se cruzarán con los ilustres protagonistas de los cuentos de los hermanos Grimm... o una versión un poco distorsionada de ellos.

Disney ha apostado (¿quizás?) por una idea innovadora, pero quisiera averiguar cuál fue la mente privilegiada que decidió darle forma a esta película. El toque cómico y la estética característica de la película son de agradecer, pero podrían haber destacado aún más si hubiesen estado acompañadas de un mejor montaje y un mejor repertorio de canciones (y, en mi opinión, de un clima más crudo y oscuro). Además, pese a que nunca he sentido un obvio rechazo por los musicales, es difícil que éstos me entusiasmen demasiado. Sweeney Todd y Les Misérables son los únicos (de la última década) que no se han estrellado en la gran pantalla, desde mi punto de vista.

Lo cierto es que los musicales son un riesgo, porque no gustan a todo el público y porque necesitan que la historia atrape mucho más que cualquier película normal. Compiten con una desventaja, que es la de la música; alguna cancioncilla está bien, pero soportar más de una hora de gorgoritos requiere una gran recompensa a cambio de esa tortura. En este caso, Into the woods se ha columpiado bastante y la jugada le ha salido mal. Debo admitir que los primeros minutos de película son maravillosos, pero los otros 120 minutos me han sobrado. Intentaré explicar resumidamente por qué.

Lo que me ha impedido disfrutar de Into the woods ha sido el montaje mayormente. Escenas cortadas cuando no debían, historias demasiado entremezcladas, que impedían el avance de la historia y desconcertaban al espectador, poca fluidez y demasiados personajes que no han sabido ganarse un hueco. Cuando ves una película y te tienes que esforzar por seguir el ritmo, el cansancio te arruinará la fiesta. Es lo que me ha sucedido con este musical, porque creo que su principal enemigo es la forma en que han decidido narrarlo. Un exceso de caos. Anticlimático.



Por otro lado está ese casting tan incongruente. Una simpática Emily Blunt y una impecable Meryl Streep (como siempre; si bien no merecedora de la nominación al Oscar) son lo único salvable del grupo, y eso que son una infinidad de personajes. Johnny Depp ha necesitado sólo dos minutos en pantalla para comerse al resto del elenco (literal y metafóricamente). Anna Kendrik quizás pueda redimirse gracias a su voz, pero a duras penas. A su favor diré que los personajes tampoco ofrecieron a los actores una oportunidad para brillar, porque Disney ha desfigurado la parte oscura (y más interesante) de este libreto musical, para convertirlo en una película supuestamente familiar, pero a la que yo evitaría mostrar a los más pequeños. No me quedó nada claro si pretendían crear una película más similar a la obra original o más adecuada al público infantil típico de la compañía del difunto Walt.

Para colmo, la segunda hora es innecesaria. Podrían haber cerrado la historia a la mitad, pero decidieron continuarla y rizar demasiado el rizo, para seguir hundiéndose en el barro. De un "está bien" pasó a un "qué hago con mi vida". Es precisamente esta dilatación sobrante la que la echó directamente fuera del saco de películas entretenidas que no te hacen sentir que has malgastado tu dinero.

En conclusión, un grupo de personajes demasiado amplio para un reparto tan mediocre, sólo una canción (de mil) que te alegre el día, una insufrible última hora y un incongruente ritmo. Into the woods es un despropósito, una mala manera de malgastar una gran idea y unos preciosos escenario y vestuario, una oportunidad desperdiciada para mostrar el lado oscuro que Sondheim y Lapine plasmaron en el libreto, tan atractivo. Meryl Streep en este caso es la fruta prohibida que nos ha atraído engañosamente hacia una bala perdida de Disney. Y la última frase de Cenicienta: "A veces hasta me gusta limpiar".


  • Ficha en FA.
  • Ficha en IMDB.
  • NOTA: 5'5

lunes, 16 de febrero de 2015

La inesperada virtud de la ignorancia



Birdman, una película que ha pegado fuerte a principios de año en nuestro país y en los festivales internacionales de cine. Un filme sobre la necesidad de Riggan, un actor que saltó a la fama por su interpretación de un superhéroe en la gran pantalla, de que su nueva obra de teatro sea perfecta en su estreno en Broadway para poder recuperar su anterior prestigio. 

Antes que nada, quisiera desahogar mi frustración por ver que, después de mes y medio encerrada por los exámenes, ilusionada por mi efímera libertad estudiantil (de nada más y nada menos que tres días completos), conseguir ver Birdman en el cine me iba a resultar casi imposible. Quizás sería porque se estrenó hace un mes, o tal vez porque en Kinépolis tenían DIEZ salas completas reservadas para 50 sombras de Grey. Bam. Así como lo digo. No cinco, no nueve. Diez. Para esa mojoná. En fin. La cultura en este país es un lujo por el IVA y por la escasez de cerebro de la población general. Como diría Vaquerizo... Ala, a tomar por culo.



Dicho esto, no me importaría volver al cine (si me lo permite 50SDG) para ver Birdman de nuevo. Se merece todos y cada uno de los galardones con los que se le premie, y no me extrañaría que la película fuese ganando valor con el paso de los años. En resumidas cuentas, me ha encantado y animo a quien tenga ganas de verla que no espere a que la retiren de la cartelera.

Sin embargo, Birdman hay que entenderla con cautela. A mí personalmente me ha parecido fantástica, pero la historia - el argumento - no es para todos los públicos. Es una historia muy especial que, aunque creo que es difícil que no guste, sí es cierto que a la gente puede que no le entusiasme tanto como a mí. Suele ocurrir con los grandes trabajos, que a cuanta más gente llega, más fácil resulta encontrarle detractores.

Pese a lo que el trailer pueda hacer creer a algunos (y es que este trailer da una impresión bastante desacertada sobre la película), la mayor parte de la película transcurre en uno de los teatros neoyorkinos de Broadway y se centra en la inseguridad del protagonista sobre su capacidad para crear una obra brillante que satisfaga a la crítico más importante de ese mundillo, Tabitha Dickinson. Esto (el 'hacinamiento'), junto al peculiar rodaje de la película, constituyen los principales obstáculos para el público. Si no te convencen, Birdman será para ti una más del montón.

Y aquí empieza lo mejor de la película

Este peculiar rodaje al que me refiero es el famoso 'falso plano-secuencia' del que tanto se ha oído hablar. Hasta que no empezó la película no lo comprendí, y quizás el entender lo complicado y maravilloso que resulta crear un largometraje al completo de esa manera, lo convierte (a mis ojos) en uno de los más mágicos de este año. Para el que no sepa qué es un plano secuencia, aquí hay varios ejemplos: Children of men, Goodfellas, Kill Bill. Como se puede observar en los tres vídeos, no hay ningún corte, es una toma continua sin detenciones y que por norma dura bastante más de lo habitual. Dice Wikipedia que la más ilustre es la de Touch of evil, pero no he tenido el gusto de ver esa película. Gravity (de nuevo Cuarón) también apostó fuerte con otro plano secuencia de 17 minutos para comenzar su película.

Para los que ya estén familiarizados con esto, que sepan que Birdman es en sí un plano-secuencia al completo. ¿Quiere esto decir que rodaron hora y media del tirón? No, y a eso es a lo que se refiere la gente con lo de 'falso'. A lo largo de la película se echa mano de diferentes recursos para crear la ilusión de que la cámara no ha detenido su grabación, aunque lo cierto es que se trata de una sucesión de planos-secuencia muy bien trabajados, que ayudan a contar el filme desde la perspectiva de Riggan, el protagonista.

No soy experta en cinematografía ni pretendo serlo, pero puedo suponer que se trata de una nueva forma de rodaje que te ayuda a ser testigo presencial de toda la historia. Te ayuda a comprender lo caótica y desestructurada que es la vida de Riggan, cómo la gente va entrando y saliendo en su vida - como personajes en un escenario, que aparecen para luego hacer su mutis. Muchos acusan a Iñárritu de ser demasiado ambicioso, de haber pecado de pretencioso. El público, por su parte, cuenta con un notable sector al que no le terminan de convencer los 118 minutos de paseo (un mareo, en palabras de uno de mis amigos). Yo, como ya he dicho antes, estoy enamorada.

Poco tengo que decir acerca del reparto y de cómo Norton brilla en escena, algo habitual en él. Curioso que Michael Keaton haga el papel de su vida interpretando al ex-Birdman, por decirlo de alguna manera, un superhéroe de película igual que el Batman con el que una vez trabajó bajo la dirección de Tim Burton; dudo que alguna vez se supere a sí mismo después de esto. El hecho de que Birdman haya sido grabada de aquella manera permite que cada uno de los personajes tenga lo que yo llamo su 'momento de gloria'. En la película todos tienen un problema con el cual lidiar, y se expresan a modo de monólogo, con la cámara enfrentándolos y permitiéndoles desahogar sus frustraciones. Ingenioso y eficaz, a mi ver.


Porque Birdman nos presenta a un grupo extravagante y caprichoso, como sólo lo pueden ser los actores, encumbrados por Riggan (M. Keaton) y su obsesión con ser alguien, brillar como antaño lo hizo con su superhéroe y que la hija a la que no logra comprender lo pueda ver con buenos ojos. Es el drama de un hombre - y el de su hija, su ex-mujer, su novia, su amigo, sus compañero de reparto... Con un toque de humor muy sencillo y divertido (el momento de la batería es fabuloso).

Personalmente, creo que con este largometraje no es para todo el mundo. Ya lo he dicho en párrafos anteriores, la historia es tan especial que puede defraudar a muchos, sobre todo si van a verla con grandes expectativas. Sin embargo, en el aspecto técnico, es irreprochable (mención especial para el sonido y esos golpes de percusión). Para quien quiera una película de acción, que entre en otra sala; quien disfrute con el cine en general, puede probar con ella porque debería ser imprescindible; a la que le importe un pimiento todo, el desnudo de Norton puede que haga a esta película merecedora de su tiempo.

Repito lo mismo, estoy encantada con la película y quizás la esté sobrevalorando, pero en el cine todo es subjetivo y yo no soy quién para llevarle la contraria a los críticos. Quiero ver qué me depara este 2015, porque ha empezado muy fuerte.


  • Ficha en FA.
  • Ficha en IMDB.
  • NOTA: 10