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jueves, 22 de octubre de 2015

Forastera

Outlander, una desconocida palabra inglesa que significa 'forastero', 'extranjero' o incluso 'extraño', es el nombre del primer libro de una saga escrita por Diana Gabaldon. En español este título se tradujo como Forastera, aunque la serie basada en la novela se ha mantenido igual que el original en nuestro país. Serie desconocida para los que no hayan oído hablar de los libros, y que he empezado a ver por las buenas críticas.




Sinopsis
Claire Randall es una enfermera del siglo XX que tras finalizar la Segunda Guerra Mundial decide viajar hasta Escocia con su marido, de quien ha estado separada durante el conflicto. Allí, tras entrar en un círculo de piedras sobre el que circulan muchas leyendas, ve su vida completamente alterada cuando es trasladada un par de siglos atrás. Concretamente al año 1743, en plena rebelión jacobita, únicamente escudada por su ingenio y sus conocimientos médicos. Deberá sobrevivir en un peligroso mundo completamente nuevo y regresar a su propia época, donde espera su marido.

Tras superar una guerra, Claire se verá envuelta en otra (200 años atrás)
Comencé hace poco a ver la serie de Outlander. Debo admitir que ha sido más por los libros que por las críticas que he leído, ya que la novela de Diana Gabaldon me conquistó. Pero tampoco he podido avanzar mucho (hoy veré el sexto capítulo), por el mismo motivo que he dejado el blog un poco vacío: la falta de tiempo libre, que tengo que dedicarlo a estudiar el MIR. Es una mierda, así de claro. Pero voy a intentar darle vida de nuevo a este blog con esta crítica, que completaré una vez que termine la temporada.

Volviendo al tema que nos interesa y dejando mi vida a un lado, diré que Outlander es una serie muy especial. La sinopsis que nos ofrecen Filmaffinity o IMDB sugiere más bien una historia romántica, un triángulo amoroso y escoceses con faldas. Si bien ésa es una descripción bastante acertada, la fuerza de Outlander no radica en la relación entre los personajes, sino la contextualización histórica y la fuerza de dichos personajes.


Si no te atrae lo escocés, la historia o que la protagonista sea una mujer, vuelve por donde has venido. Y si cualquier tipo de romanticismo te repugna, mejor que tampoco sigas leyendo. Porque Outlander es amor, en una fórmula que no deja de lado la acción, el drama o la veracidad histórica, de tal modo que "hasta un hombre" (sí, porque varios estudios han demostrado que el cerebro femenino se desarrolla, y los testículos y el pene encogen, si ves más de diez segundos de romance) podría soportar más de un capítulo. Obviando el machismo de esta conclusión, procederé a destacar los puntos fuertes que he podido ver en estos primeros cinco capítulos.

1. Las interpretaciones: los personajes del libro, sobre todo los femeninos, son fuertes y sólidos. Un reparto mediocre no hubiera podido ensalzar lo mejor de la versión en papel, y el eslabón esencial de Outlander. Claire Randall es una protagonista con carácter y Caitriona Balfe se ha puesto el traje de amazona de maravilla. Jamie Fraser, con su encanto, se ha visto perfectamente representado en los rizos juveniles de Sam Heughan. Pero el gran olvidado en todas las críticas es Tobias Menzies, que acapara toda la atención en el instante en que aparece en pantalla (spoiler: ¡y eso que tiene que hacer de dos personajes!). Más camaleónico y poderoso que ambos protagonistas, creo que es justo reconocer que es el actor que mejor se ha desenvuelto.

2. La historia: si bien creo que los personajes son lo mejor que nos puede dar la serie (o el libro), su evolución y crecimiento se debe en gran parte al desarrollo de la historia. Sin prisa pero sin pausa, como suelo decir. Deja que las cosas evolucionen a su ritmo, pero sin detenerse, lo cual ayuda a que conectemos con los personajes y al mismo tiempo a mantener esa tensión que necesita cualquier serie para que el espectador no se aburra.

3. La veracidad de los hechos: esto se lo debemos en gran parte a Diana Gabaldon, quien se encargó de envolver esta bonita historia de un contexto histórico muy preciso y acertado. La importancia de la época, y del papel de los escoceses rebeldes, irá aumentando conforme progrese la historia.



4. El vestuario: a la protagonista intentan asfixiarla colocándole los pechos como reposa-barbillas, pero los vestidos son realmente preciosos. Aunque mis preferidos siempre serán los highlanders y los dragones de la reina, sin olvidar ese vestuario de los años cuarenta en el primer capítulo. Más avanzada la serie también podemos aprender cómo se debían colocar correctamente los kilts escoceses, todo un detalle por parte de los asesores de vestuario.

5. Los paisajes y la música: muy escocés todo. Es imposible que no guste, y era fácil conseguir que unas lomas o unos bosques de las Tierras Altas quedaran impecables en la fotografía.


Siento que he analizado más el libro que la serie, pero es que como adaptación es maravillosa, realmente fiel, y cuesta separar una versión de la otra. Me ha gustado más de lo esperado, porque están sabiendo dosificar muy bien la acción y el drama (yo esperaba que fuera un bodrio lentísimo, pero no). Puede que tenga bastante que ver con que la autora haya echado una mano a los guionistas, y yo lo agradezco.

Termino recomendando Outlander a todo aquel que disfrute con las series históricas (Downtown Abbey, The Tudors, Vikings...), pidiéndole que no prejuzgue simplemente por la etiqueta de 'romance', y que se deje envolver por ese ambiente escocés, de druidas y mosquetes, y que conozca a la impresionante Claire y su fortaleza de espíritu. Quizás no sea la mejor serie de la historia, pero bonita es desde luego (¡y apta para penes!).




miércoles, 29 de julio de 2015

Yo, ho! Black Sails, primera temporada

He tardado, pero por fin he terminado la primera temporada de Black Sails, y debo decir que tengo intención de ver la segunda porque sus ocho capítulos me han convencido.




SINOPSIS
El capitán Flint, junto con su tripulación pirata del Walrus, se embarca en una misión ambiciosa, a la vez que peligrosa: encontrar al Urca de Lima, un galeón español que carga con un tesoro como ningún otro. Pero las cosas no son nada sencillas porque para ello tendrá que convencer Eleanor Guthrie, quien gobierna el comercio de Nueva Providencia y abastece a sus piratas, y evitar las interferencias de Charles Vayne, capitán del Ranger y eterno enemigo. Las intrigas que existen en la isla, así como las luchas por el poder, pondrán en peligro la caza del oro español.



Black Sails es una precuela imaginaria de La isla del tesoro, un libro que casi todo ser humano conoce, en la que se seguirán las andaduras del capitán Flint, aquel pirata que escondió el infame tesoro en aquella isla. Para los que tengamos un buen recuerdo de la novela, nos encantará 'reencontrarnos' con personajes como el susodicho Flint, el cocinero John Silver o Billy Bones. Para los que no hayan leído o no recuerden el libro de Stevenson, no supondrá problema alguno, porque Black Sails simplemente se ha apoderado de los nombres y la profesión de los personajes y existen algunas incongruencias con la versión en papel, por lo que se puede disfrutar plenamente de la serie sin siquiera haber oído hablar de La isla del tesoro.

Tripulación de Flint (D-I): John Silver, Gates, Flint, Billy Bones

De cualquier modo, Black Sails no sólo ha pedido prestado al personaje del capitán Flint; también nos sonarán nombres como Barbanegra (toda una sorpresa, sinceramente), Jack Rakham, Anne Bonny o Charles Vayne, piratas que existieron realmente y que, pese a que algunos no fueron coetáneos, se reúnen en esta serie cuya temática es bastante evidente.

Y es que todo gira en torno a la piratería. Pero no al estilo de Hollywood, con piratas simpáticos y barcos invencibles. En Black Sails todos son mercenarios, mentirosos, traicioneros, despojos humanos. Hay sangre, prostitutas, esclavos negros, suciedad, piernas amputadas y gente vomitando en los barcos. Quizás uno de los aspectos que menos suele gustar, pues la violencia y el sexo llegan a ser a veces bastante gratuitas (aunque, desde mi punto de vista, no al nivel de Spartacus). Pero al mismo tiempo es lo que más me gusta de la serie, pues es honesta. Aunque más que honestidad se le puede llamar veracidad histórica, ya que por mucho que apreciemos a Jack Sparrow, lo cierto es que como pirata es una imagen lamentable.

Vestuario y escenarios impecables, con personajes que casan bien con la situación. Anne Bonny, asesina, no nos aparece como una delicada flor cuya mejor virtud es su belleza. Flint, intrigante, no dudará en deshacerse de cualquier persona con tal de conseguir su objetivo y seguir al mando del Walrus. Black Sails, por tanto, destaca en que es creíble, hay piratas de verdad y los personajes son consecuentes con su carácter.

Tripulación de Vayne (derecha): Anne Bonny y Jack Rackham (el más interesante, desde luego)

Aun así, hay un error que para mí es el principal lastre de la serie. Su argumento parece no tener rumbo y los personajes no hacen más que acumular trazas de un pasado muy 'misterioso' y que no tiene sentido alguno para el espectador. Pareciera que en cada capítulo hay un nuevo acertijo que resolver, o un obstáculo que quitar del camino. Una madeja que se está liando y que luego no sabremos desenrollar. Es como si los guionistas no tuvieran muy claro hacia dónde querían dirigir la serie o qué imagen quieren conseguir con cada personaje, y que sólo al final de la primera temporada (aunque son sólo ocho capítulos) pareciera que conseguía orientarse.

Debo admitir que pese a todo me ha resultado muy entretenida. Hay acción continuamente, precisamente debido a ese afán por enrevesar toda la historia una y otra vez, así que los capítulos no parecen tan largos. Me atrevo a decir que han convertido los cliffhangers en una religión. Y, gracias a dios, lo personajes por los que siento más antipatía (Max, básicamente) tienen los minutos contados en pantalla. Que la trama se desarrolle fundamentalmente en Nassau -capital de Nueva Providencia- y no en el mar hace la travesía (nunca mejor dicho) más tolerable. Y, como la función última de una serie es entretener, se puede decir que Black Sails ha cumplido conmigo.

Además, por lo que he leído, resulta que la segunda temporada supera a la anterior, según la opinión absoluta de todas las críticas que he visto, y que merece la pena ver ésta para poder llegar al capítulo IX (los capítulos tienen por título números romanos). Yo, por mi parte, no necesito que me convenzan porque Flint y compañía me han gustado lo suficiente como para querer saber cómo termina la historia pese a ser muy consciente de sus importantes carencias. Hay una tercera temporada en camino, supongo que a emitirse en enero de 2016, y espero que para entonces la segunda me haya hecho olvidar lo blando que es el argumento de la serie y lo perdidos que parecen los personajes.

Tienen un gran material y una buena idea; intentaré traer lo más pronto posible mi impresión de los próximos diez capítulos. Por el momento, recomiendo la serie a cualquier amigo de la piratería o del Caribe. No puedo afirmar que sea de las mejores que hay ahora mismo en antena, pero la temática me atrae bastante y creo que la serie me terminará gustando más que en su primer momento.

Para los interesados, aquí el trailer oficial publicado por su productor, Michael Bay.