Con un 2016 a reventar de superhéroes (Deadpool, Suicide Squad, Batman v. Superman, Civil War, Doctor Strange, X-Men Apocalipsis...), ésta era la primera bala del cargador de DC Comics, quien ha dejado claro que no se va a quedar atrás en comparación con Marvel. Aun así, para ser el gancho que atraiga al público para una futura Liga de la Justicia (la versión DC de Los Vengadores), Batman v. Superman es tristemente decepcionante. Y con este párrafo tan poco alentador, regreso al blog después de semanas de inactividad absoluta.
No puedo decir que no me haya gustado, pero sí esperaba mucho más después de ver cómo Man of steel (la previa de Superman) no alcanzaba mis expectativas. Supuse que era por ser la primera de una nueva etapa en DC Comics, un borrón y cuenta nueva tras la trilogía de Batman de Nolan para crear este Universo DC, y que con las prisas no habían conseguido cuajar una buena película. Pero Batman v. Superman ha sido otro poco de lo mismo, y ya no sé si la culpa es de Snyder, de los guionistas o de Superman.
Digo Superman porque creo que es en ese personaje donde radica el problema. Eisenberg hace un gran papel como Lex Luthor, bastante creíble aunque con un personaje muy mal utilizado por el guión, pues su protagonismo es tan intermitente que se pierde su magia. Ben Affleck, contra todo pronóstico (siento decir que no del mío, yo confiaba bastante en él), se calza el traje de Bruce Wayne como si fuera un guante usado por él desde hace mucho tiempo. Su Batman no es tan prodigioso - y eso que me encantó la lucha que protagonizó a solas al final de la película -, pero de nuevo creo que es por culpa del guión y no de los intérpretes.
En resumen, un co-protagonista y un villano estupendos... ¿Qué falla? Superman. Me gusta Cavill para el papel del alienígena todopoderoso, pero tanto en ésta como en la anterior película convierten su historia en algo cursi y ñoño, un tono que no queda nada bien con un largometraje basado en cómics de este estilo y que no logrará atraer tanto público. Los de Marvel optaron por el humor y la acción, mientras que los de DC prefieren un tono más serio y oscuro para distinguirse de su principal competencia. Hasta ahí me parece una idea maravillosa, pero llevar a la práctica lo que está sobre papel no resulta tan sencillo. Este Superman no es un personaje profundo, sino un adolescente enamorado de una Lois Lane que No. Me. Gusta. Ni. Un. Pelo.
Otro de los grandes inconvenientes de esta película es su incapacidad para la continuidad, sus saltos de guión incomprensibles e innecesarios (¿de verdad necesitábamos todos esos sueños?). Al comenzar la película y ver que del "pasado" de ambos personajes sólo íbamos a presenciar la muerte de los padres de Batman y el ataque de los kryptonianos a la Tierra, casi lloré de alegría. No es necesario situar en contexto a los espectadores con una hora de película (ejem, Man of steel) porque puedes terminar robándole protagonismo y tiempo al argumento principal. Sin embargo, mi alivio por ver que todo se resumía en dos escenas de pocos minutos se evaporó igual de rápido. Porque durante hora y media de película me iba a limitar a ver exactamente lo mismo: escenas de diez minutos que saltaban a otras escenas de diez minutos y así hasta el infinito. Caótico, inútil, exasperante.
¿Resultado? Que en una película titulada Batman v. Superman vi de todo menos una lucha entre Batman y Superman. Creo que le dedicaron dos minutos (SPOILER: y se resolvió con un jodido "mi madre se llama igual que la tuya y por eso no te voy a matar"). Seguro que Snyder y compañía creyeron que cuanto más ofrecieran al espectador, mejor. Se equivocan. Dos horas y media de filme para no conseguir absolutamente nada. Muchas escenas sucediéndose interminablemente sin relación aparente y con saltos demasiado bruscos como para poder adentrarte en la película. Vuelvo a señalar al guión como culpable.
Hay otras cosas que no me han gustado, como el traje de Batman, la escasez de acción, Lois Lane en general, la cantidad de cosas que han revelado en una película, la poca profundidad que le han dado al enfrentamiento entre los dos superhéroes - y la poca profundidad a los superhéroes en sí -, lo desaprovechado que está el villano y la excesiva oscuridad de algunas secuencias. Y los diálogos, que son un truño. Pero tampoco me voy a explayar (más), porque va a dar la impresión de que los de Marvel me pagan un sueldo.
Algo que sí rescataría de la película es la fotografía. Soy fan de Snyder (pese a lo decepcionante que ha sido verlo al mando de esta nueva generación de DC), y sus películas siempre tienen escenas a guardar para la posteridad. A los más adeptos de la versión en papel les encantarán esas tomas en las que el director parece haber calcado viñetas de los cómics (a destacar el inicio, con la muerte de los Wayne). Y, por supuesto, no puedo olvidar lo mejor - sí, MEJOR - de esas dos horas y media: la banda sonora original de Hans Zimmer. DC debería encadenarlo en algún sótano y no dejar escapar a este compositor que tan bien ha sabido congeniar con Batman, Superman, y todas las películas serias de superhéroes que puedan estar por venir (no por algo es el predilecto de Nolan, redescubridor de la oscuridad en la pantalla).
En definitiva, creo que esto es como el pez resbaladizo que no puedes mantener entre tus dedos. Zack Snyder ha querido aunar todo en una película a la que le sobraban escenas, minutos e historias (el pasado de ambos protagonistas, la presentación del villano, los sueños, los encuentros, el inicio del conflicto, la lucha entre ambos, la presentación de otros personajes futuros, la conciliación y la unión frente al villano...). Es una lástima desaprovechar una lucha tan interesante como la de Batman y Superman, dos personajes que podrían dar mucho de sí en un futuro y que han sido descartados con una facilidad pasmosa. Esto huele a la desesperación de DC Comics por ponerse a la altura de Marvel y traer ya mismo La Liga de la Justicia (Batman, Superman, Flash, Wonderwoman, Cyborg y Aquaman). Pinta muy bien, pero ojalá lo hubieran hecho con más mimo y respeto por los personajes. Las ansias de desvelar lo que se aproxima para el 2017 le han quitado toda la fuerza a los que podría haber sido una superproducción.
Más le vale a DC Comics que Suicide Squad sea un pelotazo, porque con el camino marcado por Man of Steel y Batman v. Superman no creo que lleguen muy lejos en esta competencia. Películas más redondas, con personajes más profundos, ahondando en las historias y sin querer abarcar mucho, calidad por encima de cantidad; ésas son las claves más sencillas para lograr crear un universo que compita con Marvel, diferenciándose por su tónica más seria y solemne. Para ello deben demostrar que, efectivamente, sus superhéroes son serios y que sus películas pueden ser algo más que largometrajes de acción. Porque hasta ahora sólo se salva Hans Zimmer.