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martes, 9 de febrero de 2016

The revenant





Bosques de Dakota, principios del siglo XIX. Es invierno, y un grupo tramperos de la frontera se ven atacados por indios Arikara. Forzados a huir dejando atrás casi todas las pieles, los escasos supervivientes se dejan guiar por Glass, quien mejor conoce el camino de regreso al Fuerte Kiowa. Comienza así una odisea en pleno invierno, inspirada en la vida del explorador y trampero Hugh Glass.



The revenant es una película para disfrutarla en el cine, porque es esencialmente visual. Ha sido grabada en escenarios privilegiados, como la Tierra del fuego argentina o la reserva Kananaskis de Alberta. Las imágenes que nos regala son impresionantes y abrumadoras, por su inmensidad y salvajismo. Es cierto que en un entorno tan hermoso es difícil que la fotografía defraude, pero eso no evita que a lo largo de todo el filme nos extasiemos con las planicies nevadas, las cumbres escarpadas y los frondosos pinares como si fuera la primera vez que nos ofrecen semejante espectáculo en la gran pantalla. Naturaleza en estado puro.

Y es una naturaleza muy bien servida. La manera en que Iñárritu nos regala estos paisajes es muy efectiva y acertada. Con los personajes en escena, emplea planos cerrados, numerosos contrapicados y largas secuencias (hay más de un plano secuencia bastante logrado), con lo que consigue que o bien sintamos temor por la integridad del cámara, o nos veamos sumergidos en el entorno. Ya nos deleitó con Birdman y su falso plano secuencia, en la que su metodología sirvió para adherirnos más a la paranoia del protagonista; en The revenant sirve para introducir al espectador en la aventura de Hugh Glass. Y qué decir de las salpicaduras o el vaho en la cámara, que inevitablemente te asoman a unos centímetros del rostro del protagonista.



Este largometraje es uno de los favoritos para los Oscar, y no puedo estar más de acuerdo con las nominaciones técnicas. Ahora bien, decir que éste es el mejor papel de DiCaprio sería exagerar bastante. No quiero decir que sea una mala actuación; al contrario, la escasez de diálogos de la película enfatiza el gran trabajo de DiCaprio y Hardy. Si hasta el momento Leonardo no ha conseguido su merecido Oscar ha sido porque cada año ha competido con otros que, lamentablemente, estuvieron aún más excelentes que él. No he visto las películas de sus competidores en esta edición, pero sería una pena que premiasen al actor en el que no es el mejor papel de su vida (puede que El lobo de Wall street sea insuperable) con tal de darle el Oscar que lleva buscando desde que dejó Titanic.

Si bien he salido encantada de la sala del cine, también he de admitir que The revenant está lejos de ser la mejor película del año. Es muy buena, que nadie me malinterprete, y su fotografía y edición son impecables, como vengo repitiendo. A nivel técnico esta película es una maldita maravilla. Pero tengo la sensación de que no ha estado redonda del todo, y no sé si es quizás por las innecesarias escenas del delirio de Glass, los treinta últimos minutos (SPOILER: una vez llegan al fuerte, se rompe por completo esa tensión, esa lucha por la supervivencia, y retomarla con la caza de Fitzgerald no parece funcionar), los animales destinados al fallecimiento (incluso la ardilla de la historia) o que tiene un comienzo tan impresionante que luego cuesta mantener el nivel durante las dos horas y media.



En resumen, un trabajo excelso con un reparto inmejorable y un toque de magia india, pero sobre todo con una calidad técnica que abruma. No sólo fotografía, sino el sonido o el montaje. Una manera de transmitir el sufrimiento y la tensión, culminadas con la escena del oso, que sólo puede ser lograda de la mano de Iñárritu. Esto también es un inconveniente mayúsculo para aquellos que no soportan el estilo del director (absténganse detractores de Birdman). Recomiendo llevar ropa de abrigo al cine, porque el frío del protagonista logra alcanzar al público. Una belleza, salvaje y virgen, como sus escenarios.


  • Ficha en FA.
  • Ficha en IMDb.
  • NOTA: 8'5


martes, 26 de enero de 2016

Los odiosos ocho






Un cazarrecompensas atraviesa las nevadas montañas de Wyoming en una diligencia, con una fugitiva encadenada a él. Su objetivo es entregarla viva en Red Rock, donde cobrará los dies mil dólares por su captura. Sin embargo, en su camino se ve obligado a compartir vehículo con dos desconocidos por culpa de una ventisca. Buscará refugio en la mercería de Minnie, aunque allí también se encontrará con otros cuatro individuos de los que no sabe nada. La sospecha crece entre los ocho viajeros, que tendrán que compartir techo durante los dos o tres días que dure la nevada. 



Tarantino tiene estilo. Un estilo que desagrada a algunos, pero que conquista a otros. En mi humilde crítica a este grande, debemos partir del punto de que soy una fan incondicional de Quentin y me cuesta calzarme los zapatos de sus detractores, así que será difícil no sólo ser objetiva (aunque la objetividad en este blog no existe) sino también saber recomendarla a un público adecuado. Porque no entiendo que a una persona no le guste el cine de Tarantino.

En Los odiosos ocho volvemos a las fórmulas originales, si es que alguna vez Quentin dejó de ser Quentin en alguna de sus películas. Un largometraje que hace honor a su prefijo: largo como un día sin pan - pero que disfrutándolo se convierte en un suspiro. Dividido en capítulos y con los Red Apple de protagonistas en la sombra. Morricone a cargo de la banda sonora. Racismo, violencia, diálogos. Planos cenitales o contrapicados y Samuel L. Jackson. Sangre en cantidades irrisoriamente innecesarias.


Las críticas no han tardado, y entre los aplausos destacan algunos dardos que atacan al director por, precisamente, estar encasillado y no saber alcanzar el esplendor de Pulp Fiction. Puede ser cierto, ya que el sello de Tarantino, a diferencia de otros muchos directores (o al igual que otros, como bien podría ser Burton), es demasiado reconocible, poco sutil. Sus obras gritan su nombre en cada segundo de metraje y pueden llegar a saturar a quien no se lleve bien con el cine del estadounidense. Que esta película dure casi tres horas y que sea un relato tan enloquecedoramente "inútil" son otras manchas en el mantel.

Pero es precisamente esa vaguedad del guión la que me conquista cada vez que veo su filmografía. ¿Alguien puede decirme en qué consiste Reservoir Dogs o Pulp Fiction? Como Los odiosos ocho, son un par de escenas alargadas hasta el extremo, con diálogos fascinantes pero completamente vacíos y personajes que se van entregando al público precisamente a través de ese diálogo continuo. La magia de Tarantino se centra en sus guiones, en los cuales reside la complejidad de todas sus películas. Porque no es sencillo elaborar una sucesión de monólogos y que con ello el espectador vaya satisfecho a su casa. Pero ahí tenemos el famoso recital bíblico de Samuel L. Jackson (quien repite otro soliloquio, esta vez sobre penes negros), que en realidad no aporta nada a la historia pero que parece imprescindible en Pulp Fiction como una manera de elevar la tensión; o la discusión al comienzo de Reservoir Dogs sobre Madonna y las propinas. En esta ocasión, yo diría que la medalla de oro iría para Tim Forth y su disertación sobre la verdadera justicia y la justicia de masas.

El verdugo y la justicia
Los odiosos ocho, como iba diciendo, recupera la división en capítulos y los títulos amarillos que tanto asociamos con Tarantino. El escenario, una posada en mitad de una montaña nevada, tiene personalidad propia y da para mucho en esas tres horas de película (como digo, gracias a esos brillantes diálogos), en la que tendrán que compartir escena nueve personajes (el cochero O.B. hace de extra) que no llegan a eclipsarse unos a otros, pese a que la pareja de John Ruth y Daisy Domergue - cazarrecompensas y su fugitiva encadenada - es especialmente entretenida.

Un personaje, una historia. Y de esa manera tan simple, con cada uno explicando de dónde viene y hacia dónde va, comienza un relato en una posada, donde la simpleza da paso a la complejidad más retorcida, donde el humor se convierte en tensión acumulada que va escalando hasta que explota la violencia. Una línea made in Tarantino, que vuelve a funcionar de mano de unos actores que en su mayoría ya conocemos de otras de sus películas. Jennifer Jason Leigh está nominada a mejor actriz de reparto en los Oscar, merecidamente, pero yo no me veo capaz de elegir a mi preferido del elenco, pues como siempre Quentin ha sabido dirigirlos a todos hacia el resultado que él buscaba, que no es otro que la impecabilidad.

J. J. Leigh en su papel de criminal desquiciada y masoquista
Si he de ponerle alguna pega, es que quizás he echado de menos a Morricone. La escena de inicio me ha encantado, pero luego su toque ha desaparecido - o quizás no he sabido encontrarlo. La verdad es que el dúo que hacen director y compositor es una delicia, pero me atrevería a decir que cuando más he sentido la presencia del italiano ha sido en los créditos. Si uno se pone a escuchar la BSO se echa a llorar del placer, pero juraría que Tarantino ha usado sus composiciones con cuentagotas. Aquí le ha sobrado la sutileza que le falta en sus escenas violentas (para las cuales necesitaría otra entrada aparte, porque dan de qué hablar).

Para los que por desgracia vean la versión doblada, como yo, avisarles de que Quentin hace un cameo como narrador y que Tim Forth no es Christoph Waltz (pese a tener el mismo doblaje y los mismos movimientos). También podréis disfrutar de Samuel L. Jackson mirando directamente y enamorando a la camára. Los más sensibles, por contra, quizás no puedan soportar la sangre, las referencias al racismo o la violencia sexual. Pero quien va a ver alguna película de este director sabe a qué se está enfrentando.

En definitiva, que Los odiosos ocho está del carajo, hablando en plata. Muy Tarantino, a un nivel superior - según mi opinión - que Django desencadenado y Malditos bastardos, volviendo al puro Grindhouse. Película entretenida, pese a su duración, con una violencia que se hace de rogar y una fotografía sublime. Pero, si por algo me ha enamorado, es por los eternamente insuperables diálogos, el vehículo que Tarantino explota para hacer evolucionar la historia y el clima de ésta, así como para dar a conocer a los personajes. Todo en un único escenario estático que da para jugar al Cluedo desde nuestro asiento.  Completamente recomendable al público en general e imprescindible para los fans.



  • Ficha FA.
  • Ficha IMDB.
  • NOTA: 9

lunes, 21 de diciembre de 2015

El despertar de la fuerza

18 de Diciembre de 2015, Kinépolis de Granada, entradas (compradas en octubre) en mano, esquivo a un stormtrooper y me detengo a acosarlo a él y a su amigo Vader para que se hagan una foto conmigo. Entramos en un abarrotado cine y esperamos un cuarto de hora a que abran la sala correspondiente. Hemos conseguido una de las últimas filas y asientos centrados, desde los que puedo observar al espontáneo que se levanta y empieza a criticar los quince minutos de anuncios (fueron dieciocho; yo también estaba desesperada). Aplaudimos, nos reímos, y seguimos esperando. La pantalla se cubre de estrellas en un fondo oscuro y aparece el famosísimo rótulo de Star Wars, el entusiasmo se extiende como la pólvora y aplaudimos con ganas, gritamos y dos espadas láser se iluminan en la oscuridad (a mí se me empañan los ojos). El texto del inicio comienza a deslizarse y regresa la magia que comenzó hace más de treinta años.



No haré ningún spoiler en esta entrada sin avisar (renunciaré a mi método habitual y simplemente los pondré en letras blancas), pero sí recomiendo que no se lea nada antes de ver la película, en ningún sitio, porque el objetivo es llegar 'virgen'. El episodio VII ha llegado rodeado de misticismo, y no sería bonito destrozarlo después del esfuerzo que han hecho los de Disney para mantenerlo así, con estreno mundial, trailers muy poco reveladores (doy fe), cláusulas de confidencialidad para los participantes en el rodaje... El regreso de la saga de aventuras más importante de la historia, con el perdón de Indiana Jones, tenía que ser a lo grande, así que comencemos con mi humilde análisis.

Consejo: ¿no has visto ninguna película de Star Wars? No sigas leyendo, porque probablemente sólo entiendas la mitad. Si quieres disfrutar al máximo de esta película, anímate a ver las seis anteriores. Que los prejuicios que existen hacia esta saga no te impidan disfrutar de ellas. La fama de "para frikis" es merecida, pero ilógica. Es una simple saga de aventuras en el espacio. ¿Mi recomendación? Busca un par de amigos que ya las hayan disfrutado (todo el mundo tiene un amigo que ha visto Star Wars), unas cervezas y palomitas. Así tendrás más probabilidades de contagiarte con su entusiasmo y disfrutarlas mucho más. Y siguiendo este orden alternativo: episodios IV>V>I>II>III>VI (si no, puedes adherirte al clásico trilogía antigua>trilogía nueva).

Aviso antes de tiempo de que puedo presumir de haber visto todas las películas de SW más de dos veces, excepto el episodio III (puaj). Sin embargo, no puedo presumir de ser una friki apasionada del tema, por lo que no soy ni de lejos una experta en los matices más sutiles de la creación de George Lucas. Pido disculpas a los que crean que estoy mancillando a la República, sobre todo a los que hayan salido decepcionados de la sala del cine, porque para mí Star Wars VII ha sido PERFECTA.

Yo tenía dos posibles vías ante esta película. La primera era la de contemplarla como una película más, atendiendo a detalles más técnicos y artísticos. De ser así, ahora mismo la estaría describiendo como un film de aventuras entretenido, con un guión flojo y unos diálogos aún más flojos, que logra divertir pero no asombrar, y que se salva por la fotografía y los efectos especiales.

Sin embargo, yo fui al cine con otra actitud diferente. Era consciente de que ésta es la primera de una nueva trilogía, y que provenía de una idea ya creada por Lucas. Sabía, también, que según declaraciones del director se iban a ignorar a los episodios I, II y III, por aquello de haberse desviado completamente de la tónica que seguía la trilogía original, para hacer justicia y mantener el espíritu de ésta (episodios IV, V y VI). Puede que el hype y la excitación por este regreso tan esperado me hayan enturbiado el juicio y esté sobrevalorando al largometraje, pero después de tres días sigo pensando que fue espectacular, así que quizás no sólo se deba al efecto 'postraumático'.

Así, sí. En esas dos palabras se puede resumir mi opinión sobre Star Wars VII. Quien haya visto las seis películas previas se habrá dado cuenta, sin necesidad de ayuda, de que las películas originales son mucho mejores que las nuevas. Que Yoda sea un muñeco de plástico en lugar de una creación digital puede no jugar a favor de las primeras, probablemente, pero en ellas hay mucha más honestidad y autenticidad. No tienen tanta profundidad en el ámbito político (que es en torno al cual gira casi la totalidad del episodio II) y las actuaciones y diálogos tampoco son para tirar cohetes, por no hablar de lo difícil que es ver una película del siglo pasado sin reírse de las marionetas y droides de cartón-piedra. Lo que vengo a decir con ésto es que el objetivo del episodio VII es recuperar ese espíritu de aventura, traición, drama cutre y acción que desprendían las tres primeras películas de George Lucas. Star Wars en estado puro.

Y aquí un análisis pormenorizado (o al menos lo intentaré) sobre los distintos aspectos de la película:

I. La historia: muchos han criticado que el guión sea una fotocopia de la trilogía original. Pero yo creo que precisamente es eso lo que me ha hecho recobrar la fe en Disney y su capacidad para devolvernos Star Wars a los fans. ¿No era precisamente ese desapego el que convirtió a los episodios I, II y III en carne de cañón? Si nos dan lo que reclamábamos desde hace tanto, deberíamos recibirlo con los brazos abiertos.

Soy consciente, sin embargo, de la poca originalidad del guión y de lo poco que han arriesgado. El despertar de la fuerza empieza y termina exactamente igual que Una nueva esperanza. Un droide con unos planos de vital importancia abandonado en un terreno desértico para cruzarse con nuestro protagonista (Rey en este caso) y juntos se embarcan en un viaje con la guía de un maestro (Han Solo). Hasta tenemos una versión femenina de Yoda (Kanata). Y al hijo perdido de Jabba. Pero aquí es donde intervengo yo, para desarrollar mi teoría.

J. J. Abrams ha arriesgado poco en lo que viene a ser el guión, pero es que el objetivo de Star Wars VII no era la innovación. Al contrario, su meta principal era la de demostrar a los fans que el prolongar una saga que parecía ya acabada ha sido la mejor idea que han tenido los de Disney en muchos años. Han recuperado el espíritu de aventuras, la estética de las antiguas películas y a sus personajes para mostrar al mundo que se trata de una secuela fiel a la original. El ritmo apresurado con el que se resuelve esta historia también está dirigido a convertir El despertar de la fuerza en una especie de presentación o prólogo, en un "mirad lo que os traemos". El tentempié perfecto para los fans, para que vayan viendo que este nuevo proyecto de Star Wars es serio y promete muchísimo. Y, aunque en esta historia no innovan o arriesgan, sí dejan claras sus intenciones, que es lo único que tenía que conseguir Abrams: que el regreso de la mejor trilogía de aventuras de la historia no fuera un estrepitoso fracaso y una horrorosa decepción.

II. Los protagonistas: ya se usaron actores desconocidos (en su momento) para Una nueva esperanza, y han vuelto a repetir la fórmula. Finn y Rey hacen una pareja de amigos (gracias por no meter historias de amor en cada esquina, ¡gracias!) bastante creíble, por un trabajo que -pese a no ser espectacular- gusta bastante a manos de Daisy Ridley y John Boyega, a los cuales espero ver muchísimo más en las siguientes películas (bien por los de casting). Adam Driver no me ha convencido tanto, aunque lo suficiente como para que le pueda dar una oportunidad - pero la verdad es que me gusta más con la máscara puesta. De los eternos Ford, Fisher y Hamill diré que nunca me parecieron brillantes actores, pero quitarles el polvo y permitirles traernos de vuelta a nuestros héroes favoritos (#TeamLeiaForeva) sólo puede sumar puntos.

En definitiva, tenemos de nuevo personajes femeninos fuertes y con carácter (todo mi dinero a Rey), un villano atormentado y con grandes habilidades, stormtroopers incapaces de acertar un blanco y parentescos que llegan a ser demasiado evidentes. Sí, te lo dejan claro y te lo repiten por si no te has enterado de quién es primo segundo del vecino del otro; supongo que porque no vieron necesario perder el tiempo explicando los nexos de unión entre personajes ya que, como repito, ése no era el objetivo de la película (aunque podrían haberlo hecho más sutilmente, para mantener la magia). Y, por favor, que nadie se queje de la presencia de un negro. Nadie se quejó de Greedo, que es turquesa.

III. Droides, naves y espadas: volvemos a lo mismo. Se acabaron los saltos y acrobacias con espadas láser. El utilizar la fuerza para destrozar escenarios. Empujones y patadas en el aire. Sólo lucha cuerpo a cuerpo con ayuda de un sable láser. (Me encantó el detalle de que Finn intentara hacerse el héroe y descubriera que no es tan fácil usar una espada. Y que Rey no fuera una jedi cinturón negro la primera vez que se enfrenta a Kylo Ren - contra el cual pierde pero sobrevive, obviamente, porque éste se encuentra herido).

Además, tampoco han creado un vórtice espacio-temporal como hicieron con la nueva trilogía, en el que el avance tecnológico da un salto incomprensible (sí, es fascinante ver cómo las armas y naves de la trilogía nueva son mejores que la original, saltándose a la torera el orden cronológico interno de la saga). En El despertar de la fuerza volvemos a ver el mismo diseño de naves y droides, además de regresar al uso de disfraces para las diferentes razas. Volvemos a tener la idea de "tecnología del futuro" que se tenía el siglo pasado. El único destello de innovación es quizás BB-8, (aunque el hecho de que cuando rebota suena como un bolondrón de metal macizo nos lleva de vuelta a la idea de una ciencia ficción más estancada en los años setenta).

Y adiós a los putos midiclorianos.

IV. La música: no tengo mucho que añadir. Probablemente la mejor banda sonora de toda la saga. Emocionante.

V. Los guiños: múltiples y muy bien elegidos. No sólo en los diálogos, en la estética o en el reciclado de actores. También en algunas escenas, como aquella en la que Kylo Ren contempla el espacio, del mismo modo que lo hizo su predecesor Vader (para mí, la mejor escena de la saga al completo, con ese negro sobre negro).

VI. Los escenarios: no han abusado de los efectos especiales como en su día lo hizo George Lucas en su segunda trilogía (y en la remasterización de la primera, puaj). La estética, como digo, es impecable y muy fiel a la original, así como el vestuario, la caracterización de los monstruos y la fotografía en general. (Que la Estrella de la Muerte sea un planeta es AWESOME). Sí, la fotografía es para mojar las bragas.

VII. La fuerza vuelve a ser La Fuerza. Regresan los Jedi de verdad.

Yo en el cine


En resumen, un perfecto inicio para una secuela compuesta por otras tres películas que están por venir. J. J. Abrams merece un pequeño aplauso por conseguir que me divirtiera en el cine, que saliera encantada y que esté deseando el estreno del episodio VIII. Una película recomendada para todos los fans de Star Wars, así como para los que tengan ganas de introducirse en este mundo. Y, como humana, me permito sobrevalorar la película hasta el infinito, porque lo primero que salió de mi boca cuando aparecieron los créditos fue un "Asín sí, coño".



  • Ficha en FA.
  • Ficha en IMDB.
  • NOTA: 9



Edito: este post iba a ser publicado el día 21, pero por lo visto se quedó como borrador y nunca llegó a publicarse hasta hoy (28). Desventajas de dedicar toda la navidad a comer y no a pensar. 

miércoles, 25 de febrero de 2015

El bosque en el que se perdió Disney

Into the woods es una película musical producida por Disney, basada en el libreto de James Lapine y Stephen Sondheim (que a su vez se encargaron del guión y de la música del filme, respectivamente). Reuniendo grandes cuentos de los hermanos Grimm en una sola historia - Cenicienta, Caperucita Roja, Jack y las habichuelas mágicas, Rapunzel -, esta película nos adentrará en un mágico bosque donde todos los personajes nos mostrarán una peculiar perspectiva de los clásicos para niños.


Nos encontramos ante un matrimonio de panaderos que descubren que sobre la familia del marido hay una maldición, la cual les impedirá tener hijos a menos que consigan los cuatro objetos que la bruja del bosque les ha pedido. En este frondoso escenario se cruzarán con los ilustres protagonistas de los cuentos de los hermanos Grimm... o una versión un poco distorsionada de ellos.

Disney ha apostado (¿quizás?) por una idea innovadora, pero quisiera averiguar cuál fue la mente privilegiada que decidió darle forma a esta película. El toque cómico y la estética característica de la película son de agradecer, pero podrían haber destacado aún más si hubiesen estado acompañadas de un mejor montaje y un mejor repertorio de canciones (y, en mi opinión, de un clima más crudo y oscuro). Además, pese a que nunca he sentido un obvio rechazo por los musicales, es difícil que éstos me entusiasmen demasiado. Sweeney Todd y Les Misérables son los únicos (de la última década) que no se han estrellado en la gran pantalla, desde mi punto de vista.

Lo cierto es que los musicales son un riesgo, porque no gustan a todo el público y porque necesitan que la historia atrape mucho más que cualquier película normal. Compiten con una desventaja, que es la de la música; alguna cancioncilla está bien, pero soportar más de una hora de gorgoritos requiere una gran recompensa a cambio de esa tortura. En este caso, Into the woods se ha columpiado bastante y la jugada le ha salido mal. Debo admitir que los primeros minutos de película son maravillosos, pero los otros 120 minutos me han sobrado. Intentaré explicar resumidamente por qué.

Lo que me ha impedido disfrutar de Into the woods ha sido el montaje mayormente. Escenas cortadas cuando no debían, historias demasiado entremezcladas, que impedían el avance de la historia y desconcertaban al espectador, poca fluidez y demasiados personajes que no han sabido ganarse un hueco. Cuando ves una película y te tienes que esforzar por seguir el ritmo, el cansancio te arruinará la fiesta. Es lo que me ha sucedido con este musical, porque creo que su principal enemigo es la forma en que han decidido narrarlo. Un exceso de caos. Anticlimático.



Por otro lado está ese casting tan incongruente. Una simpática Emily Blunt y una impecable Meryl Streep (como siempre; si bien no merecedora de la nominación al Oscar) son lo único salvable del grupo, y eso que son una infinidad de personajes. Johnny Depp ha necesitado sólo dos minutos en pantalla para comerse al resto del elenco (literal y metafóricamente). Anna Kendrik quizás pueda redimirse gracias a su voz, pero a duras penas. A su favor diré que los personajes tampoco ofrecieron a los actores una oportunidad para brillar, porque Disney ha desfigurado la parte oscura (y más interesante) de este libreto musical, para convertirlo en una película supuestamente familiar, pero a la que yo evitaría mostrar a los más pequeños. No me quedó nada claro si pretendían crear una película más similar a la obra original o más adecuada al público infantil típico de la compañía del difunto Walt.

Para colmo, la segunda hora es innecesaria. Podrían haber cerrado la historia a la mitad, pero decidieron continuarla y rizar demasiado el rizo, para seguir hundiéndose en el barro. De un "está bien" pasó a un "qué hago con mi vida". Es precisamente esta dilatación sobrante la que la echó directamente fuera del saco de películas entretenidas que no te hacen sentir que has malgastado tu dinero.

En conclusión, un grupo de personajes demasiado amplio para un reparto tan mediocre, sólo una canción (de mil) que te alegre el día, una insufrible última hora y un incongruente ritmo. Into the woods es un despropósito, una mala manera de malgastar una gran idea y unos preciosos escenario y vestuario, una oportunidad desperdiciada para mostrar el lado oscuro que Sondheim y Lapine plasmaron en el libreto, tan atractivo. Meryl Streep en este caso es la fruta prohibida que nos ha atraído engañosamente hacia una bala perdida de Disney. Y la última frase de Cenicienta: "A veces hasta me gusta limpiar".


  • Ficha en FA.
  • Ficha en IMDB.
  • NOTA: 5'5

lunes, 16 de febrero de 2015

La inesperada virtud de la ignorancia



Birdman, una película que ha pegado fuerte a principios de año en nuestro país y en los festivales internacionales de cine. Un filme sobre la necesidad de Riggan, un actor que saltó a la fama por su interpretación de un superhéroe en la gran pantalla, de que su nueva obra de teatro sea perfecta en su estreno en Broadway para poder recuperar su anterior prestigio. 

Antes que nada, quisiera desahogar mi frustración por ver que, después de mes y medio encerrada por los exámenes, ilusionada por mi efímera libertad estudiantil (de nada más y nada menos que tres días completos), conseguir ver Birdman en el cine me iba a resultar casi imposible. Quizás sería porque se estrenó hace un mes, o tal vez porque en Kinépolis tenían DIEZ salas completas reservadas para 50 sombras de Grey. Bam. Así como lo digo. No cinco, no nueve. Diez. Para esa mojoná. En fin. La cultura en este país es un lujo por el IVA y por la escasez de cerebro de la población general. Como diría Vaquerizo... Ala, a tomar por culo.



Dicho esto, no me importaría volver al cine (si me lo permite 50SDG) para ver Birdman de nuevo. Se merece todos y cada uno de los galardones con los que se le premie, y no me extrañaría que la película fuese ganando valor con el paso de los años. En resumidas cuentas, me ha encantado y animo a quien tenga ganas de verla que no espere a que la retiren de la cartelera.

Sin embargo, Birdman hay que entenderla con cautela. A mí personalmente me ha parecido fantástica, pero la historia - el argumento - no es para todos los públicos. Es una historia muy especial que, aunque creo que es difícil que no guste, sí es cierto que a la gente puede que no le entusiasme tanto como a mí. Suele ocurrir con los grandes trabajos, que a cuanta más gente llega, más fácil resulta encontrarle detractores.

Pese a lo que el trailer pueda hacer creer a algunos (y es que este trailer da una impresión bastante desacertada sobre la película), la mayor parte de la película transcurre en uno de los teatros neoyorkinos de Broadway y se centra en la inseguridad del protagonista sobre su capacidad para crear una obra brillante que satisfaga a la crítico más importante de ese mundillo, Tabitha Dickinson. Esto (el 'hacinamiento'), junto al peculiar rodaje de la película, constituyen los principales obstáculos para el público. Si no te convencen, Birdman será para ti una más del montón.

Y aquí empieza lo mejor de la película

Este peculiar rodaje al que me refiero es el famoso 'falso plano-secuencia' del que tanto se ha oído hablar. Hasta que no empezó la película no lo comprendí, y quizás el entender lo complicado y maravilloso que resulta crear un largometraje al completo de esa manera, lo convierte (a mis ojos) en uno de los más mágicos de este año. Para el que no sepa qué es un plano secuencia, aquí hay varios ejemplos: Children of men, Goodfellas, Kill Bill. Como se puede observar en los tres vídeos, no hay ningún corte, es una toma continua sin detenciones y que por norma dura bastante más de lo habitual. Dice Wikipedia que la más ilustre es la de Touch of evil, pero no he tenido el gusto de ver esa película. Gravity (de nuevo Cuarón) también apostó fuerte con otro plano secuencia de 17 minutos para comenzar su película.

Para los que ya estén familiarizados con esto, que sepan que Birdman es en sí un plano-secuencia al completo. ¿Quiere esto decir que rodaron hora y media del tirón? No, y a eso es a lo que se refiere la gente con lo de 'falso'. A lo largo de la película se echa mano de diferentes recursos para crear la ilusión de que la cámara no ha detenido su grabación, aunque lo cierto es que se trata de una sucesión de planos-secuencia muy bien trabajados, que ayudan a contar el filme desde la perspectiva de Riggan, el protagonista.

No soy experta en cinematografía ni pretendo serlo, pero puedo suponer que se trata de una nueva forma de rodaje que te ayuda a ser testigo presencial de toda la historia. Te ayuda a comprender lo caótica y desestructurada que es la vida de Riggan, cómo la gente va entrando y saliendo en su vida - como personajes en un escenario, que aparecen para luego hacer su mutis. Muchos acusan a Iñárritu de ser demasiado ambicioso, de haber pecado de pretencioso. El público, por su parte, cuenta con un notable sector al que no le terminan de convencer los 118 minutos de paseo (un mareo, en palabras de uno de mis amigos). Yo, como ya he dicho antes, estoy enamorada.

Poco tengo que decir acerca del reparto y de cómo Norton brilla en escena, algo habitual en él. Curioso que Michael Keaton haga el papel de su vida interpretando al ex-Birdman, por decirlo de alguna manera, un superhéroe de película igual que el Batman con el que una vez trabajó bajo la dirección de Tim Burton; dudo que alguna vez se supere a sí mismo después de esto. El hecho de que Birdman haya sido grabada de aquella manera permite que cada uno de los personajes tenga lo que yo llamo su 'momento de gloria'. En la película todos tienen un problema con el cual lidiar, y se expresan a modo de monólogo, con la cámara enfrentándolos y permitiéndoles desahogar sus frustraciones. Ingenioso y eficaz, a mi ver.


Porque Birdman nos presenta a un grupo extravagante y caprichoso, como sólo lo pueden ser los actores, encumbrados por Riggan (M. Keaton) y su obsesión con ser alguien, brillar como antaño lo hizo con su superhéroe y que la hija a la que no logra comprender lo pueda ver con buenos ojos. Es el drama de un hombre - y el de su hija, su ex-mujer, su novia, su amigo, sus compañero de reparto... Con un toque de humor muy sencillo y divertido (el momento de la batería es fabuloso).

Personalmente, creo que con este largometraje no es para todo el mundo. Ya lo he dicho en párrafos anteriores, la historia es tan especial que puede defraudar a muchos, sobre todo si van a verla con grandes expectativas. Sin embargo, en el aspecto técnico, es irreprochable (mención especial para el sonido y esos golpes de percusión). Para quien quiera una película de acción, que entre en otra sala; quien disfrute con el cine en general, puede probar con ella porque debería ser imprescindible; a la que le importe un pimiento todo, el desnudo de Norton puede que haga a esta película merecedora de su tiempo.

Repito lo mismo, estoy encantada con la película y quizás la esté sobrevalorando, pero en el cine todo es subjetivo y yo no soy quién para llevarle la contraria a los críticos. Quiero ver qué me depara este 2015, porque ha empezado muy fuerte.


  • Ficha en FA.
  • Ficha en IMDB.
  • NOTA: 10



sábado, 12 de julio de 2014

Goodfellas

"El padrino" está en lo más alto. Inalcanzable, magistral. A veces el cine nos da perlas que se acercan a esta joya; "Goodfellas" es una perla magnífica. Esta película, traducida en España como "Uno de los nuestros", siempre me aparecía en las sugerencias de FA con muy buenas puntuaciones, pero hasta ayer no me atreví a verla, porque la mafia y los gangsters son un tema muy delicado de llevar a la gran pantalla.




Sinopsis
Henry (Ray Liotta) es un adolescente de Brooklyn que se cría en un barrio de gran influencia italiana, y ambiciona ser parte de la élite mafiosa que controla todo el vecindario. La película nos muestra tres décadas de su vida como gangster, siempre acompañado por Tommy (Joe Pesci) y Jimmy (Robert De Niro). Basada en hechos reales, entre los que se encuentra el desfalco a Lufthansa.

De izq. a dcha.: Henry, Jimmy, Tommy.


"As far back as I can remember, I've always wanted to be a gangster." -- Henry Hill, Brooklyn, N.Y. 1955.


Motivos por los que una persona DEBE ver esta obra de Martin Scorsese:

  • Porque De Niro tiene más clase y estilo que su gomina. Y porque en esta película se necesitaban polvos para poner su pelo de color gris.
  • Porque nunca una pistola tuvo tanta personalidad, sobre todo en manos de Lorraine Bracco.
  • Porque Joe Pesci en su papel de Tommy es digno de ver mil veces. 
  • Porque a veces no es buena idea decirle a alguien que es gracioso.
  • Porque Sorvino sólo tiene apenas dos líneas en toda la película y ambas le sobran para bordar sus momentos en escena.
  • Porque Ray Liotta hace el papel de su vida (aunque tampoco es que en su vida haya tenido nada que pase de lo decente...).
  • Porque la Banda Sonora está elegida al detalle y es magnífica.
  • Porque Martin Scorsese hizo magia con cada plano.
  • Porque hay escenas que perdurarán por siempre en mi retina.
  • Porque pocas películas han tenido un final tan asombrosamente genial.
  • Porque hasta el vestuario está cuidado hasta el último centímetro.
  • Porque las dos horas y pico se pasan volando.
  • Porque sí, y punto. Porque es injusto que sea necesario justificar que alguien vea esta maravilla.


Hay cosas que probablemente no tengan demasiada importancia, pero que a mí me encantan. Los detalles, sobre todo en vestuario, son algo que me llama mucho la atención y no puedo evitar mencionarlo aquí. La película atraviesa los años 60, 70 y 80. Por ello, el vestuario (y la decoración; no voy a hacer ningún comentario sobre la casa que el matrimonio tiene en los 70 porque sería rememorar una monstruosidad hortera) también va evolucionando. Me ha costado encontrar imágenes decentes, pero creo que con éstas puedo ilustrar la evolución de la moda tan bien ejecutada. Aquí tenéis a Lorraine Bracco luciendo modelitos:










De la B.S. sólo puedo decir que, si nuestra lengua materna fuera el inglés, en lugar de magnífica sería perfecta. De qué mejor manera puede terminar una película si no es con "My Way" de los Sex Pistols. Aquí va la playlist ordenada tal y como sale en la película.




Spoilers!
Mis escenas preferidas:

1. Carrera de obstáculos. Un plano secuencial para recordar.



Juraría que el rodeo que dan es para salir por la misma puerta por la que entraron (las perchas colgando, se ven junto a la puerta tanto a la salida como a la entrada). Leí por alguna parte que utilizaron en las cocinas a prácticamente los mismos extras que en el restaurante. Por tanto, no sólo magnífica filmación sino también organización y sincronización. Esta escena simboliza todo lo que supone ser Henry Hill: tener todas las puertas abiertas.

2. No le digas a Tommy que es "gracioso".



Esta escena fue improvisada. Magistral Joe Pesci, consiguiendo que todo el público se quede en vilo esperando por un final para tanta tensión. Grandísimo también cuando va con Jimmy y Henry, después de un asesinato, a la casa de su madre (interpretada por la progenitora de Scorsese, por cierto), con una conversación en la mesa mientras cenan completamente improvisada. Rivaliza con ésta otra:



El final de la segunda escena es otra de las mejores frases de la película:

JIMMY: Ahora cavarás el hoyo tú solo, vas a cavar el hoyo y lo vas a hacer tú solo, no pienso ayudarte.
TOMMY: A mí qué coño me importa, claro que lo haré yo solo, ¿crees que será el primero? Ni que fuera el primero que cavo.

3. Las voces en Off.





4. 'Last day as a wiseguy', así fue como llamaron a esta vertiginosa parte de la película.


Se supone que van cambiando de canción y que se escucha el diálogo, pero no he encontrado la secuencia original en ninguna parte. La calidad es lamentable, pero igualmente se puede apreciar cómo Scorsese emplea música más rápida, horarios (es la única parte de la película en la que van poniendo la hora continuamente), las miradas al cielo cuando va en el coche, movimientos rápidos, escenas que terminan bruscamente, desplazamientos de cámara... todo para hacer más patente la paranoia del Henry drogado.


5. EL FINAL.

"Si hubiera sido uno de los nuestros no habría oído nada, ya estaría muerto."

Difícil terminar mejor la película. Esperas que Henry muera, que pague por todo lo que ha hecho. Porque como con sus otros dos colegas (Jimmy y Tommy), has experimentado sentimientos encontrados hacia él. Lo odias, pero lo admiras. La película consigue hacerte comprender por qué ese estilo de vida es tan atractivo y por qué Henry usa esa frase para comenzar la película. Te has encariñado después de dos horas y veinte viéndolo en pantalla, pero debería morir. Así que esperas que en esa última escena, con LA mirada de Paulie (soberbio Sorvino, ¡de verdad!) su vida quede sentenciada.

"Si formas parte de un grupo, nadie te dice que van a matarte. No hay ni peleas, ni insultos como en las películas. Los asesinos llegan con una sonrisa."

Y, en efecto, Henry queda sentenciado. Pero no a morir como cualquier hijo de vecino esperaría, sino a lo que para él es el infierno después de haber podido tener al alcance de su mano todo lo que quería. Dinero, poder, mujeres, juego, bebida, amistades, familia. Ahora, una vida normal y sencilla.

"Ahora soy un don nadie, y tengo que vivir el resto de mi vida como un gilipollas".


viernes, 4 de julio de 2014

Fantastic Mr. Fox




Soy una fan incondicional de los cuentos y las películas para niños. Muchas veces no hace falta gran profundidad psicológica o un reparto de diez, sólo unos cuantos muñecos y mucho cariño, para crear una película maravillosa.



El Sr. Fox es un zorro que ha dejado atrás su vida como ladrón de gallinas para cuidar de su esposa y su hijo. Sin embargo, no puede resistir la tentación de dar un gran golpe: saquear las granjas de Bunce, Boggis & Bean. Esto provocará que el vecindario entero se ponga en peligro, ya que los granjeros están determinados a acabar con el zorro. Una película (un libro, en realidad) que trata la lucha de uno mismo contra su propia naturaleza.



Parte del mérito lo tiene Roald Dahl, como ocurre con cualquier adaptación. Debo admitir que no conocía este libro, pues estaba más familiarizada con los que tengo en casa: "Las brujas", "Relatos de lo inesperado", "Matilda", "El gran gigante bonachón"... Todos son relatos fantásticos, hechos para niños pero aptos para adultos. En España creo que éste se titula "El superzorro" (lamentable traducción, pero supongo que al ser un cuento poco importa), aunque la película la han dejado prácticamente igual: "Fantástico Sr. Fox".

El Stop Motion es lo que hace de este largometraje algo tan especial. Creo que sin este tipo de animación, mi opinión hubiera sido completamente distinta. ¿He dicho que soy fan de las películas para niños? Bueno, soy aún más fan del Stop Motion. Lograr con esa técnica que una película tenga fluidez y realismo, que no nos cueste mirar la pantalla por los movimientos entrecortados, es un grandísimo logro. Es cierto que al principio aprietas los labios y frunces el ceño por lo extraño que te resulta no estar viendo una animación digital, pero a mí (y tal vez únicamente a mí) me parece que consigue hacer de la película algo más entrañable y divertido. Los primeros planos en esta cinta son canela en rama.

En cuanto a reparto, no se cortaron un pelo al contratar a Meryl Streep (muy, muy, muy, muy enamorada estoy de esta SEÑORA), George Clooney y Bill Murray, entre otros. Por recomendación la vi en VOSE, lo cual fue un acierto ya que Mr. Fox no hubiera sido lo mismo sin ese tono tan profundo de galán. Bill Murray hace de tejón gruñón, y es que hasta en el doblaje tiene que hacer papeles ridículos. Pero me encanta.


No sé qué me ha gustado más de la película, si la banda sonora, el pequeño de Ash, las secuencias rápidas en Stop Motion, los juegos de palabras, el acabado tan artesanal que tiene, los colores y la iluminación, o la mejor escena de la película:

MR. FOX: What are you doing here? Canis Lupus, Vulpes Vulpes!... I don't think he speaks English or Latin. 


En definitiva, una película para disfrutar sin dejar de lado la calidad. Repito por si no lo dejé claro: la banda sonora es maravillosa.


PD: cito a continuación, en relación a la escena del lobo (spoilers).

Director Wes Anderson said of the scene:
"There were some people who didn’t like the wolf scene. In particular one very important person. And he said, I don’t understand what this scene is doing in the movie. And I would always say to him, I’m not cutting it. That scene is why I’m making the movie."
An anonymous reviewer stated this more eloquently:
"I think it shows that Mr Fox is afraid of his wild side and yet desires greatly to live it due to fears that he has become domesticated. The wolf represents pure, unbridled, rugged and wild power. Mr Fox tries to communicate with it but realizes that being wild is not for him and is best left to the wolf. He exchanges a symbol of brotherhood with the wolf and returns to his family and community while the wolf returns to its harsh forest, not needing a thing in the world, being truly free."