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domingo, 25 de enero de 2015

La gran estafa (americana)

La Gran Estafa Americana (la GEA a partir de ahora - irónicamente, las siglas de gastroenteritis aguda...) o American Hustle nunca pudiera haber tenido un título más acertado. Es una estafa. Mi situación A.G. (antes de La GEA) estaba dividida entre dos tipos de opiniones. Los que creían que era una gran película, versión que se reafirma con tanto galardón cinematográfico, y los que pensaban que era decepcionante. Así que me enfrenté a la película intentando ser lo más neutral posible, aunque debo admitir que mi cerebro estaba ya acomodado en el sillón del 'pssss'.

Hasta el cartel me recuerda a otra...

La GEA es una acumulación de errores. No quiero que nadie me malinterprete, es una película a manos de un director aceptable y unos actores aceptables. Es de esperar que de esa ecuación salga un resultado 'aceptable', ni más ni menos. El problema llega cuando intentas vestir a la mona de seda y tú logras discernir a través del disfraz. Que en lugar de terminar de verla con un 'no está mal', lo haces con un 'pero esto qué es'.

Una historia sobre estafadores, policía, mafia, políticos, mujeres florero, celos... cualquiera diría que estamos ante el remake de Goodfellas, con giros de guión e intentos de montaje al estilo de Snatch. Pero en realidad es la versión pija choni de cualquier dramón que quiera involucrar a federales y mentirosos, porque hay mucha pasta de por medio pero la mona queda muy mal vestida. La GEA es una película vacía, sin sentido y para nada divertida. Si no recuerdo mal, fue estrenada al mismo tiempo que El lobo de Wall Street. Mi más sentido pésame a los que se dejaron el dinero en una entrada para La GEA y no pudieron disfrutar de la otra: eso sí que es comedia negra.

Vestuario impresionante, pero no logré situarme en la época...

Ahora, seriamente, me gustaría argumentar por qué no me ha gustado esta película. Primero, y el motivo esencial por el cual estoy siendo tan parcial, por su pretensión. La GEA ha querido ser inmensa, única, auténtica, divertida, chispeante, ingeniosa. Hace falta algo más que todo ese reparto, esa B.S. y a Jennifer Lawrence fregando mientras canta para lograr esa meta. Hace falta ser el puto SCORSESE, coño. Pero si algún día tengo ánimo y tiempo, ya me dedicaré a intentar descifrar el extraño amor que siente la Academia por O. Russell, porque yo todavía no disfruto con ninguna de sus películas (The Fighter, si eso).

¿Por qué ESO para ESTO, querido Bale?

Por otro lado tenemos al reparto de lujo. Sin ganas de diseccionar lentamente a cada uno de ellos, diré que Bale casi me convence, Amy Adams bastante notable, Bradley Cooper necesita a alguien que le exprima su potencial ya que aún no lo ha encontrado, Jennifer Lawrence me agota y no puedo creerme su papel de esposa maníaco-depresiva, Jeremy Renner parecía haber aterrizado directamente desde otra película y DeNiro necesitaba más minutos porque gracias a él he regresado a la vida para poder tragarme otra hora más de bodrio. En resumen: cómo tirar a la basura millones de dólares. O no, porque por lo visto a la crítica profesional le ha gustado mucho.

Es guapa y no se puede discutir

No quiero ni pensar en lo mal que lo pasarían los guionistas y el director para saber cómo intentar hacer creer al espectador que estaban ante una película de intriga. He de reconocer que he disfrutado de la pareja de Bale y Adams cuando se han puesto sus trajes de estafadores, pero ese brillo se ha difuminado en las otras dos horas de largometraje. Un mal inicio y una incapacidad para mantener la tensión justa, o simplemente un mal guión. La única intriga que existe en la película es saber cuándo va a terminar y qué narices pasa con el hermano que fue a pescar en el hielo. La verdad es que el cuento no ha funcionado para mí, porque desde el minuto dos ya he sabido quién se queda con qué y quién termina dónde.

Además, algo que me ha irritado sobremanera, los personajes son más planos que mi tabla de planchar. Cuando quieres dar forma a una grandísima película, necesitas personajes que convenzan al público. Utilizando los paralelismos evidentes de Scorsese, tomaré como ejemplo a Ray Liotta o Leonardo DiCaprio, quienes aun siendo el clásico antihéroe se te meten bajo la piel y te conquistan. A mí me han repelido todos los personajes, sin excepción. Cuando quieres ganarte al público, debes saber cómo engancharlos con unos protagonistas profundos y chispeantes, con una historia de verdad y una meta que deseen lograr a toda costa. He terminado la película sin haber captado las ambiciones de los personajes, qué los mueve hacia una determinada dirección. Eran como unas marionetas muy bien vestidas moviéndose por un lindo escenario.

Dos horas y pico de mi vida... por dios. Probablemente no hubiera podido ser más subjetiva de haberlo intentado, pero La gran estafa americana me ha decepcionado tantísimo que he dado rienda suelta a mis manos sobre el teclado. Puede que con la luz del día encuentre algo que valorar positivamente en esta película, pero ahora mismo sólo encuentro motas de polvo. Casposa a más no poder. Sólo la recomendaría a alguien que no tuviera demasiadas esperanzas puestas en ella y que disfrute con las grandes estrellas del reparto.

Puede que el universo colapse esta noche, porque creo que es la primera vez que coincido con una crítica de Boyero.



  • Ficha en FA.
  • Ficha en IMDB.
  • NOTA: 6'5