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miércoles, 14 de septiembre de 2016

Kubo


"No todo lo que es oro reluce,
ni toda la gente errante anda perdida."
Bilbo Bolsón

Comienzo así esta entrada con el reto de las tres citas (cortesía de Mery - Los leotardos verdes). He elegido ésta, como no podía ser de otra manera, porque la llevo tatuada en élfico (así, como seña de identidad friki). Es un fragmento de una canción de La comunidad del anillo que en su día tuvo bastante importancia para mí, y sigo creyendo que es una reflexión importantísima en la vida: siempre hay que estar abierto a la posibilidad de que nuestros prejuicios o primeras impresiones estén equivocadas. Y terminado este inciso, voy con la película de este fin de semana. 




Kubo es un niño ciego de un ojo que vive en una pequeña aldea japonesa. Puede hacer cosas maravillosas con sólo rasgar las cuerdas de su shamisen, como convertir trozos de papel en figuras de origami y darles vida para contar fantásticas historias que ha aprendido de su madre. Pero la tranquilidad durará poco, pues tendré que aventurarse hacia lo desconocido para hacerse con la armadura mágica y salvarse así de la oscuridad que lo persigue. 


Apenas tengo tiempo y seré breve con esta entrada. Además, puedo resumir bastante bien mis sensaciones con esta película: increíble. 

Laika es un pequeño estudio de animación centrado en el stop-motion que, según tengo entendido, roza la miseria económica (no es que haya indagado mucho y puedo estar equivocada). Su nombre no es para nada familiar, lo cual no es de extrañar por lo desconocidos que son sus trabajos: Los mundos de Coraline, Paranorman (fielmente traducido como El alucinante mundo de Norman) y The boxtrolls. TODAS (insisto, todas las que han hecho) han sido nominadas a Los Oscar y sinfín de premios cinematográficos. Tengo el honor de haber visto las tres, y sumando a Kubo puedo decir que ya he completado su reducido catálogo de largometrajes (y espero que con Kubo no se rompa la tradición del reconocimiento técnico). No me ha decepcionado ninguna; es más, me parece que no se ha reconocido entre el público general la valía de estos estudios. Fue lamentable estar sentada este domingo en una sala de 18 filas y con sólo veinte personas viendo una película tan maravillosa, un fin de semana, dos semanas tras su estreno. Lamentable. 

Pero no he venido a hablar de Laika, sino de su pequeño hijo. Kubo es una película que probablemente no deje indiferente a nadie. Puede complacer en cualquiera de sus aspectos, pues es un trabajo redondo. Con unas ideas atípicas, como la del control del origami a través de un instrumento de cuerda o que el protagonista sea un niño ciego de un ojo. La estética es gloriosa, un regalo a la vista fotograma tras fotograma. No espero menos del stop-motion, en el que los movimientos y la expresividad de los personajes pueden potenciar la belleza de la película de una manera muy visual y tierna. En Kubo, además, se puede disfrutar del convincente resultado de la unión del stop-motion con la CGI.

Disfrutad del making of aquí o aquí.

No se queda ahí. Además de estar - a nivel técnico y de diseño - muy lograda, Dario Marianelli se supera con esa banda sonora. Puede que sea por lo atraída que me siento hacia el mundo oriental en general y el japonés en particular, o porque sabe compenetrarse a la perfección con ese sentimiento entrañable que desprende la película. Kubo y las dos cuerdas mágicas es un pozo de sensaciones y necesitaba una composición a su altura. 

Lo cierto es que me arriesgaría a decir que quizás esta película no sea apta para cierta franja de edad, por esas sensaciones de las que hablo. Al menos, para los más protectores con los pequeños. Porque en Kubo se explora la muerte y las maneras de enfrentarse a ella. Al igual que me sucedió con Los mundos de Coraline, esta película me dejó con una sensación de desamparo terrible. Como si las circunstancias de Kubo me expusieran a una situación sobre la que prefiero no indagar habitualmente. La fortaleza que logramos a través de la pérdida de los seres queridos y la superación personal, temas muy delicados y difíciles de manejar en el mundo del cine. Travis Knight lo consigue de una manera... magistral. Con mucho tiento, pero sin sutilezas. Franco, crudo y directo. 



No tengo ni una sola palabra negativa para esta película. Los más puristas dirán que el guión podría mejorarse y no ser tan simple, pero creo que precisamente ahí radica la belleza de esta película: que con una historia sin artificios logran transmitir más que cualquier otra. Y ese final. Maravilloso e insuperable. Me atrevería a decir que merecería la pena verla sólo por esos cinco últimos minutos - si no es por disfrutar de lo increíble que puede llegar a ser un trozo de papel en la gran pantalla.

Poco más puedo añadir. Creo que estoy tan saturada de emociones que me resulta difícil reflejarlas por escrito. Una película hermosísima, con unos personajes entrañables que nos conducen a través de una historia para el recuerdo. La familia, la tercera edad, la pérdida, la soledad, la confianza, la superación. ¡Todo! Comprimido en apenas cien minutos, como un precioso regalo esperando para ser descubierto. Ojalá pudiera recomendar esta película a todo ser viviente, pues pocas veces me ha dado tanta pena ver una sala de cine tan vacía. 


  • NOTA: 9/10
  • Ficha en FA.
  • Ficha en IMDb.

martes, 9 de febrero de 2016

The revenant





Bosques de Dakota, principios del siglo XIX. Es invierno, y un grupo tramperos de la frontera se ven atacados por indios Arikara. Forzados a huir dejando atrás casi todas las pieles, los escasos supervivientes se dejan guiar por Glass, quien mejor conoce el camino de regreso al Fuerte Kiowa. Comienza así una odisea en pleno invierno, inspirada en la vida del explorador y trampero Hugh Glass.



The revenant es una película para disfrutarla en el cine, porque es esencialmente visual. Ha sido grabada en escenarios privilegiados, como la Tierra del fuego argentina o la reserva Kananaskis de Alberta. Las imágenes que nos regala son impresionantes y abrumadoras, por su inmensidad y salvajismo. Es cierto que en un entorno tan hermoso es difícil que la fotografía defraude, pero eso no evita que a lo largo de todo el filme nos extasiemos con las planicies nevadas, las cumbres escarpadas y los frondosos pinares como si fuera la primera vez que nos ofrecen semejante espectáculo en la gran pantalla. Naturaleza en estado puro.

Y es una naturaleza muy bien servida. La manera en que Iñárritu nos regala estos paisajes es muy efectiva y acertada. Con los personajes en escena, emplea planos cerrados, numerosos contrapicados y largas secuencias (hay más de un plano secuencia bastante logrado), con lo que consigue que o bien sintamos temor por la integridad del cámara, o nos veamos sumergidos en el entorno. Ya nos deleitó con Birdman y su falso plano secuencia, en la que su metodología sirvió para adherirnos más a la paranoia del protagonista; en The revenant sirve para introducir al espectador en la aventura de Hugh Glass. Y qué decir de las salpicaduras o el vaho en la cámara, que inevitablemente te asoman a unos centímetros del rostro del protagonista.



Este largometraje es uno de los favoritos para los Oscar, y no puedo estar más de acuerdo con las nominaciones técnicas. Ahora bien, decir que éste es el mejor papel de DiCaprio sería exagerar bastante. No quiero decir que sea una mala actuación; al contrario, la escasez de diálogos de la película enfatiza el gran trabajo de DiCaprio y Hardy. Si hasta el momento Leonardo no ha conseguido su merecido Oscar ha sido porque cada año ha competido con otros que, lamentablemente, estuvieron aún más excelentes que él. No he visto las películas de sus competidores en esta edición, pero sería una pena que premiasen al actor en el que no es el mejor papel de su vida (puede que El lobo de Wall street sea insuperable) con tal de darle el Oscar que lleva buscando desde que dejó Titanic.

Si bien he salido encantada de la sala del cine, también he de admitir que The revenant está lejos de ser la mejor película del año. Es muy buena, que nadie me malinterprete, y su fotografía y edición son impecables, como vengo repitiendo. A nivel técnico esta película es una maldita maravilla. Pero tengo la sensación de que no ha estado redonda del todo, y no sé si es quizás por las innecesarias escenas del delirio de Glass, los treinta últimos minutos (SPOILER: una vez llegan al fuerte, se rompe por completo esa tensión, esa lucha por la supervivencia, y retomarla con la caza de Fitzgerald no parece funcionar), los animales destinados al fallecimiento (incluso la ardilla de la historia) o que tiene un comienzo tan impresionante que luego cuesta mantener el nivel durante las dos horas y media.



En resumen, un trabajo excelso con un reparto inmejorable y un toque de magia india, pero sobre todo con una calidad técnica que abruma. No sólo fotografía, sino el sonido o el montaje. Una manera de transmitir el sufrimiento y la tensión, culminadas con la escena del oso, que sólo puede ser lograda de la mano de Iñárritu. Esto también es un inconveniente mayúsculo para aquellos que no soportan el estilo del director (absténganse detractores de Birdman). Recomiendo llevar ropa de abrigo al cine, porque el frío del protagonista logra alcanzar al público. Una belleza, salvaje y virgen, como sus escenarios.


  • Ficha en FA.
  • Ficha en IMDb.
  • NOTA: 8'5


lunes, 21 de diciembre de 2015

El despertar de la fuerza

18 de Diciembre de 2015, Kinépolis de Granada, entradas (compradas en octubre) en mano, esquivo a un stormtrooper y me detengo a acosarlo a él y a su amigo Vader para que se hagan una foto conmigo. Entramos en un abarrotado cine y esperamos un cuarto de hora a que abran la sala correspondiente. Hemos conseguido una de las últimas filas y asientos centrados, desde los que puedo observar al espontáneo que se levanta y empieza a criticar los quince minutos de anuncios (fueron dieciocho; yo también estaba desesperada). Aplaudimos, nos reímos, y seguimos esperando. La pantalla se cubre de estrellas en un fondo oscuro y aparece el famosísimo rótulo de Star Wars, el entusiasmo se extiende como la pólvora y aplaudimos con ganas, gritamos y dos espadas láser se iluminan en la oscuridad (a mí se me empañan los ojos). El texto del inicio comienza a deslizarse y regresa la magia que comenzó hace más de treinta años.



No haré ningún spoiler en esta entrada sin avisar (renunciaré a mi método habitual y simplemente los pondré en letras blancas), pero sí recomiendo que no se lea nada antes de ver la película, en ningún sitio, porque el objetivo es llegar 'virgen'. El episodio VII ha llegado rodeado de misticismo, y no sería bonito destrozarlo después del esfuerzo que han hecho los de Disney para mantenerlo así, con estreno mundial, trailers muy poco reveladores (doy fe), cláusulas de confidencialidad para los participantes en el rodaje... El regreso de la saga de aventuras más importante de la historia, con el perdón de Indiana Jones, tenía que ser a lo grande, así que comencemos con mi humilde análisis.

Consejo: ¿no has visto ninguna película de Star Wars? No sigas leyendo, porque probablemente sólo entiendas la mitad. Si quieres disfrutar al máximo de esta película, anímate a ver las seis anteriores. Que los prejuicios que existen hacia esta saga no te impidan disfrutar de ellas. La fama de "para frikis" es merecida, pero ilógica. Es una simple saga de aventuras en el espacio. ¿Mi recomendación? Busca un par de amigos que ya las hayan disfrutado (todo el mundo tiene un amigo que ha visto Star Wars), unas cervezas y palomitas. Así tendrás más probabilidades de contagiarte con su entusiasmo y disfrutarlas mucho más. Y siguiendo este orden alternativo: episodios IV>V>I>II>III>VI (si no, puedes adherirte al clásico trilogía antigua>trilogía nueva).

Aviso antes de tiempo de que puedo presumir de haber visto todas las películas de SW más de dos veces, excepto el episodio III (puaj). Sin embargo, no puedo presumir de ser una friki apasionada del tema, por lo que no soy ni de lejos una experta en los matices más sutiles de la creación de George Lucas. Pido disculpas a los que crean que estoy mancillando a la República, sobre todo a los que hayan salido decepcionados de la sala del cine, porque para mí Star Wars VII ha sido PERFECTA.

Yo tenía dos posibles vías ante esta película. La primera era la de contemplarla como una película más, atendiendo a detalles más técnicos y artísticos. De ser así, ahora mismo la estaría describiendo como un film de aventuras entretenido, con un guión flojo y unos diálogos aún más flojos, que logra divertir pero no asombrar, y que se salva por la fotografía y los efectos especiales.

Sin embargo, yo fui al cine con otra actitud diferente. Era consciente de que ésta es la primera de una nueva trilogía, y que provenía de una idea ya creada por Lucas. Sabía, también, que según declaraciones del director se iban a ignorar a los episodios I, II y III, por aquello de haberse desviado completamente de la tónica que seguía la trilogía original, para hacer justicia y mantener el espíritu de ésta (episodios IV, V y VI). Puede que el hype y la excitación por este regreso tan esperado me hayan enturbiado el juicio y esté sobrevalorando al largometraje, pero después de tres días sigo pensando que fue espectacular, así que quizás no sólo se deba al efecto 'postraumático'.

Así, sí. En esas dos palabras se puede resumir mi opinión sobre Star Wars VII. Quien haya visto las seis películas previas se habrá dado cuenta, sin necesidad de ayuda, de que las películas originales son mucho mejores que las nuevas. Que Yoda sea un muñeco de plástico en lugar de una creación digital puede no jugar a favor de las primeras, probablemente, pero en ellas hay mucha más honestidad y autenticidad. No tienen tanta profundidad en el ámbito político (que es en torno al cual gira casi la totalidad del episodio II) y las actuaciones y diálogos tampoco son para tirar cohetes, por no hablar de lo difícil que es ver una película del siglo pasado sin reírse de las marionetas y droides de cartón-piedra. Lo que vengo a decir con ésto es que el objetivo del episodio VII es recuperar ese espíritu de aventura, traición, drama cutre y acción que desprendían las tres primeras películas de George Lucas. Star Wars en estado puro.

Y aquí un análisis pormenorizado (o al menos lo intentaré) sobre los distintos aspectos de la película:

I. La historia: muchos han criticado que el guión sea una fotocopia de la trilogía original. Pero yo creo que precisamente es eso lo que me ha hecho recobrar la fe en Disney y su capacidad para devolvernos Star Wars a los fans. ¿No era precisamente ese desapego el que convirtió a los episodios I, II y III en carne de cañón? Si nos dan lo que reclamábamos desde hace tanto, deberíamos recibirlo con los brazos abiertos.

Soy consciente, sin embargo, de la poca originalidad del guión y de lo poco que han arriesgado. El despertar de la fuerza empieza y termina exactamente igual que Una nueva esperanza. Un droide con unos planos de vital importancia abandonado en un terreno desértico para cruzarse con nuestro protagonista (Rey en este caso) y juntos se embarcan en un viaje con la guía de un maestro (Han Solo). Hasta tenemos una versión femenina de Yoda (Kanata). Y al hijo perdido de Jabba. Pero aquí es donde intervengo yo, para desarrollar mi teoría.

J. J. Abrams ha arriesgado poco en lo que viene a ser el guión, pero es que el objetivo de Star Wars VII no era la innovación. Al contrario, su meta principal era la de demostrar a los fans que el prolongar una saga que parecía ya acabada ha sido la mejor idea que han tenido los de Disney en muchos años. Han recuperado el espíritu de aventuras, la estética de las antiguas películas y a sus personajes para mostrar al mundo que se trata de una secuela fiel a la original. El ritmo apresurado con el que se resuelve esta historia también está dirigido a convertir El despertar de la fuerza en una especie de presentación o prólogo, en un "mirad lo que os traemos". El tentempié perfecto para los fans, para que vayan viendo que este nuevo proyecto de Star Wars es serio y promete muchísimo. Y, aunque en esta historia no innovan o arriesgan, sí dejan claras sus intenciones, que es lo único que tenía que conseguir Abrams: que el regreso de la mejor trilogía de aventuras de la historia no fuera un estrepitoso fracaso y una horrorosa decepción.

II. Los protagonistas: ya se usaron actores desconocidos (en su momento) para Una nueva esperanza, y han vuelto a repetir la fórmula. Finn y Rey hacen una pareja de amigos (gracias por no meter historias de amor en cada esquina, ¡gracias!) bastante creíble, por un trabajo que -pese a no ser espectacular- gusta bastante a manos de Daisy Ridley y John Boyega, a los cuales espero ver muchísimo más en las siguientes películas (bien por los de casting). Adam Driver no me ha convencido tanto, aunque lo suficiente como para que le pueda dar una oportunidad - pero la verdad es que me gusta más con la máscara puesta. De los eternos Ford, Fisher y Hamill diré que nunca me parecieron brillantes actores, pero quitarles el polvo y permitirles traernos de vuelta a nuestros héroes favoritos (#TeamLeiaForeva) sólo puede sumar puntos.

En definitiva, tenemos de nuevo personajes femeninos fuertes y con carácter (todo mi dinero a Rey), un villano atormentado y con grandes habilidades, stormtroopers incapaces de acertar un blanco y parentescos que llegan a ser demasiado evidentes. Sí, te lo dejan claro y te lo repiten por si no te has enterado de quién es primo segundo del vecino del otro; supongo que porque no vieron necesario perder el tiempo explicando los nexos de unión entre personajes ya que, como repito, ése no era el objetivo de la película (aunque podrían haberlo hecho más sutilmente, para mantener la magia). Y, por favor, que nadie se queje de la presencia de un negro. Nadie se quejó de Greedo, que es turquesa.

III. Droides, naves y espadas: volvemos a lo mismo. Se acabaron los saltos y acrobacias con espadas láser. El utilizar la fuerza para destrozar escenarios. Empujones y patadas en el aire. Sólo lucha cuerpo a cuerpo con ayuda de un sable láser. (Me encantó el detalle de que Finn intentara hacerse el héroe y descubriera que no es tan fácil usar una espada. Y que Rey no fuera una jedi cinturón negro la primera vez que se enfrenta a Kylo Ren - contra el cual pierde pero sobrevive, obviamente, porque éste se encuentra herido).

Además, tampoco han creado un vórtice espacio-temporal como hicieron con la nueva trilogía, en el que el avance tecnológico da un salto incomprensible (sí, es fascinante ver cómo las armas y naves de la trilogía nueva son mejores que la original, saltándose a la torera el orden cronológico interno de la saga). En El despertar de la fuerza volvemos a ver el mismo diseño de naves y droides, además de regresar al uso de disfraces para las diferentes razas. Volvemos a tener la idea de "tecnología del futuro" que se tenía el siglo pasado. El único destello de innovación es quizás BB-8, (aunque el hecho de que cuando rebota suena como un bolondrón de metal macizo nos lleva de vuelta a la idea de una ciencia ficción más estancada en los años setenta).

Y adiós a los putos midiclorianos.

IV. La música: no tengo mucho que añadir. Probablemente la mejor banda sonora de toda la saga. Emocionante.

V. Los guiños: múltiples y muy bien elegidos. No sólo en los diálogos, en la estética o en el reciclado de actores. También en algunas escenas, como aquella en la que Kylo Ren contempla el espacio, del mismo modo que lo hizo su predecesor Vader (para mí, la mejor escena de la saga al completo, con ese negro sobre negro).

VI. Los escenarios: no han abusado de los efectos especiales como en su día lo hizo George Lucas en su segunda trilogía (y en la remasterización de la primera, puaj). La estética, como digo, es impecable y muy fiel a la original, así como el vestuario, la caracterización de los monstruos y la fotografía en general. (Que la Estrella de la Muerte sea un planeta es AWESOME). Sí, la fotografía es para mojar las bragas.

VII. La fuerza vuelve a ser La Fuerza. Regresan los Jedi de verdad.

Yo en el cine


En resumen, un perfecto inicio para una secuela compuesta por otras tres películas que están por venir. J. J. Abrams merece un pequeño aplauso por conseguir que me divirtiera en el cine, que saliera encantada y que esté deseando el estreno del episodio VIII. Una película recomendada para todos los fans de Star Wars, así como para los que tengan ganas de introducirse en este mundo. Y, como humana, me permito sobrevalorar la película hasta el infinito, porque lo primero que salió de mi boca cuando aparecieron los créditos fue un "Asín sí, coño".



  • Ficha en FA.
  • Ficha en IMDB.
  • NOTA: 9



Edito: este post iba a ser publicado el día 21, pero por lo visto se quedó como borrador y nunca llegó a publicarse hasta hoy (28). Desventajas de dedicar toda la navidad a comer y no a pensar. 

sábado, 8 de agosto de 2015

Inside out

No recuerdo una mala película de Pixar, aunque sí que podría dividirlas en dos grupos: las buenas pero que sólo están ahí para hacer caja y mantener a Pixar en lo más alto de los estudios cinematográficos (como Brave, pese a que me encanta) y las obras maestras (como Wall-E).

Inside out se ha colado en esta última categoría. Y digo "colado" porque no me lo esperaba, ya que fui al cine sin haber leído críticas ni opiniones, creyendo que sería una más del montón (si lo que hace Pixar se puede denominar "del montón"...), pero salí de él con la boca abierta.



¿No has sentido nunca curiosidad por lo que ocurre en tu cabeza cada vez que piensas, decides o haces algo? Railey es una niña de 11 años que, pese a no ser consciente de ello, siempre ha estado acompañada por Alegría, Tristeza, Miedo, Ira y Asco en todas las experiencias de su vida. Del revés (Inside out) nos mostrará cómo funciona la mente de una niña que se enfrenta a la dura situación de mudarse a una ciudad completamente diferente con sus padres, y cómo Alegría luchará por mantener el espíritu positivo entre los suyos.



La película puede levantar cierto escepticismo entre algunos, principalmente debido a su edad. Si uno no es muy amigo de las películas animadas, sean o no de Pixar, el argumento de ésta no es precisamente el mejor gancho publicitario que podría existir. Pero para este largometraje ha servido mucho el boca a boca, fundamentalmente entre los mayores, y yo quisiera contribuir con mi granito de arena a esa marea de alabanzas y buenas críticas a Inside out.

No puedo olvidarme, sin embargo, de hacer un inciso previo para mencionar la preciosidad de cortometraje que nos ofrecen en el cine antes de la película. Lava, como así se llama, no es una gran historia. Por ser, no es ni historia. Es una canción de amor de un volcán que desea encontrar a su alma gemela en lo que presumo es el Océano Pacífico. Os dejo aquí la canción oficial en inglés, ya que en español no me ha sido posible encontrarla (las voces se parecen muchísimo, aunque supongo que se pierde un poquito el juego de palabras 'Lava you'). A mí me encantó.

Adorable
De vuelta a la película, intentaré, como antes dije, convencer a quien me lea de que vaya a verla ipso facto. Porque se estaría perdiendo un gran trabajo de Pixar y una delicia cinematográfica. Inside out no es sólo una aventura divertida y entretenida; también es una reflexión sobre la complejidad de las emociones humanas y de lo mucho que tememos a la tristeza. De lo infinita que es nuestra mente. Railey, la protagonista humana, sólo tiene once años, y tendrá que enfrentarse a una dura experiencia y se le hará muy cuesta arriba aprender a manejar esa algarabía de sentimientos.

Y tendrá que hacerlo sola, pues sus padres, como todos los de este mundo, están ahí sólo para apoyarla, pero la madurez y la inteligencia emocional las adquiere uno mismo a base de experiencias y sufrimiento. Duele estar equivocado, duele estar triste, duele sentir miedo... Railey todavía no sabe qué hacer con esa nueva sensación de desamparo, estando tan cerca de sus padres. Iside out es también un pequeño homenaje a la familia y cómo intervienen "papá" y "mamá" en nuestro crecimiento emocional.


Confieso que se me hizo un poquito larga, porque constantemente aparecían nuevos obstáculos que impedían ponerle el broche a la película. Pero a la larga me he dado cuenta de que era necesario. Docter ha querido mostrarnos la mente humana lo más lealmente que ha podido, tratándose de una película con un público mayoritariamente infantil. La memoria a largo plazo, la creación de sueños, el pensamiento abstracto, el conocimiento, el olvido... No es sencillo abarcar tanto en hora y media, menos aún intentando no adoptar un tono demasiado serio y "científico". De hecho, como muchos podrán notar, los sentimientos son cinco, cuando podríamos enumerar mil más, pero la película está simplificada de tal manera que puede ser disfrutada por lo más pequeños y puede servir de aprendizaje para los más viejos. No por algo el director se rodeó de un equipo de especialistas en psicología, veracidad que incrementa la calidad de la película.

Pero Inside out no es sólo una fuente de lágrimas, como los diez primeros minutos de Up. Confieso que he llorado (¡sólo unas lágrimas, promesa!) en el cine, pero también que mis carcajadas han sido de las más escuchadas. Esta película es divertidísima (bueno, quizás lo de "El caso se ha esfumado" sólo me hizo gracia a mí), especialmente cuando entran en juego las mentes de otros personajes. Y, por supuesto, lleno de momentos de incredulidad y sonrisas cada vez que vemos en pantalla una explicación bastante sencilla para algo tan complejo como nuestro funcionamiento cerebral. Por poner un ejemplo, los sueños. Tendréis que ver la película para entenderlo.

En resumen, se podría describir como entrañable, melancólica, un pelín trágica, divertida, entretenida y que perdurará en nuestros corazoncitos. Del revés puede presumir sin vergüenza alguna de ser una de las obras maestras de estos estudios, tanto a nivel técnico como argumental. No alcanza el nivel de maravillas como Up, Toy Story o Wall-E, pero sin duda es una apuesta fuerte de Pixar. Para no variar, animo a cualquier familia a verla juntos, pero también animo a los más renuentes (esos que creen que los dibujos animados no son lo suyo) a que le den una oportunidad. Os llegará a la patata. Y, si no, habréis perdido hora y media de vuestra vida, sólo la duración de dos capítulos de cualquier serie. Creo yo que merece la pena, ¿no?


  • Ficha en FA.
  • Ficha en IMDB.
  • NOTA: 9'5

miércoles, 24 de junio de 2015

Galletas de dinosaurios

Los exámenes por fin me permiten tener un hueco para escribir una nueva entrada, aunque en su momento no me impidieron ir al estreno (estreno mundial, qué importante suena y qué emocionante es) de la cuarta entrega de la saga Jurassic Park.


Las galletas 'Dinosaurus' me hacen temblar de nostalgia. Son esas galletas con forma de dinosaurios que vienen en bolsitas de plástico con tres o cuatro bichos diferentes. Mi favorito es el triceratops. Quizás os parezca una tontería, o tal vez comprendáis a qué sentimiento me refiero. Es ver esas galletas y recordar mi infancia, cuando los dinosaurios eran lo que más me fascinaba del mundo. Puede que, como yo, también estuvieseis decididos a ser paleontólogos, con la absoluta certeza de que estudiar a unos reptiles del Mesozoico sería probablemente el trabajo más 'chulo' de la historia. También es posible que, al igual que mis padres, los vuestros decidieran compraros libros sobre dinosaurios y alquilaros en el videoclub (cuando ir al videoclub era algo que se llevaba) las películas de El valle encantado o la trilogía de Jurassic Park o Parque Jurásico - según qué idioma. 

Pues bien, a mí Jurassic Park me encantó. Era divertida, tenía efectos especiales alucinantes y había dinosaurios (quizás el único factor decisivo en la ecuación para que me gustara la película), aunque tuvieran el papel de villanos. De la segunda y tercera películas no tengo mucho que decir. Me gustaron tan poco que fue necesario que un amigo me recordara qué había sucedido en ambas secuelas, porque mi cerebro afortunadamente decidió borrar esa información de mi memoria. En realidad estoy mintiendo. Probablemente me gustaron cuando era pequeña, pero ahora las encontraría insoportables, así que prefiero no arriesgarme a remover las aguas. 


Este preludio es únicamente una forma de poner en antecedentes a quien me lea. No diré que soy una anciana decrépita, pero a mi edad lo normal es que unos simples dinosaurios no me exciten como cuando tenía seis años. Pero lo cierto es que las galletas de dinosaurios me siguen apasionando y Jurassic Park me parece increíble. Pertenezco a un club de fans de dinosaurios imaginario. Y no debería ser algo tan raro en un mundo en el que jóvenes de veinte años se casan con octagenarios y lo vintage es una moda. Los fósiles molan.

Conclusión, fui a ver Jurassic World con un temor reverencial. Podría ser la cagada más grande de la historia, un intento desesperado de hacer caja. Era difícil estar a la altura de la primera y sorprender a los espectadores. Pero es como cuando todos llenamos las salas de cine para ver Toy Story 3; era absurdo tener la esperanza de que pudiera hacer frente a sus predecesoras, pero aun así nos gastamos el dinero de una entrada de cine y salimos de allí encantados por la inversión. 

Jurassic World es genial, increíble, una flipada, un pasote, la hostia, llámaloX. Sin caer en desgraciadas comparaciones con Jurassic Park I, esta secuela ha conseguido reunir todo lo que se necesitaba para satisfacer al público: mucho dinero, un guión con una buena idea, unos actores bastante competentes, chistes en su justa medida, un T-rex y el toque perfecto de nostalgia. 

Bueno, y a éste machote también

Siguiendo una pauta muy similar a la primera, esta película comienza con dos adolescentes que son invitados por su tía a Jurassic World, un parque creado sobre las ruinas de Jurassic Park unos veinte años más tarde, pero con el éxito que le faltó a su predecesora. Sin embargo, pese a ser de las principales atracciones del mundo, los números indican que cada vez hay menos interés por parte del público, ya que los dinosaurios han dejado de ser una novedad. Para ello, los investigadores del centro crean una nueva especie que jamás ha existido, un híbrido que promete ser la nueva sensación.

El guión no es nada sorprendente. Además de ser muy similar al de Jurassic Park, todo sabemos qué va a suceder con el Indominus Rex, la nueva creación del parque. Ni siquiera hace falta ver la trilogía anterior para oler la desgracia. De hecho, el final tampoco puede hacernos gritar un "oh, no me lo esperaba para nada". Pero aun con todo eso, la película es lo suficientemente entretenida como para mantener tu atención durante todo el metraje. 

Como he dicho antes, la película es divertida. Chris Pratt es una gran elección como protagonista, aunque no extraña nada que se decidieran por él después de la sorpresa de Guardianes de la galaxia, y además de actuar de forma bastante competente (el tiempo dirá si podrá mejorar) encaja bastante bien con la idea de su personaje. Sin duda tiene la capacidad de arrancar sonrisas sin hacer perder seriedad al filme. Y es que Jurassic World ha logrado un equilibrio entre la acción y la comedia, sin permitir que la película decaiga en ningún instante. Los últimos veinte minutos tienen momentos que yo calificaría de épicos, como la entrada magistral en escena de un velociraptor, el viaje en moto o que una dinosaurio cabalgue sobre otro cual Katy Perry en la Superbowl. Aunque puede que a los más estoicos simplemente les provoque una expresión de incredulidad. 

Pero lo que más agradezco a esta película son los guiños. Tendría que volver a ver la de Spielberg para poder enunciarlos todos, pero probablemente cualquiera sería capaz de ver los más evidentes. Desde el mítico "¡corred!", pasando por la reaparición del doctor Wu hasta la misma cabra de sacrificio, el holograma en honor al dilophosaurus, el casco con binoculares de visión nocturna, el jeep, el primer contacto físico con un dinosaurio y el viaje en helicóptero. Y mil más, todas en honor a la original que tanto impacto causó en el mundo. Es algo que los fans agradecemos, incluso los que estamos menos dedicados a la trilogía. Hasta los científicos tienen que estar de enhorabuena porque, como bien reconoce un personaje en la película, si no se hubiese alterado el ADN de los dinosaurios, no se parecerían en nada a los que nos imaginamos (haciendo referencia al plumaje de los verdaderos, que más que reptiles parecerían pollos) y no serían ni la mitad de interesantes

Ni con plumas podría ser más mono

Termino diciendo que, quien no se atreva todavía, vaya a verla si disfrutó con Jurassic Park. Los que no tengan ni la más remota idea de qué va la saga, que estén tranquilos, pues no hace falta ver las anteriores para poder pillar el hilo; lo único que se pueden perder son las referencias al anterior parque y aun así no son esenciales para seguir la historia. No hay que olvidar que Jurassic World es una película de dinosaurios, principalmente, así que quien crea que no puede disfrutar con unos bichos persiguiendo a gente hace bien quedándose en casa, del mismo modo que para las familias sería obligatorio llevar a los hijos al cine. 

Yo, desde luego, no sé todavía cómo calificarla. Si fuera objetiva, vería los fallos que tiene la película. Pero la emoción todavía me dura, y quisiera ser generosa con quien me ha regalado una vuelta a mi infancia. Es todo un logro que Jurassic World se mantenga a la altura y prometa más (SPOILER porque los más avispados se habrán dado cuenta de que cierto doctor desapareció sin dejar rastro con un maletín altamente sospechoso).


Disfruté como una niña en el cine y ha sido esa misma niña (que nada tiene que ver con la de Rajoy) quien ha escrito esta entrada. Porque a mí me siguen encantando las galletas de dinosaurios. 


lunes, 8 de diciembre de 2014

Oda a la fotografía

Llevo un fin de semana de lo más agobiante, así que todas las noches me pongo alguna película para desconectar. Esta vez han tocado tres títulos bastante conocidos (uno de ellos afortunadamente lo vi en el cine), que debería haber visto a estas alturas pero que nunca he encontrado el momento - ni el humor. En lugar de crear una entrada para todas ellas, como tampoco tengo demasiado tiempo he decidido unirlas en una sola publicación. Porque todas tienen en común dos cosas: la fotografía (o el montaje, según quién) es impresionante y sus directores también.


EL LOBO DE WALL STREET



Divertida, irreverente, es una gran comedia en un estilo muy agresivo. Me echaba hacia atrás su duración, así que nunca encontraba el momento oportuno para 'malgastar' tres horas de mi vida viendo a Leonardo DiCaprio. El hombre se sale, y cada uno de los monólogos de su personaje es dinamita. No recomendada para mentes puras y sensibles, pues la droga y el sexo están en cada segundo de metraje (la escena de las pastillas Yellow me dejó medio muerta de la risa). Eso sí, es increíble que una película así consiga hacernos caer en la trampa del propio personaje de Jordan Belfort, que nos engatusa y nos hace creer que ser ricos a costa de los demás está bien; aplaudo a su intérprete y su director, porque logran mentir al propio espectador.

Lo mejor: DiCaprio, DiCaprio, DiCaprio, los monólogos de DiCaprio y el montaje con esa estupenda banda sonora.

Lo peor: la duración y (para los más castos) los excesos de los personajes.




EL GRAN HOTEL BUDAPEST



En su estilo habitual, Wes Anderson nos presenta una historia realmente divertida sin olvidar el drama, que pasa muy desapercibido gracias al toque entrañable que el director consigue en todas sus películas. De las tres que hoy estoy mostrando, ésta es la que tiene una fotografía más impresionante. Y la historia más extravagante, o quizás no sea el argumento de la película sino la curiosa manera en la que nos es presentado, con importantes cambios de ritmo y la delicadeza o dulzura de los personajes.

Desde el primer fotograma se puede reconocer la mano del autor a millas de distancia, es su estilo puro y visual impregnando cada toma, frase o vestido para conseguir relatar un cuento de hadas dirigido a adultos. Pero, en un extraño modo, la comedia termina y deja un sentimiento plomizo en tu subconsciente; Anderson es un mago del disfraz y sabe camuflar la melancolía con su florida estética. Genio.

Lo mejor: la fotografía, indudablemente. El reparto y la historia, de diez; la banda sonora, de nueve.

Lo peor: no les gustará a los más tradicionales porque el humor es demasiado 'elegante', y puede que a muchos no les convenza. Es muy al estilo del director; si no te gusta Wes Anderson difícilmente te gustará el Gran Hotel y sus personajes.




INTERSTELLAR



Christopher Nolan se ha atrevido a dar un salto de gran importancia. Su afamado afán por descubrirnos la cara más oscura del ser humano ha sido sustituido por el amor, el sacrificio y la fe en la humanidad. El resultado ha sido una mezcla extraña, en la que hay momentos en los que me creo a los personajes, pero otras veces resultan demasiado artificiales. Creo que Nolan debería limitarse a lo suyo, que se le da genial, y no intentar conquistar otros terrenos que no calzan con su estilo.

La historia es simple, con fragmentos extraídos de Armaggeadon, Elysium y Contact (y probablemente alguna más), que no sorprende por el argumento pero sí por la estética. Me gustó muchísimo la manera de mostrarnos cómo es un agujero de gusano, o cómo serían si existieran. La verdad es que no soy física, pero intuyo que Jonathan Nolan no eligió a uno muy competente para asesorarlo. Licencias de autor que en este caso concreto creo que superaron el límite permitido. Aun así, es una película entretenida y técnicamente muy correcta, aunque no asombra tanto como otras de estos hermanos.

Lo mejor: para mi gran sorpresa, Matthew McConaughey es lo mejor de la película. Los efectos especiales y la fotografía son espectaculares, [SPOILER] así como la idea del agujero negro y la superposición de planos y tiempos.

Lo peor: Matt Damon completamente innecesario, así como los últimos diez minutos de la película. Las transgresiones de la física, demasiado gratuitas (o, al menos, poco creíbles).


sábado, 30 de agosto de 2014

Cómic desconocido, superhéroes imprescindibles

Sinopsis
Peter Quill es un 'terrano' perteneciente a un grupo de piratas que se dedica a saquear por todo el Universo bajo el nada conocido pseudónimo de Star-Lord . En el planeta Morag le arrebata un orbe a uno de los secuaces de Ronan, un jefe kree, e intenta venderlo a espaldas de su líder Yondu. A consecuencia de sus acciones, tendrá que huir de la asesina que Ronan manda tras él y los cazarrecompensas que desean cobrar el precio que han puesto a su cabeza.



Marvel - y su rival DC - es ahora mismo una mina de oro. Desde su salto a la gran pantalla, no para de cosechar éxitos (luego tenemos Green Lantern, en fin... olvidémoslo). Ahora lo ha intentado con Guardians of the Galaxy y tuve la oportunidad de verla en el cine hace una semana. He de decir que, desde mi humilde punto de vista, Marvel y DC están abusando del tirón que están teniendo en taquilla. Tal y como lo fueran las mafias años atrás, ahora son los superhéroes la moda de la gran pantalla. ¿Hasta cuándo tendremos que 'soportar' toda esta sucesión incesante de secuelas? ¿Tendrán las narices de hacer otro remake de Batman cuando ya no les queden personajes interesantes, a riesgo de no llegarle ni a los talones a la versión de Nolan? Estamos cansados de superhéroes; menos mal que al menos se lo curran.

Ant-Man. En serio. 
Volviendo a la película que nos ocupa, Guardianes de la Galaxia - como se ha traducido en este país - está basado en un cómic de Marvel. Debutaron, si no me equivoco, en "Marvel Super Heroes" nº18, y el equipo original fue asumiendo bajas e incorporaciones. En  la película, los protagonistas son StarLord, Drax, Rocket Raccoon, Groot y Gamora. Unos personajes completamente alejados de las grandes estrellas como los X-Men, Hulk, Los Vengadores, La Liga de la Justicia, Batman... y el que logren conectar tanto con el espectador, siendo completos desconocidos, es motivo suficiente para darle la enhorabuena a James Gunn.

Primeros Guardianes

El mundo del cómic es algo que me es desconocido, pese a que con pocas cosas he disfrutado tanto; de pequeña soñaba con tener toda la colección de los X-Men adornando mi estantería. Me tuve que 'conformar' con las viñetas del ilustre Ibáñez, con Tintín, Persépolis, Corto Maltés, Hellboy y el Capitán Trueno. Nunca tuve la oportunidad de comenzar mi tan ansiada colección de cómics, y ver al gordo de los Simpsons siempre me lo ha recordado como una puñalada trapera. Por eso me encanta ver este tipo de cine, cuya única pretensión es entretener.

Cierto, no son obras maestras del cine; cierto, gran parte del mérito lo tienen los dibujantes; cierto, todos sabemos cómo va a terminar la película antes de que empiece. Sin embargo, algo que siempre aprecio es que las productoras te vendan el producto tal y como es. Mirad, si no, 'La gran estafa americana', que se daba aires de grandiosa, cuando en realidad es más bien normalita. Marvel y cía. te venden sus películas como lo que son: entretenimiento, golpes, tíos duros, tías buenas, efectos especiales, chistes malos y a Stan Lee haciendo un cameo (el de Guardianes no me ha gustado tanto como otros, siendo sincera).

Star-Lord, el prota

Por eso, cuando yo fui al cine a ver Guardines de la Galaxia no esperaba más de lo que he exigido al resto de superhéroes: no dormirme. Y es por eso mismo que al llegar a mi casa le puse un 8 en IMDB y FA. ¿Por qué? ¡Pues porque me sorprendió gratamente! Me dieron más de lo que me habían vendido. Y yo sé apreciar eso, sin importar que esté siendo parcial.¿Por dónde empezar a explicar? La película en sí es bastante larga (era inevitable, no puedo quejarme por ello), con un final apresurado, pero he aquí los motivos por los que es de las mejores - si no la mejor - de Marvel (no hay spoilers):


1. Es divertida Y los personajes son divertidos. Vale, soy de risa bastante fácil, y eso explica las veces que estuve a carcajada limpia con la parejita de al lado mirándome raro. Quizás no todo le mundo coincida conmigo en esto, pero es increíble la 'química' entre los personajes, y cómo se va encauzando a lo largo de la película. Punto justo de chiste y dramón.

2. El maquillaje. Mira que es difícil poner bichos verdes, rosas y azules sin que parezca teletubbielandia, pero consiguieron un resultado más que aceptable.

Gamora, el punto sexy de la peli
3. La BS, sin dudarlo un segundo. Disfrutadla en Youtube o en Spotify. Titulada Awesome Mix Vol.1, cuenta con temazos muy bien integrados en la película. Quizás es lo que más me ha gustado del filme, básicamente por mi alma ochentera. No sé si podrán estar a la altura en la segunda película.

4. Los efectos especiales. La fotografía. omgomgomg. Holaaaa, qué pasa con todos esos colores epilépticos... Es absolutamente fantástico poder ver escenas de acción con tanta precisión e iluminación, estoy hasta las narices de batallas finales en el puñetero planeta más oscuro del jodido universo. Vale que tiene que ir acorde con el tono de la película, pero es que quiero ver algo si he embargado mi casa para poder pagar la entrada. GDLG ha quedado preciosa, casi que me recuerda al cine francés con tantos colores. Y, por supuesto, ayuda el hecho de que no hayan dado tanta importancia a las batallas espaciales o con pistolitas estelares. Sin tanta acción como The Avengers, llega a ser incluso más entretenida.

La parte tierna-a-la-vez-que-malota de la película
5. El momento maceta.

6. El momento pierna ortopédica.

7. Los actores, que no son nada espectacular a excepción de Cooper pero consiguen ser muy (repito, muy) creíbles, incluidos el palitroque y el mapache. Destacar a Drax, interpretado por Bautista (soy fan absoluta de la WWE y de 'La Bomba'). Esperaba algo ridículo por su parte, pero me ha sorprendido. Gunn ha sabido utilizar sus defectos como actor e incorporarlos a la película. El personaje ya te avisa de que no puedes esperar de él más que una masa de músculos con más mala leche que inteligencia. Por contra, el villano es más bien decepcionante y Benicio del Toro te deja con ganas de más.

El maquillaje de Drax era el peor: 4h para ponérselo

En definitiva, sé que no es un peliculón. Pero igualmente animo a cualquiera a ir a verla con la intención de pasar el rato. Guardianes de la Galaxia es, en resumen, divertida y entretenidísima. Y hace mención a Footloose, mal rayo les parta.