El torero Antonio Villalta pierde en el mismo día a su mujer y su movilidad tras una cogida. Su recién nacida hija, Carmencita, será una suerte de Blancanieves en la España del siglo XX, ya que tendrá que enfrentarse a una infancia casi huérfana bajo la sombra de su madrastra Encarna.
Aviso a navegantes sobre la película:
A) Es cine mudo (en blanco y negro).
B) El flamenco es la base de su BSO (copla incluida).
C) Relacionada con el mundo de la tauromaquia.
Teniendo esos tres puntos en cuenta, se podría uno hacer a la idea de si va a disfrutar con la película o no, y poder ahorrarse dos horas de su vida. En mi caso, el cine mudo me gusta (aunque no me entusiasma), el flamenco forma parte de mi infancia (nací en Jerez) y odio la tauromaquia (es tortura animal, y no hay quien me argumente lo contrario). Sin embargo, me veía capaz de ver una película que girase en torno al toreo, por mucho que denuncie la práctica. Es como si me negara a ver thrillers porque estoy en contra del asesinato. Dicho esto, allá vamos.
Pablo Berger concibió esta idea mucho antes de que The Artist (2011) arrasara en los cines de todo el mundo. Una película muda cuando éstas hacía tiempo que habían desaparecido de la pantalla y a las que la mayoría de mortales sólo asociamos el nombre de Charles Chaplin; es bastante desafortunado que al año siguiente (en realidad sólo meses después) viera la luz Blancanieves, pareciendo así un patético intento de imitación.
En los Goya el mundo del cine español decidió premiar a Blancanieves con el galardón de Mejor película. De sus competidoras sólo he visto el principio de Lo imposible (me aburrió), pero muy buenas tendrían que haber sido para poder superar al filme de Berger (y estamos hablando de cine español...). Blancanieves es una película bien realizada, bien caracterizada y bien resuelta. Pero, ante todo, es un delicioso 'remake' del cuento de los hermanos Grimm con un estilo castizo y español que puede llegar a saturar.
Espejito, espejito... versión española |
Sé que sólo he mencionado a las mujeres, pero es que son las protagonistas de la película - y no sólo en el sentido más estricto de la palabra. Una película que, al ser cine mudo, debe ser contada a través de gestos y miradas y es ahí donde la belleza de estas fieras ha sido explotada. Los hombres del reparto han sido relegado a un segundo plano: el padre, los enanos, el "cazador", el apoderado... el único momento en el que podemos ver a alguno de ellos como protagonista de la escena es durante los primeros minutos de la película, con Antonio Villalta en una plaza de toros y aplaudido por las masas (una escena bastante poderosa, por cierto). Lo dicho, Blancanieves se reduce a un par de ojos femeninos desbordando la pantalla.
Dejando a un lado el elenco y su interpretación, lo que más me ha maravillado ha sido la banda sonora. Es obvio que la música tiene un peso añadido en el cine mudo, así que cuando un zapateo inunda la escena, ésta se empaña de intensidad y velocidad. Es precisamente el quejío de Silvia Pérez, con su pasión y sus gorgoritos, el pilar fundamental de Blancanieves. Esta pieza (dulce pero decidida, como Carmencita) también ganó el Goya a mejor canción original. Probablemente también sea la razón por la que algunos, los más críticos con el flamenco, detesten la película.
Los "seis" enanitos |
¿A quién podría recomendarla? Esa pregunta es más difícil, porque el estilo es muy particular, a lo que hay que añadir el hecho de que se trata de cine mudo. Yo no me arrepiento de haberle dado una oportunidad, pese a todo el tufillo a folclore (que no hay que entender como una exaltación de la tradición española, sino más bien como una fachada y una burla, una exageración que calza perfectamente en la película), porque Blancanieves es una película entretenida, dulce y con una Maribel Verdú que se sale. También se me ha olvidado comentar que la fotografía es una delicia.
Yo la ví en cuanto me enteré de que participaba Silvia Pérez Cruz. Soy así de fanboy. Y la verdad es que sin ser partidario de ninguno de los puntos A, B y C, me gustó mucho. Es como si la suma de las partes funcionara muy bien y diesen como resultado una película muy redonda. Sobre Inma Cuesta, pues a mí tampoco me convenció demasiado aquí. Eso sí, lo que hace en "La novia" es impresionante.
ResponderEliminarY ya por mezclarlo todo, me habría encantado escuchar a Silvia en la BSO esta última película. De hecho, tiene versiones de varias de las canciones.
Un saludo y feliz año!
Feliz año, Borja!
EliminarEstoy deseando ver La novia, pero el único cine en Granada donde se puede ver está en la otra punta de la ciudad y no dispongo de tanto tiempo... Ojalá que tras los Goya consiga un poco más de fama (aunque el boca a boca está funcionando de lujo) y amplíen las proyecciones.
Por supuesto, muy fan de Silvia. Como no he visto La novia, no puedo opinar de ésa, pero desde luego su voz casa a la perfección con Blancanieves.
Un saludo :)