sábado, 15 de noviembre de 2014

Engañadnos, por favor

Hoy he tenido una de esas miles de discusiones que se tienen con los amigos, en las que no se saca ninguna conclusión y al final terminas haciendo un chiste y el asunto en cuestión se olvida. Todo ha sido a raíz de este enlace: http://bit.ly/1xouRJ5

He decidido ignorar el hecho de que el nombre de la página esté compuesto por una palabra que no existe ("conciencia" sí, pero "conciente" creo que es una palabra formada en el vocabulario personal de un gangoso), para centrarme en explicarle a mi amiga por qué no debe hacer caso a este tipo de noticias.



Es cada vez más frecuente que mis amigos compartan en las redes sociales enlaces similares, llegando al extremo de obligarme a leer estos titulares sensacionalistas una vez cada semana como mínimo. Las palabras 'cura contra el cáncer' ejercen una poderosa atracción sobre la gente, sobre todo en aquellas personas que no tienen una formación en biología o ciencias de la salud. El problema está en que cada día hay más profesionales o estudiantes del propio sector que promueven la divulgación de estas... mamarrachadas. En los primeros cursos de mi carrera nos incrustan - que no inculcan - de forma poco agradable (entiéndase, mediante trabajos y tareas de mierda) el arte de las referencias bibliográficas. Supongo que ocurrirá como en todas partes, debes demostrar de dónde has sacado la información. Pues brillan por su ausencia.

Después de esta parrafada, lo que quiero decir es que las farmacéuticas, que tan mala fama tienen, NO nos engañan. Son empresas y por tanto su objetivo no es ser buena gente, sino hacer negocio. Que nosotros creamos que unas multinacionales - quizás el lobby más poderoso del planeta - deberían invertir más en lo que nosotros creemos moralmente correcto es un concepto muy diferente al hecho de que esta industria quiera que nos muramos todos de cáncer y con un gran sufrimiento.

El enlace de arriba dirige a un artículo que habla sobre una sustancia que lleva tiempo en el mercado, y tengo entendido que se usa en veterinaria (no estoy segura). No es ninguna fórmula secreta sacada de la marmita de Panoramix y está 'al alcance' de todos. ¿Por qué es la nueva cura contra el cáncer? Pues porque resulta que en unos ratones eliminaba las células cancerosas sin afectar a las sanas. En unos ratones. En un tipo concreto de cáncer. Pues bien, el mismo hombre que llevó a cabo este experimento en animales es el que ha dicho que el dicloroacetato puede ser perjudicial para el sistema nervioso periférico y puede tener efectos graves al interaccionar con otros medicamentos que los pacientes oncológicos deben tomar (quien tiene cáncer no sólo tiene el tumor, sino también otros síntomas y patología asociada). De hecho, en otros estudios se demostró que el dicloroacetato puede llegar a producir cáncer de colon y efectos cerebrales adversos.

Ya no voy a entrar en temas como que el cáncer es más una cuestión genética que celular, que hay tantísimas subdivisiones de los tipos de cáncer que sería raro que una única molécula pudiera combatirlos a todos (sólo hay que ver cuántos linfomas no Hodgkin hay), que un resultado en animales es muy difícil extrapolarlo a humanos, que un ensayo puede no ser válido por estar manipulado... Y así hasta el infinito. Pero esta entrada no la escribí para explicar por qué ese artículo en concreto es falso.

Lo que me causa quemazón es lo fácil que es crear un titular sensacionalista. Nadie se ha quejado por que las farmacéuticas hayan invertido millones en crear un nuevo método de valoración de los niveles de glucosa para que los diabéticos no tengan que pincharse los dedos todos los días mejorando así su seguimiento, ni por que estén mejorando a un nivel estratosféricos los stents usados en la isquemia coronaria; ambas patologías afectan a más de un tercio de la población adulta en España pero nadie se ha quejado. No vengo a contar que este lobby industrial sea como la sede de Google, colorines y felicidad. Me repugna el hecho de que las enfermedades raras o las propias del tercer mundo no entren dentro de los esquemas de futuro de las farmacéuticas (sólo hay que ver la prisa que se han dado para encontrar una solución a la epidemia de ébola una vez que ha llegado a occidente).

Mi entrada de hoy tiene que ver con la irritación, furia, impotencia, llámalo 'X'. Porque al público general nos engañan, y no parece que nos moleste. Porque los medios acusan a las farmacéuticas de ser una industria ambiciosa, mentirosa y cruel, cuando en realidad son ellos mismos los que están cometiendo el acto atroz de crear falsas esperanzas en las personas más desprotegidas, que son las que sufren una enfermedad. Ya no me cabrea el hecho de que los periodistas (o como quieran llamarse) estén tan desinformados como la población general, pues suele ser una norma constante; me enfurece que tengan los santos cojones de redactar estas basuras. Y la de mierda que yo me habré tragado en algún momento de mi vida.

Actimel incrementa tus defensas. Danacol reduce tu colesterol. Las bebidas light no engordan. La cura contra el SIDA, el cáncer, la fibrosis quística, la ELA, y más están escondidas en un sótano oscuro de Pfizer. Hay que ser crítico con lo que se lee, pero más importante aún es ser crítico y responsable con lo que se escribe.


4 comentarios:

  1. Suscribo tu entrada, casi completamente. Cualquiera que sea el entorno en que uno se mueva, desalienta ver que falta siempre espíritu crítico, siempre menor del que debiera. Pero creo que la parte de responsabilidad está más en la de quien lee que de la de quien escribe, empezando por quienes debemos fomentar un sano escepticismo y terminando por quienes deben ser exigentes con la información que se les ofrece. Vivimos en la inopia: tenemos que salir de ella.

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    1. Toda la razón, pero aunque deberíamos dejar caer la venda que tenemos sobre nuestro ojos, también es cierto que no todas las personas pueden hacerlo. La cultura, por mucho que nos pese, no está al alcance de todos (o, en nuestro país, quizás sea que no todos saben aprovecharla) y por tanto no todo el mundo podría tener la misma capacidad de crítica.
      Si bien estoy de acuerdo con lo que dices (el concepto 'sano escepticismo' me parece realmente acertado), también creo que es necesario exigir cierto rigor a la hora de informar, pero por pedir... podemos pedir el cielo. Supongo que es un trabajo de doble responsabilidad, la del que lee/informa y la del que ofrece esa información.
      Gracias por tu comentario y un saludo!

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  2. A mí lo que me quema es que gente con CARRERAS, es decir, con formación universitaria, que se supone que han desarrollado un pensamiento crítico durante sus estudios (por mucho que les duela a los de la FP) y a los que se les enseña a dar sus fuentes bibliográficas en cada trabajo, se traguen estas mierdas.

    Y lo mismo va para los medios de información generales, que más de una vez les han colado un bulo como noticia... Si ni siquiera los periodistas se molestan en contrastar fuentes, apaga y vámonos.

    La educación debería ser obligatoria hasta los 18 años en vez de a los 16, a ver si así dejábamos de formar tantos pardillos en las escuelas e institutos.

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    1. Sí, la verdad es que la pifiada es peor si quien la comete tiene - supuestamente - un mínimo de cultura. O, como tú dices, es peor aún cuando el que lo lee y se lo cree también se supone que tiene ciertas capacidades de crítica. Porque el primero engaña intencionadamente, pero el segundo se deja engañar por... ¿tonto?

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