miércoles, 2 de diciembre de 2015

La conexión Wachowski: Sense8



Ocho desconocidos ven simultáneamente cómo una mujer se quita la vida desde Chicago, San Francisco, Nairobi, Seúl, Mumbai, Londres, Berlín y México DF. Entre ellos no existe aparentemente ninguna conexión, hasta que comienzan a sentir la lluvia en un día soleado o a escuchar música en una habitación vacía. ¿Será este vínculo mental una carga, o la manera de unir a ocho personas en una?



Los hermanos Wachowski crearon Matrix y desde entonces estoy esperando que produzcan algo a la altura de la trilogía. Jupiter ascending y Cloud Atlas, sus últimas incursiones al mundo del cine, y cuyo estreno esperé con ansias, fueron un poco desastre, para qué negarlo. Pero personalmente creo que con Sense8 se están redimiendo parcialmente (aunque nada puede hacerme olvidar Jupiter ascending, eugh...).

Sense8 no es una serie inolvidable. No es la mejor del 2015 ni la mejor de Netflix. No conseguirá el mayor aplauso de la crítica. Tampoco pasará a la historia o alguno de sus personajes será el próximo Walter White. Sense8, sin embargo, es una de las series más especiales que he visto, y sólo por ello debería ser recordara como uno de los éxitos de los Wachowski. Porque tiene un toque mágico.

Los paisajes son preciosos, especialmente Islandia
Los diálogos son a veces de pena. Inverosímiles, incluso ridículos en ocasiones, parecen en su mayoría sacados de las películas de sobremesa de Antena3. Se hace más complicado aún superar la barrera de los acentos ¿Y toda esa obsesión con el amor? Amor transexual, amor homosexual, amor filial, amor fraternal, amor a distancia y amor a secas. Sense8 necesita pulirse mucho, sobre todo en estos aspectos (el diálogo, por favor, que hagan algo al respecto).

Pero ahí termina mi crítica a Sense8, ya que de lo único que quiero hablar yo es de la conexión. Probablemente gracias a un magnífico y maravilloso trabajo de edición - y a un guión sorprendente, por supuesto -, los Wachowski han logrado que los protagonistas de esta serie conecten con el espectador. ¿El toque mágico del que hablaba? Éste contacto mediante el cual nos vemos transportados a la misma situación que estamos observando en la pantalla.


Es muy complicado sacar adelante de forma equilibrada una serie con 8 protagonistas, y con cada uno en un punto completamente distinto del planeta. Además, hay un villano, sí, pero su presencia resultará insignificante en el viaje a través del día a día de cada uno de los 'sensates' (así se llaman los ocho conectados). Una boda, un robo, una familia desestructurada, un amante secreto... Sus nombres: Kala, Will, Sun, Nomi, Riley, Capheus, Lito y Wolfgang. Con sus conflictos y obstáculos personales, con sus fortalezas y sus miedos, sus secretos... todo ello expuesto, de repente, a ocho extraños que viven a kilómetros de distancia y de los que no hay manera de escapar. Todos están conectados.

Afortunadamente, los actores elegidos son (casi) de la nacionalidad que representan, así como los escenarios donde se grabaron las escenas. Por lo que Sense8 te llevará a rincones maravillosos del mundo: el salvajismo de Nairobi, el tradicionalismo de Chicago, la pasión de México DF, la globalidad de Londres, la inmensidad de Islandia, la rebeldía de San Francisco, la agresividad de Seúl, el exotismo de India, la dureza de Berlín... Ocho personajes que transmiten la personalidad y la complejidad de siete nacionalidades y ocho formas de ver la vida. Y, como ya he dicho, nos resultará fácil hacer esos saltos geográficos de la mano de una edición de lujo, gracias a la cual nos quedaremos fascinados cuando de repente un personaje ya no es él solo, sino que se convierte en la suma de todos.


Reitero lo dicho: Sense8 no es, ni de lejos, la mejor serie de la historia. Pero tiene algo que la hace especial, y es esa manera de enlazar a los protagonistas, de crear con ellos un único pensamiento.Y esa interacción de culturas, religiones, orientaciones sexuales... una manera silenciosa de plasmar la pugna por la libertad y la expresión, de la lucha por lo que uno defiende en un mundo que, pese a ser nuestro, nos impide ser nosotros mismos. Da igual que los diálogos sean mayormente basura, porque en ocasiones pueden ser brillantes.

Sense8 son ocho historias que convergen pero al mismo tiempo se mantienen separadas, preservando su esencia e identidad. Sin caer en el error de dedicar episodios únicamente a un personaje, ni tampoco dejarlo en el olvido, esta serie ha comenzado con muy buen pie. Necesita mejorar, pero es realmente auténtica y espero que la segunda temporada traiga más de lo mismo. Totalmente recomendable, una pequeña joya sin pulir de Netflix que te enamorará por su personalidad, y no por su producción. Ah, y la música.




4 comentarios:

  1. Pues es una serie que quiero empezar a ver, pero eso de que el guión sea un pelín malo...uff, la verdad es que no soporto las películas o series con diálogos cutres o con frases típicas. De todas formas tendré que verlo para saber si es para tanto.

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    1. Para nada! Yo creo que debes darle una oportunidad. No es tanto el guión sino algunos diálogos... Pero yo he podido sobrellevarlo, porque la historia de los personajes me ha atrapado por completo :)

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  2. A mí me gustó bastante, la verdad. Empecé a verla no muy convencida porque me parecía un poco lenta a veces, pero cuando terminas la primera temporada huele a que era sólo una introducción y que las cosas se van a poner interesantes durante la segunda temporada. Aún así le coges cariño a los 8 protagonistas (hasta a Miguel Ángel Silvestre, y mira que a mí ese actor meh xD). La serie tiene algo, no sé si son las localizaciones o los actores, que te atrapa.

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    1. Exacto xD No sé exactamente qué, pero esta serie tiene algo que consigue atraer muchísimo.
      Y me pasó exactamente lo mismo con M.A. Silvestre. Me pareció cagada total que hiciera el papel de mexicano en un principio, pero luego creo que se ha convertido en uno de mis favoritos xD ¡Hernando, I lost a flip-flop! ¡Hernando, ai lof yuu!

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